La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una enfermedad pulmonar caracterizada por la obstrucción del flujo de aire que provoca síntomas persistentes y una disminución progresiva de la capacidad pulmonar.
Actualmente, se calcula que es la cuarta causa de muerte en el mundo, ocasionando aproximadamente el 5 % de las defunciones a nivel mundial, de acuerdo con las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sigue a Cromos en WhatsAppEl panorama en Colombia también es alarmante considerando que la prevalencia de la enfermedad ha ido en constante crecimiento. Siguiendo datos del Ministerio de Salud, 9 de cada 100 personas mayores de 40 años padecen esta condición, y 38 personas mueren diariamente como consecuencia de ella.
El consumo prolongado de tabaco es el principal desencadenante de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
Estas cifras toman aún más relevancia, teniendo en cuenta que muchas personas con EPOC no están diagnosticadas ya que los síntomas, al principio, pueden ser leves.
EPOC por fumar
Lo que sí es ampliamente conocido es que el principal factor de riesgo identificado en la mayoría de los casos son fumadores, pues se estima que el tabaquismo representa entre el 30-40 % de los casos, según la OMS.
Particularmente, en Colombia, el Ministerio de Salud estima que uno de cada tres colombianos ha fumado alguna vez en su vida; y el DANE señala que aproximadamente 1,1 millones de personas han sido usuarios de los llamados cigarrillos electrónicos, vapeadores y otros dispositivos de consumo de tabaco que son publicitados como menos dañinos.
Si bien no todas las personas con EPOC son fumadoras, hay una relación estrecha entre esta práctica y la enfermedad pulmonar. Por esta razón, resulta clave concientizar sobre los principales riesgos de que trae esta práctica para la salud.
De acuerdo con Paola Rodríguez, médica familiar de Compensar fumar tiene un impacto negativo en casi todos los sistemas del cuerpo dentro de los cuales se encuentra:
- Mayor riesgo de trastornos mentales como ansiedad y depresión.
- Disminución de la densidad mineral ósea lo que aumenta el riesgo de fracturas y osteoporosis.
- Dificultades de fertilización.
- Mayor riesgo de cáncer de pulmón, cavidad oral (boca, garganta, laringe), vejiga, riñón y páncreas.
- Aumento de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Aceleramiento del envejecimiento y de enfermedades de la piel.
- Alteraciones en cavidad oral como encías inflamadas, mal aliento y manchas en los dientes.
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“El riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el tabaquismo, como la EPOC, puede persistir incluso décadas después de dejar de fumar. Estudios demuestran que el riesgo disminuye, pero no se elimina por completo, especialmente, si se ha fumado durante muchos años y en grandes cantidades”, aclara la experta.
“Así pues, la relación entre el tabaquismo y la EPOC no depende exclusivamente de fumar en el momento presente, sino también de la historia de consumo de tabaco y de algunos factores como la predisposición genética, la edad de inicio del tabaquismo y la presencia de otros factores de riesgo como la exposición prolongada a la contaminación ambiental”, añadió.
A menudo, quienes quieren dejar de fumar, presentan síntomas de abstinencia como irritabilidad, ansiedad, insomnio, dificultad para concentrarse y aumento del apetito.
De igual manera, pueden enfrentar otros obstáculos como la falta de apoyo y motivación. Bajo este marco, Paola Rodríguez señala 5 recomendaciones para frenar esta práctica:
- Planear: Establecer una fecha concreta en la que se dejará de fumar, asegurándose que se pueda cumplir con ella.
- Analizar el entorno: Identificar los desencadenantes, buscando alternativas que mitiguen la tentación.
- Adoptar nuevas actividades: Involucrar actividades de ocio y de recreación como la práctica de algún deporte para ocupar la mente.
- Buscar apoyo: Reconocer que el proceso es complejo y, por tanto, puede necesitarse apoyo del círculo cercano y/o de un profesional especializado.
- Ser paciente: Dejar de fumar es un proceso desafiante y, aunque los beneficios a largo plazo son enormes, se necesitará constancia y persistencia.
Finalmente, vale la pena mencionar que, actualmente, existen varias tecnologías, medicamentos y enfoques terapéuticos que pueden ayudar a los fumadores a abandonar este hábito.
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Estos incluyen tratamientos farmacológicos, terapias de reemplazo de la nicotina, intervenciones conductuales y dispositivos tecnológicos. Para todos, se recomienda el acompañamiento y seguimiento por parte de un especialista.
Asimismo, es clave que, quienes han adquirido el hábito estén alertas a síntomas como la tos crónica, la dificultad para respirar y la fatiga pues, aunque la EPOC no tiene cura, es una afección tratable si se diagnostica de forma oportuna.