En un mundo donde el azúcar es casi omnipresente, no es raro que muchas personas sientan una conexión tan intensa con los alimentos dulces que resulta difícil pensar en abandonarlos.
Para algunos, la idea de dejar de consumir azúcar es impensable, y aunque el deseo de mejorar la salud está ahí, la tentación de un dulce parece insuperable. ¿Es posible que el azúcar sea una adicción? Y, si es así, ¿podemos realmente dejarla?
Sigue a Cromos en WhatsApp¿El azúcar puede volverse adictivo?
El azúcar no es solo un ingrediente; es una experiencia emocional. En un estudio publicado por Neuroscience & Biobehavioral Reviews, se menciona cómo el consumo de azúcar activa las mismas áreas del cerebro relacionadas con la recompensa que algunas drogas, como la dopamina y los opioides.
Los expertos explican cómo el azúcar activa el sistema de recompensa en el cerebro, similar a algunas sustancias adictivas.
Este efecto crea un circuito de placer que, al repetirse, produce una respuesta de “querer más” en el organismo, similar a cómo funciona la adicción.
Sin embargo, la doctora Manuela Calle, nutricionista dietista de la Universidad CES, le explicó a Cromos que, aunque se han hecho algunas investigaciones en roedores en donde se aprecia un desorden mental con respecto al azúcar, no hay pruebas concluyentes en los seres humanos.
“Aún no hay información suficiente en humanos para establecer dicha asociación, incluso algunos autores describen la adicción a alimentos en humanos más similar a la adicción de la cafeína o la nicotina que a la cocaína o a la heroína como algunos titulares en periódicos la han nombrado”, explica Calle.
“Por ende, aunque no se le conoce como adicción propiamente, si se debe moderar el consumo a un máximo del 10% del valor calórico total del día proveniente de azúcares concentrados (incluidos los que ya vienen en preparaciones)”, añadió.
Es decir, que el azúcar no es una droga, aunque puede provocar una relación de dependencia emocional que se parece mucho y generar daños en el organismo si no se limita su consumo.
¿Qué efectos tiene el azúcar en nuestro cuerpo?
El azúcar afecta al cuerpo más allá del placer inmediato que produce. Su ingesta elevada está relacionada con múltiples problemas de salud, incluyendo el aumento de peso, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso una disminución en la capacidad cognitiva.
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La American Heart Association recomienda limitar la ingesta de azúcar añadido a no más de 6 cucharaditas diarias para las mujeres y 9 para los hombres. Sin embargo, los estudios muestran que muchas personas consumen hasta tres veces esta cantidad en un solo día, una cifra alarmante cuando se piensa en los efectos a largo plazo.
Para quienes intentan reducir el azúcar, el cambio no es fácil. Edith García, una experta farmaceuta, relata cómo eliminó este ingrediente por completo de su vida.
“Lo que me motivó realmente a dejarla fueron eventualidades que me empezaron a pasar: mucho mareo y empecé a ver borroso. Ya cuando se hicieron los exámenes se dieron cuenta que era el azúcar. Hasta trastorno me daba”, relató Edith a Cromos.
¿Es posible dejar el azúcar por completo?
La respuesta a si podemos eliminar el azúcar por completo no es tan sencilla. El añadido, presente en golosinas, bebidas azucaradas y muchos alimentos procesados, se puede reducir significativamente e incluso eliminar.
Sin embargo, el natural, presente en frutas y algunos alimentos integrales, es importante para una dieta equilibrada. El reto está en reducir el primero, y para muchos, eso significa desaprender hábitos y sustituir alimentos.
García nos dice que, en su caso, fueron “las circunstancias las que la hicieron abandonar el azúcar” y que ha visto una gran cantidad de beneficios en ello: “Me siento estable, mis niveles de glucosa mejoran y no me perjudica los riñones”.
La educación alimentaria, junto con un cambio gradual de hábitos, parece ser la clave. En lugar de intentar abandonarlo de un día para otro, muchos especialistas recomiendan reducir su consumo de manera paulatina, reemplazando poco a poco los alimentos azucarados por frutas, nueces u opciones más saludables.
Para aquellos que deciden reducir su consumo, el camino puede ser complicado. Al intentarlo, muchas personas experimentan síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza, ansiedad, fatiga e irritabilidad.
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Edith comenta que optó por una estrategia que no la hiciera extrañar este ingrediente. “Los alimentos que sustillo para no comer azúcar es la fruta, como la manzana verde o los jugos verdes. Todo eso me ayuda o a veces, por ejemplo, preparo una avena sin dulce y le echo queso. Eso me hace sentir bien”, relata.
Reducirlo es un viaje personal, y aunque el camino puede estar lleno de desafíos, los beneficios a largo plazo son invaluables.
En una sociedad donde este alimento parece estar en todas partes, tomar la decisión de consumirlo de manera consciente es un acto de cuidado personal y un paso hacia una vida más saludable.