Fumar es uno de los hábitos más dañinos para la salud, afectando los pulmones, el corazón, la piel y otros órganos vitales. Aunque los riesgos de fumar son ampliamente conocidos, muchas personas mantienen este hábito incluso en la vejez.
Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que dejar de fumar trae beneficios significativos a cualquier edad, incluso después de los 70 años. A pesar de que los beneficios pueden disminuir a medida que envejecemos, abandonar el tabaco sigue teniendo un impacto positivo en la esperanza y la calidad de vida.
Sigue a Cromos en WhatsAppUn estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine reveló que incluso las personas mayores de 70 años pueden ganar años adicionales de vida al dejar de fumar.
¿Cómo iniciar el proceso de dejar de fumar?
A continuación, ofrecemos algunos consejos prácticos y basados en estudios científicos para dejar de fumar, incluso si ya ha pasado los 70 años:
1. Reconozca que nunca es tarde
Uno de los principales obstáculos para dejar de fumar en la vejez es la idea errónea de que “ya es demasiado tarde” para cambiar. Sin embargo, los estudios muestran que abandonar el hábito a cualquier edad trae beneficios inmediatos y a largo plazo.
En comparación con quienes nunca han fumado, las personas que continúan fumando hasta los 35, 45, 55, 65 o 75 años perderán, en promedio, entre 9,1 y 4,4 años de vida. Sin embargo, si dejan de fumar a esas edades, evitarán perder entre 8,0 y 0,7 años, dependiendo de la edad en que abandonen el hábito. Si bien estas cifras pueden parecer pequeñas, representan una proporción considerable del tiempo de vida restante.
2. Consulte a su médico
Dejar de fumar, especialmente después de los 70 años, puede ser un proceso difícil debido a la larga dependencia al tabaco. Por eso, es recomendable que cualquier persona que decida dejar de fumar lo haga bajo supervisión médica. Un médico no solo puede ofrecer orientación personalizada, sino también recetar tratamientos que faciliten el proceso, como terapias de reemplazo de nicotina (parches, chicles) o medicamentos que disminuyen el deseo de fumar.
Además, el médico puede ayudarle a monitorear su salud durante este proceso y ajustar las terapias según su progreso.
3. Adopte nuevos hábitos diarios
El tabaco suele estar vinculado a ciertas rutinas y hábitos diarios, como fumar después de las comidas o mientras se toma café. Para dejar de fumar, es importante identificar y modificar estos desencadenantes. Puede realizar pequeños cambios en su rutina diaria que le ayuden a evitar las situaciones que le inciten a fumar. Por ejemplo, tras la comida, en lugar de encender un cigarrillo, podría salir a caminar, beber agua o realizar ejercicios de respiración. Al reemplazar las viejas costumbres por hábitos más saludables, será más fácil evitar el deseo de fumar.
4. Únase a un grupo de apoyo
Superar la adicción al tabaco es más sencillo cuando se cuenta con una red de apoyo. Unirse a un grupo de apoyo, ya sea presencial o en línea, puede brindarle la motivación y el acompañamiento que necesita para dejar de fumar.
Compartir sus experiencias con otras personas que se encuentran en la misma situación le ayudará a sentirse comprendido y apoyado. Además, los grupos de apoyo suelen contar con la presencia de profesionales de la salud que pueden ofrecerle estrategias adicionales para enfrentar los momentos difíciles.
5. Reduzca el estrés
El estrés es una de las razones más comunes por las que las personas recurren al tabaco. Por lo tanto, es fundamental aprender a manejar el estrés sin recurrir a fumar. Las técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o los ejercicios de respiración profunda, pueden ayudarle a reducir la ansiedad y mantener la calma durante el proceso de dejar de fumar. Estas prácticas, además de ayudarle a enfrentar el estrés, también contribuyen a mejorar su bienestar general.
6. Manténgase activo mental y físicamente
Otra estrategia eficaz para reducir el deseo de fumar es mantenerse ocupado y mentalmente activo. Participar en actividades que disfrute, como leer, hacer manualidades o caminar al aire libre, puede ayudarle a distraerse del impulso de fumar. Asimismo, mantenerse físicamente activo es una excelente forma de mejorar su salud general y reducir el estrés. Además, estar rodeado de amigos o familiares que lo apoyen puede hacer que el proceso sea más llevadero.
7. Beneficios inmediatos para tu salud
Uno de los principales incentivos para dejar de fumar es que los beneficios para la salud comienzan casi de inmediato. Solo unas horas después de dejar el tabaco, el cuerpo empieza a recuperarse. Según la investigación, quienes dejan de fumar a los 65 años tienen un 23,4% de probabilidades de ganar al menos un año adicional de vida, y quienes lo hacen a los 75 años tienen un 14,2% de posibilidades de ganar al menos un año.
Los beneficios incluyen mejoras en la circulación, reducción de la presión arterial y disminución del riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
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Aunque dejar de fumar, incluso después de los 70 años, puede parecer un reto, los beneficios para la salud son invaluables. Cabe recordar que los riesgos del tabaquismo aumentan con la edad, pero nunca es demasiado tarde para mejorar su calidad de vida.
Al abandonar el cigarrillo, puede sumar años a su vida y disfrutar de una vejez más saludable. Siguiendo estos consejos, junto con el apoyo médico y emocional adecuado, puede liberarse del tabaco y empezar a disfrutar de una vida sin humo.