“Me encanta ver a la gente salir de mi clase contenta y satisfecha, habiendo cumplido su propósito”, dice esta profesional en administración deportiva de la Universidad Distrital, quien se destaca en el trabajo por su experiencia, pasión y empatía.
Compensar mujeres que inspiran: El material del que están hechos los sueños
Sigue a Cromos en WhatsAppMarilin encuentra su mayor satisfacción en ayudar a las personas a superar tanto problemas físicos como emocionales, y esto gracias a su versatilidad que la lleva a manejar 22 modalidades de clases, entre las que se destacan spinning, aeróbicos, kickboxing, rumba, pilates, entre otras.
Para la protagonista de esta historia, el carisma es un valor determinante en su profesión. Su entrega va más allá del aula, pues trabaja para inculcar hábitos que también trasciendan de las instalaciones de Compensar, lugar donde trabaja desde hace 18 años. Su sonrisa contagiosa, su energía inagotable y su genuino interés por ayudar hacen que se destaque más que como una docente de actividad física.
No es lo mismo una vida con deporte que sin él
Marilin demuestra que la pasión por el deporte y la enseñanza puede cambiar el presente y mejorar el futuro. Durante su amplia trayectoria en Compensar, ha visto cómo personas con diferentes patologías encuentran en sus clases un espacio de sanación, fortaleza y bienestar integral.
La historia de esta mujer inspiradora es un recordatorio de que todos tenemos la capacidad de transformar nuestra realidad y de inspirar a los otros a hacer lo mismo. El pensamiento de Marilin es sencillo: el deporte tiene un efecto sanador en el cerebro porque libera sustancias que estimulan la felicidad.
Pese a su entrega, no todo lo que hace Marilin es en función de sus alumnos. A su familia, compuesta por Tulio, su esposo y sus dos hijos, Catalina y Nicolás, también les da lo mejor y comparte con ellos el gusto por un buen estilo de vida. “Desde que tenían seis meses mis hijos participan en actividades de motricidad en Compensar. Actualmente, Catalina, de 8 años, practica natación, gimnasia y patinaje. Y Nicolás, de 6, hace karate, patinaje y gimnasia”. Comenta esta orgullosa mamá.
Sus propósitos están claros: conservar una buena salud y viajar por el mundo. Y a la par, mientras haya personas que necesiten de sus lecciones, ella estará ahí para darles una mano: “Nací para contribuir a la felicidad de la gente. Mis alumnos siempre me dicen: ‘profe, me cambió el día, me hizo feliz, gracias por ayudarme con los ejercicios’. Me entreno cada día para transformar vidas”.