La alopecia femenina no es solo un problema estético; también es un tema emocional y de salud. Según citó un estudio del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, en Madrid (España) esta situación puede afectar al 50 % de las mujeres en algún momento de su vida, causando estrés y ansiedad. Pero, ¿qué la provoca y cómo se puede manejar?
¿Qué es la alopecia androgenética femenina?
Conocida también como “alopecia de patrón femenino”, esta condición implica la progresiva miniaturización de los folículos pilosos, especialmente en la zona frontoparietal. El cabello se vuelve más fino, débil y, en casos avanzados, comienza a escasear. La edad juega un papel clave, con dos picos de incidencia: entre los 30 y los 50 años.
Sigue a Cromos en WhatsAppExisten tres formas clínicas de esta alopecia: el patrón difuso (pérdida generalizada), el patrón masculino (recesión en la línea frontal) y el curioso patrón en forma de “árbol de Navidad” donde la caída se concentra en la línea media del cuero cabelludo.
Cabe recordar que la alopecia femenina no solo afecta la apariencia, sino también la autoestima. Según estudios españoles, incluso grados leves de pérdida capilar pueden generar una gran carga emocional en las mujeres. Por eso, el manejo integral debe incluir apoyo psicológico y, en algunos casos, terapias como el mindfulness para reducir el estrés.
¿Qué provoca la alopecia androgenética femenina?
Aunque se relaciona con factores hormonales, los andrógenos no siempre son los culpables. Algunas mujeres presentan signos de hiperandrogenismo, como acné o irregularidades menstruales, pero en la mayoría de los casos no hay indicios de exceso hormonal. La enzima 5α-reductasa, responsable de convertir la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), juega un papel crucial, afectando directamente los folículos pilosos.
Por otro lado, factores genéticos, estrés y problemas como la anemia o desequilibrios hormonales pueden desencadenar o agravar esta condición.
Ahora bien, el diagnóstico de este tipo de alopecia no siempre es sencillo, ya que otras afecciones, como la alopecia areata o el efluvio telógeno, pueden confundirse con la alopecia androgenética femenina.
Según los expertos del Hospital Universitario 12 de Octubre, es esencial realizar pruebas como hemogramas, niveles de tirotropina (TSH), ferritina y andrógenos. Estas pruebas ayudan a descartar otras causas y a identificar posibles desequilibrios hormonales.
¿Cómo se puede controlar este tipo de alopecia femenina?
Aunque no existe una cura definitiva, los tratamientos actuales ofrecen esperanzas. El minoxidil, un fármaco tópico aprobado por la FDA, es uno de los más efectivos. Su uso regular puede estimular el crecimiento capilar, aunque algunos pacientes experimentan efectos secundarios como irritación o hipertricosis (crecimiento de vello en otras áreas).
Para casos de hiperandrogenismo, medicamentos como el acetato de ciproterona y la espironolactona pueden ser útiles, pero requieren supervisión médica estricta debido a posibles efectos secundarios, como alteraciones en los niveles de potasio o problemas hepáticos.
La dieta también juega un papel importante. Una alimentación equilibrada, rica en hierro y vitaminas, puede complementar los tratamientos médicos. Además, es crucial evitar productos químicos agresivos y manejar el estrés, ya que este puede agravar la caída del cabello.
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Aunque la alopecia androgenética femenina puede parecer un enemigo imbatible, con el diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado, es posible controlarla. Desde opciones médicas como el minoxidil hasta cambios en el estilo de vida, hay muchas formas de combatir este problema.
Como señala el Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, no se trata solo de recuperar cabello, sino de devolver confianza y bienestar a quienes lo padecen.
Nota: la información en este artículo no reemplaza el diagnóstico personalizado de un profesional de la salud. Consulta a tu médico.