La protección solar no es solo una preocupación que deberíamos tener en tiempos de verano ni algo exclusivo de los días soleados. De hecho, el daño por radiación ultravioleta (UV) está presente durante todo el año, incluso en aquellos días nublados o cuando estamos en interiores.
Silvia Salcedo, Country Manager de ISDIN y experta en fotoprotección, aclara que limitarse al bloqueador solar no es suficiente para evitar los daños de la exposición solar constante y que se debe pensar en una estrategia de cuidado de la piel mucho más completa.
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Por qué usar protector solar dentro de la casa?
La radiación UV es un enemigo silencioso: atraviesa nubes y ventanas, y puede encontrarnos incluso en interiores o en días que parecen seguros para la piel. “Las pequeñas dosis de radiación acumulada a diario aceleran el envejecimiento prematuro y aumentan el riesgo de cáncer de piel,” advierte Salcedo. Para evitar estos efectos, el uso del protector solar debe ser tan cotidiano como el cepillado de dientes, sin importar el lugar o la estación del año.
La elección de un buen protector solar, que se adapte al tipo de piel, es el primer paso. Para pieles secas, los expertos sugieren bloqueadores con ácido hialurónico, que refuerzan la hidratación y ayudan a mantener la piel flexible. Las pieles grasas, en cambio, deben buscar fórmulas oil-free que no tapen los poros, mientras que las pieles mixtas encuentran mejor resultado con bloqueadores ligeros y no comedogénicos, capaces de controlar el brillo sin resecar.
Asimismo, la aplicación correcta también es crucial: la cantidad ideal de bloqueador debe cubrir dos líneas sobre los dedos y aplicarse como último paso de la rutina facial.
¿Qué otros elementos necesitamos aparte del bloqueador solar?
No obstante, el bloqueador por sí solo no asegura una protección total. “Una rutina completa de fotoprotección incluye la limpieza adecuada, antioxidantes como la vitamina C, y cremas hidratantes con ácido hialurónico. Estos elementos complementan el efecto del bloqueador y ayudan a neutralizar los radicales libres provocados por la exposición solar,” agrega la experta.
Además, la reaplicación del bloqueador es esencial cada dos horas para mantener su efectividad, y cada vez que se transpira o se está en contacto con el agua, es necesario reaplicarlo. Este hábito puede parecer tedioso, pero es indispensable para una protección continua y evitar los daños acumulativos de la radiación.
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De esta forma queda claro que proteger la piel no solo es una inversión en la apariencia, sino en la salud a largo plazo. La exposición a los rayos UV, aunque no la sintamos, provoca efectos acumulativos que son irreversibles.
Silvia Salcedo insiste en que integrar el bloqueador solar y complementos en la rutina diaria no solo mantiene la piel sana, sino que previene enfermedades graves como el cáncer de piel.