La importancia de comer saludable va más allá de mantener una buena figura o verse bien frente al espejo. Es un acto de amor propio, de respeto por nuestro cuerpo y mente. Cada elección que hacemos en nuestra alimentación es un paso hacia una vida llena de energía, vitalidad y bienestar. Claro que, por falta de conocimiento, se terminan consumiendo alimentos que no son tan saludables como parecen y, aunque suenen inofensivos para el cuerpo, realmente hay que verlo como lo que son.
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Sigue a Cromos en WhatsAppSandra Arenas, nutricionista y dietista de la Universidad CES de Medellín, explica lo siguiente: “Es devastador ver cómo muchos productos en el mercado se presentan con etiquetas llamativas y promesas de beneficios para la salud, cuando en realidad están llenos de azúcares ocultos, grasas trans y aditivos artificiales.
Esta industria se aprovecha de la falta de conocimiento del consumidor, jugando con su deseo de hacer lo correcto para su salud y la de sus familias”. Por su parte, Catalina Echeverry, también nutricionista y dietista de la Universidad Javeriana, expone que “es relevante conocer los componentes de los alimentos que se consumen, porque, aunque tengan un empaque en el que aparentemente se vean como saludables, no lo son, pues terminan siendo igual o peor a uno que no es bajo en grasas o calorías”.
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¿El yogurt es saludable?
1. Jugos naturales
Echeverry explica que cuando se hace un jugo natural, normalmente se desintegra la mayor cantidad de fibra, sobre todo cuando se pasa por un colador, lo que termina siendo un líquido que en su mayoría tiene agua y fructosa. “La recomendación es que la fruta se coma entera y no en jugos”, afirma.
En el mercado también venden jugos en caja o incluso refrescos en polvo light, los cuales siguen siendo bebidas procesadas con múltiples añadidos o conservantes artificiales que no terminan siendo saludables para el cuerpo.
2. Sopas de paquete
En procesos de pérdida de peso es común que nutricionistas recomienden el consumo de sopas o cremas; sin embargo, los pacientes creen que cualquier tipo de sopa puede ser positiva para su proceso. “Las cremas en polvo no son naturales porque tienen un alto contenido de sodio, vienen con féculas o harinas para empezar y no termina siendo algo natural, sino saborizado, por lo que tiene componentes que realmente de saludables tienen poco”, señala Echeverry.
3. Yogur o yogur griego con fruta
El yogur griego que viene con fruta, que no es natural, tiene un alto contenido de azúcar. Aunque es buena alternativa por si solo, las mermeladas o frutas que lo acompañan vienen con azúcar adicionada, que termina siendo no saludable. La nutricionista Arenas asegura que “lo ideal acá es yogur griego natural sin azúcar adicionada”.
Por su parte, el yogur que no es griego es un lácteo con grandes propiedades, con aporte proteico y de carbohidratos. Sus variantes de sabores o edulcoradas tienen gran cantidad de azúcar simple añadido, por lo que dejan de ser saludables. La versión natural es la mejor opción, concuerda Echeverry.
4. Cereales de desayuno
Se venden como el desayuno ideal, pero a muchas variantes se les mezclan micronutrientes como hierro o fósforo, lo que las convierte en productos con un alto índice de azúcar añadido. Siempre será mejor comprar cereales que no sean procesados, como hojuelas o avena, o hacer nuestro propio cereal casero saludable con diferentes semillas.
5. Ensalada prefabricadas
En procesos de dieta es común que se receten ensaladas y verduras. Y tal vez por el afán de encontrar alimentos saludables se terminan comprando ensaladas que ya vienen preparadas y que tienen ingredientes que no son del todo beneficiosos, ya sea por sus componentes o por las salsas con las que se acompañan. “Hay vinagretas y salsas que tienen altos contenidos calóricos y azúcares añadidos, así como complementos hipercalóricos con grasas saturadas”, asegura Arenas.
La recomendación es preparar estas ensaladas en casa y asegurarse de que los ingredientes que se utilicen para hacer el mix tengan pocas calorías y no azúcares añadidas. “Es buena alternativa complementar con vinagre balsámico, aceite de oliva o simplemente un toque de limón y sal”.
Para no caer en errores típicos al momento de consumir alimentos que se ven saludables, pero no lo son, lo mejor es consultar con un especialista, porque, como señala Echeverry, “cada cuerpo puede responder de una forma diferente al consumo de determinados alimentos, así que es importante consultar a un profesional en la materia”.