El pollo es una de las carnes más consumidas en todo el mundo debido a su sabor y valor nutricional. Sin embargo, el pollo crudo puede contener bacterias que pueden causar enfermedades graves como la salmonella si no se manipula y almacena adecuadamente.
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Sigue a Cromos en WhatsAppPor esta razón, es importante saber cómo detectar si el pollo que tienes en la nevera ya se dañó para evitar enfermedades y asegurarte de consumir alimentos frescos y saludables.
Alitas de pollo
1. Huele mal o a amoníaco
La primera señal de que el pollo se ha echado a perder es el olor. Si el pollo huele a podrido, a amoníaco o a cualquier otro olor desagradable, es una clara señal de que ya no es seguro para el consumo. Si tienes dudas sobre el olor del pollo, es mejor desecharlo para evitar riesgos.
2. El color es amarillento, grisáceo o tiene manchas.
Otro signo de que el pollo se ha dañado es la apariencia. Si el pollo se ha vuelto pegajoso, ha adquirido un color grisáceo o verde, o tiene manchas marrones o amarillas, es probable que el pollo ya no sea seguro para el consumo. El pollo fresco tiene un color rosado pálido y una apariencia suave y húmeda.
3. La textura ha cambiado
Si el pollo se siente pegajoso, viscoso o tiene una textura carrasposa, es probable que ya no sea seguro para el consumo. El pollo fresco debe tener una textura suave y húmeda.
Aunque se vea, huela y se sienta bien, puede tener bacterias.
Es importante tener en cuenta que aunque el pollo se vea, huela o se sienta bien, puede estar contaminado con bacterias que pueden causar enfermedades. Por lo tanto, es importante cocinar el pollo a la temperatura adecuada para asegurarse de que esté completamente cocido y eliminar cualquier bacteria que pueda estar presente.
Evita el riesgo de intoxicación
Para evitar el riesgo de intoxicación alimentaria, es importante manipular el pollo de manera adecuada y segura desde el momento en que lo compras hasta que lo cocinas.
- Asegúrate de almacenar el pollo crudo en un recipiente separado de otros alimentos en la nevera.
- No lo dejes fuera de la nevera por más de dos horas.
- Lava tus manos, utensilios y superficies de trabajo con agua caliente y jabón después de manipular el pollo crudo.
- No laves el pollo, las bacterias las evitas cocinándolo bien, y cuando lo lavas, podrías hacer lo contrario, regarlas y llenar de bacterias tu lavaplatos y otros utensilios.
Si detectas cualquier señal de que el pollo está en mal estado, es importante desecharlo de inmediato. Para prevenir la intoxicación alimentaria, es importante manipular y almacenar el pollo de manera segura y cocinarlo adecuadamente antes de consumirlo.
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