El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la forma en que una persona percibe y se relaciona con los demás. Implica deficiencias en las áreas de comunicación y sociales, así como una gama restringida de actividades e intereses.
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Sigue a Cromos en WhatsAppEste síndrome implica diversos grados de severidad, lo que significa que dos personas con el mismo diagnóstico pueden exhibir comportamientos muy diferentes. Por ejemplo, una persona podría experimentar dificultades que interfieren significativamente en su vida diaria, requiriendo supervisión y apoyo constante, mientras que otra podría integrarse en la sociedad con mínimas complicaciones.
Una de las recomendaciones para abordar el autismo en menores de edad es brindarle al niño terapias que incluyan manejo conductual, fonoaudiología, fisioterapia, terapia ocupacional y educación especial.
Para Claudia Valencia, psicóloga y docente de la escuela de posgrados de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz dentro de las características más representativas del espectro se encuentran:
Déficit sociales:
- Déficits en la reciprocidad socioemocional que puede manifestarse desde la dificultad en mantener conversaciones, hasta la incapacidad para iniciar o responder a interacciones sociales.
- Déficits en las conductas comunicativas no verbales que van desde anomalías en el contacto visual y corporal, así como déficits en la comprensión y uso de gestos, hasta una completa ausencia de expresiones faciales y comunicación no verbal.
- Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones: pueden manifestarse desde dificultades para ajustar el comportamiento y adaptarse a diversos contextos sociales, hasta dificultades para compartir ideas imaginativas, participar en juegos, establecer amistades, e incluso mostrar falta de interés por otras personas.
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Déficits en la comunicación:
- Las personas con TEA a menudo presentan un lenguaje infrecuente caracterizado por la repetición literal de palabras o frases, un ritmo, acentuación, entonación y volumen atípicos, así como la inversión de pronombres, como el uso de “usted” en lugar de “yo” al referirse a sí mismos.
Comportamientos e intereses restrictivos y repetitivos:
- Movimientos motores estereotipados o repetitivos, uso de objetos o habla repetida.
- Insistencia en la uniformidad, adherencia inflexible a las rutinas o patrones ritualizados de conducta verbal o no verbal.
- Intereses muy restringidos y fijos que son interferentes en la vida de la persona.
- Una intervención adecuada y a edades tempranas favorecerá que el niñ@ logre desarrollar habilidades que le permitan incorporarse a la sociedad con la mayor autonomía posible.
Recomendaciones para padres:
- Brindarle al niño terapias que incluyan manejo conductual, fonoaudiología, fisioterapia, terapia ocupacional y educación especial.
- Implementar estrategias de intervención que hayan sido avaladas por la ciencia y la evidencia empírica.
- Desarrollar al máximo habilidades de autocuidado, que incluyan el lavado de dientes, el uso del baño de forma autónoma, la capacidad de comer solo, entre otros aspectos.
- Fomentar habilidades de regulación del comportamiento, como seguir instrucciones, tiempos de espera, ser flexible y adaptarse a diferentes contextos.
- Promover habilidades sociales, como mantener contacto visual, interactuar y jugar con otros, así como desarrollar empatía hacia los demás.
- Incluirlo en ambientes con niños regulares con el fin de imitar interacciones sociales.
- Centrarse en objetivos pequeños, concretos y alcanzables
- Hay que felicitar cada avance del niñ@ así sea mínimo.
- Evitar uso de castigo físico y regaños. En su lugar, desarrollar conductas adecuadas que le permitan recibir reforzador por parte de su medio ambiente.