La importancia de abrazar la tristeza. También es patológico estar siempre feliz
Celebramos la alegría, la sonrisa en redes sociales que refleja una la positividad desenfrenada, mientras que a la tristeza la condenamos, la invisibilizamos, si pudieramos ocultarla debajo de la alfombra, junto al polvo, lo haríamos. ¿Por qué tanto negacionismo?
Por Redacción Cromos
24 de enero de 2024
La tristeza es culturalmente indeseable, se relega a un rincón oscuro, como si fuera un huésped no deseado en la supuesta fiesta que debe ser la vida. Nos inculcaron que debemos vivir felices, portar siempre buena cara y a ponerle color a los sentimientos. Muchos se han negado a entender que la tristeza es un componente normal de la experiencia humana.
La tristeza es una emoción genuina y necesaria que nos conecta con nuestra humanidad. Reprimirla puede tener consecuencias adversas para la salud mental. Si nos permitirnos sentirla, honramos la complejidad de nuestras emociones y abrazamos la realidad de que la vida está compuesta por una gama diversa de experiencias. “Cuando sentimos tristeza podemos hacer uso de ella de manera consciente, no mediante el rechazo o la evasión. No se trata de sentir tal cual nos sentimos, sin que medie el pensamiento hacia un pasado ya ocurrido que trata infructuosamente de cambiar los hechos, sino como un encuentro inevitable con nuestra realidad más íntima y simple”, explica el médico Santiago Rojas.
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La presión social para ser feliz constantemente puede generar un efecto contrario, lo anterior puede llevar a sentirnos incompletos o fallidos cuando experimentamos tristeza. Es importante reconocer que la felicidad y la tristeza coexisten, y ambas son igualmente valiosas para nuestro crecimiento emocional. “Esas emociones que nos ocurren se traducen en sensaciones diversas en todo nuestro ser, y es clave comprenderlas para determinar de qué estamos hechos. Si reconocemos lo que nos acontece podemos actuar, y en el acto de darnos cuenta de que en lo que sentimos por amargo que sea está la semilla de la transformación y el bienestar”, sostiene Rojas.
Sigue a Cromos en WhatsAppAceptar la tristeza no implica resignarse a ella, sino más bien entenderla como una oportunidad para la reflexión y el autodescubrimiento. La tristeza puede ser un indicador de necesidades no satisfechas, ofreciendo la posibilidad de explorar profundamente nuestras emociones y comprender aspectos de nosotros mismos que podríamos haber pasado por alto.
En cuanto a la tristeza provocada por la pérdida por duelo, el médico Rojas asevera que la muerte puede “renovar el amor que nos unía con el ser perdido, adaptando a la relación desde el interior que ahora se construye en presente. Así que si tienes una pérdida, de la mano de la tristeza recorre el camino hasta motivarte por la vida y los vivos, contando eso sí con el apoyo y la compañía de otros seres queridos en el viaje o un terapeuta en caso de ser necesario”.
Así que desatanizar la tristeza también significa fomentar un ambiente de comprensión y apoyo mutuo. Al compartir nuestras experiencias emocionales, creamos conexiones más auténticas y eliminamos el estigma asociado con la vulnerabilidad. Todos hemos experimentado momentos difíciles, y al reconocer y validar la tristeza en los demás, construimos comunidades más empáticas y solidarias.
En lugar de buscar la felicidad constante, abracemos la complejidad de la vida emocional. Aceptar la tristeza como una parte natural de nuestro viaje nos permite vivir de manera más auténtica y enriquecedora. La tristeza, lejos de ser un enemigo, puede ser nuestra aliada en el viaje hacia una existencia más plena y auténtica.
Es hora de desatanizar la tristeza, liberarla de estigmas y reconocer que siempre estar feliz no es un requisito para vivir plenamente.
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