Los adultos estamos presos de las responsabilidades: cumplir horarios en el trabajo, pagar cuentas, preocuparnos por nuestra salud y resignarnos a vivir agotados física y mentalmente. Por todo lo anterior, debemos aprovechar las ocasiones para dejar en el closet la vida de persona mayor.
Siento pena de disfrazarme desde que soy adulto, aunque hay una excepción: lo hice un día en la universidad, recuerdo que lo disfruté mucho, pero esa versión mía está desaparecida, a veces digo que extinta.
Sigue a Cromos en WhatsAppPero todos los halloween aparece las ganas de portar un disfraz. Crecer también se trata de recuperar una parte de lo que fuimos.
Hablé con el psicólogo Rafael Cendales para preguntarle por la oportunidad que representa Halloween para los adultos. A su consideración, hay varios aspectos que se pueden potenciar: la creatividad, la socialización, el rompimiento con la rutina y la posibilidad de desactivar al niño interior.
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¿Qué papel juega la celebración de Halloween en reforzar las conexiones y la socialización entre adultos, en un contexto donde la vida adulta a veces limita este tipo de interacciones?
Todas las celebraciones son una oportunidad para validar vínculos con otras personas y construir una noción de nosotros mismos y el mundo social en el que habitamos. La celebración de Halloween, en particular, incluye una preparación previa en la que grupos de personas toman decisiones sobre disfrazarse o no, sobre las temáticas y los personajes que cada quien asume, o sobre el lugar en el que se va a llevar a cabo la celebración. En estas decisiones se ponen en escena nuestras creencias y nuestras expectativas sociales (por ejemplo, hay creencias religiosas que no son compatibles con Halloween, lo cual es completamente válido). Por eso, Halloween no es sólo celebración, también puede ser conflicto y está bien. Es una oportunidad de interacción social en la que, al final, muchos logramos identificar a otras personas que comparten gustos e intereses, y con las que fortalecemos vínculos y disfrutamos. También es una oportunidad para reconocernos en la diferencia, asumirla y aceptarla. Eso hace parte de la socialización, ya sea en la adultez, en la infancia o la adolescencia. De estas tensiones resultan aprendizajes valiosos sobre nuestro yo social.
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¿Qué beneficios psicológicos y creativos puede tener para los adultos celebrar Halloween, especialmente al permitirse jugar con disfraces y asumir personajes?
La celebración de Halloween brinda una oportunidad muy interesante para pensar en roles, expectativas sociales, límites y posibilidades. Detrás de la selección del disfraz están puestos nuestros deseos de vernos de una manera particular frente a un grupo que nos observa y, por ello, quienes disfrutamos de los disfraces a veces somos meticulosos y casi obsesivos con escoger cada detalle para representar lo mejor posible a un personaje. Además, al seleccionar de qué nos vamos a disfrazar, ponemos en evidencia nuestras aspiraciones (tener superpoderes, o ser tremendamente seductoras o seductoras, por ejemplo), nuestros miedos (a las arañas, a las brujas o a los murciélagos) o, simplemente, hacemos honor a nuestros gustos e intereses. En los disfraces se materializan las creencias acerca de cómo son los otros a quienes buscamos personificar, lo cual puede ser visto como una oportunidad para cuestionar nuestros estereotipos y creencias acerca de los otros. En este escenario, el principal beneficio psicológico consiste en cómo hacemos uso de la celebración para profundizar nuestro conocimiento sobre el mundo y las personas que lo habitan. Esta celebración es una fuente muy valiosa de información social.
Halloween es una celebración que, en sí misma, invita a la solución creativa de problemas, pues en muchas ocasiones tenemos que hacer gala de nuestra recursividad para responder con pocos materiales a las expectativas que se tienen sobre nuestro disfraz. Esto ya la convierte en una celebración que incentiva el razonamiento, la resolución de problemas y la toma de decisiones.
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¿Cómo puede el disfrazarse y adoptar otras personalidades en Halloween ayudar a reducir el estrés y explorar emociones que no expresamos habitualmente?
Celebrar es necesario, nos conecta con lo que consideramos importante y nos permite vincularnos con otras personas significativas. La reducción del estrés se da en la medida en que encontramos un espacio seguro para ser nosotros mismos, aunque tengamos un disfraz. Las celebraciones nos dan carta abierta para expresar de forma intensa nuestras emociones, son situaciones sociales en las que se validan los gritos, los abrazos y la euforia, que son expresiones emocionales que dan cuenta de nuestra vinculación con el mundo y lo que nos ofrece. Por esta razón, es importante crear espacios seguros para la celebración, limitando el consumo de alcohol, por ejemplo, y dejar que sea la expresión genuina de emociones la que oriente la conexión y el vínculo entre las personas.
¿De qué manera Halloween puede ser una fecha para que los adultos reconecten con su “niño interior” y exploren la espontaneidad o el juego, sin miedo al juicio?
Desde mi perspectiva, no tenemos necesidad de conectarnos con nuestro niño interior. ¿Qué tal si pensamos en conectarnos con la persona que somos actualmente, independientemente de nuestra edad? Aún siendo adultos, necesitamos del juego y de la espontaneidad, necesitamos conectarnos con otros y fortalecer nuestros lazos, necesitamos responder a nuestras propias necesidades emocionales. Halloween puede ser una fecha especial en la medida en que nos reconcilia como adultos con estas necesidades que siguen pidiendo ser satisfechas.
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Para muchos, Halloween es una oportunidad de disfrazarse como alguien de un género opuesto. ¿De qué manera puede esta experiencia ayudar a explorar y comprender aspectos de la identidad y el género, sobre todo en niñas y niños?
Halloween brinda una ocasión única para que las infancias exploren libremente el género en un entorno creativo y seguro. Al disfrazarse como alguien de un género distinto, pueden descubrir diferentes expresiones y roles sin las restricciones sociales habituales. Esto impulsa la empatía y la comprensión de identidades variadas, ya que al “ponerse en los zapatos” de otra persona, obtienen una perspectiva sobre la flexibilidad y fluidez que pueden poseer las identidades. Además, esta vivencia temprana puede ser un paso positivo hacia la aceptación de la diversidad en sí y en quienes les rodean.
Desde el SexLab de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, invitamos a las personas cuidadoras a respaldar y animar a las infancias a probar disfraces con los que se sientan cómodas y libres, respetando sus decisiones y recordando que esta experiencia creativa no afecta su orientación sexual e identidad de género, sino que amplía su comprensión y acogida de la diversidad.
* Rafael Cendales es docente de la Facultad de Psicología de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz.