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¿Cómo es que las duchas excesivas pueden derivar en una candidiasis vaginal?

La rutina de la ducha diaria, aunque esencial para la higiene, podría crear el ambiente perfecto para una infección de candidiasis vaginal. Conozca por qué ciertos hábitos de baño y productos de limpieza aumentan el riesgo y cómo prevenirlo.

Por Redacción Cromos
15 de noviembre de 2024
La rutina de la ducha diaria, aunque esencial para la higiene, podría crear el ambiente perfecto para una infección de candidiasis vaginal.
Fotografía por: Doucefleur

Para muchas personas, la ducha diaria es una práctica innegociable de higiene personal. Sin embargo, aunque parezca contradictorio, la frecuencia de las duchas, el tipo de productos utilizados y hasta la temperatura del agua podrían estar generando un ambiente propicio para infecciones por hongos, como la candidiasis vaginal, según lo explica la Clínica Mayo.

¿Qué es la candidiasis y por qué te da?

La candidiasis es una infección causada por el crecimiento excesivo del hongo Candida, que, en condiciones normales, vive en nuestro cuerpo sin causar problemas. Sin embargo, algunos factores pueden alterar el equilibrio y propiciar un crecimiento excesivo.

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Uno de los factores más impactantes es el uso de jabones y geles antibacteriales o muy agresivos, que pueden alterar el microbioma natural de las zonas íntimas. Esta capa protectora es vital para mantener a raya a microorganismos indeseados, como el hongo Candida. Al reducir o eliminar las bacterias buenas, estos productos dejan el camino libre para que los hongos proliferen, causando infecciones.

Otro aspecto relevante es la temperatura del agua: aunque las duchas calientes pueden parecer relajantes, en realidad pueden irritar la piel y hacerla más susceptible a la resequedad y a la eliminación de sus aceites naturales. Esto deja la piel menos protegida y facilita que el hongo se adhiera y se multiplique. Además, cuando el ambiente es cálido y húmedo, se crea un entorno ideal para el desarrollo del hongo, haciendo que las duchas largas y calientes se conviertan en un aliado no deseado para la candidiasis.

Finalmente, la humedad residual y el uso de toallas que no se cambian con frecuencia o que permanecen húmedas también contribuyen al crecimiento de hongos. El uso de ropa interior ajustada o de materiales sintéticos tras la ducha puede retener esta humedad, creando un entorno ideal para la proliferación de Candida.

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Ahora bien, no se trata de abandonar la ducha, sino de modificar ciertos hábitos para proteger la salud de su piel y su bienestar. Opte por productos suaves y naturales, evite duchas demasiado calientes y asegúrese de secarse bien antes de vestirse.

La ducha, cuando se hace de manera consciente, sigue siendo un ritual de cuidado y salud; la clave está en adaptarla a las necesidades del cuerpo.

*Contenido generado con asistencia de la IA.

Redacción Cromos

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