¿Cómo limpiar el grifo de la cocina y del baño para que quede brillante?

Lidiar diariamente con manchas y suciedad puede ser abrumador y convertirse en una tarea interminable en el hogar. Sin duda, dos de los lugares que representan un desafío considerable son la cocina y el baño, y uno de los elementos que tienden a ensuciarse rápidamente son las griferías, debido a diversas razones.

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Estas pequeñas, pero importantes piezas suelen acumular una gran cantidad de manchas y depósitos, desde sarro hasta restos de alimentos y grasa. Mantenerlas limpias y relucientes es crucial tanto para la higiene como para la estética del hogar, aunque hay quienes no saben cómo hacerlo de manera adecuada.

En el caso del baño, el principal enemigo de la grifería es la exposición constante al agua, lo que eventualmente genera sarro, lo que forma manchas antiestéticas y difíciles de eliminar. En la cocina, la grifería se enfrenta a un desafío diferente, la acumulación de grasa y restos de alimentos.

Así puedes limpiar la grifería del baño y de la cocina

Es crucial tener en cuenta que la elección de los productos de limpieza es clave, ya que en muchas ocasiones aquellos que funcionan bien para el baño pueden no ser la mejor elección para la cocina, y viceversa. Es importante considerar cuál podría ser la mejor opción para cada una de estas áreas.

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Evita los limpiadores agresivos: En la grifería no se debe aplicar alguno de estos, debido a que suelen contener lejía de cloro, ácido fórmico, ácido acético o ácido clorhídrico.

No rocíes los limpiadores directamente sobre la grifería de cocina: También es importante que no mezcles diferentes productos entre sí.

Aplica primero el limpiador en un paño de algodón suave y que no deje pelusas. Deja que el líquido actúe por unos minutos y después limpie con mucha agua.

Seque la grifería y frote con un paño seco. De esta manera se eliminará la suciedad y volverá a relucir.

Eliminar la cal (opcional): Si hay acumulación de cal, especialmente en áreas con agua dura, puedes usar vinagre blanco o un limpiador a base de ácido cítrico. Aplica el vinagre o el limpiador en un paño y frota las áreas afectadas. Deja actuar durante unos minutos y luego enjuaga con agua limpia.