La migraña puede afectar económicamente a una persona, según estudio: ¿por qué?
La migraña tiene un alto impacto en la productividad y la probabilidad de empeorar las desigualdades de género y sociales, según estudio del Instituto WifOR, para FIFARMA. Te dejamos todos los detalles en este artículo.
Por Redacción Cromos
17 de septiembre de 2024
La migraña, una enfermedad neurológica debilitante, afecta gravemente la vida de quienes la padecen, pero su impacto va más allá de los síntomas físicos: también tiene consecuencias económicas significativas. Un reciente estudio del Instituto WifOR, solicitado por FIFARMA, reveló la magnitud de las pérdidas económicas asociadas a la migraña en ocho países de Latinoamérica entre 2018 y 2022.
Este análisis expone una verdad alarmante: la migraña no solo afecta la salud personal, sino que también tiene un coste económico considerable para los países y los individuos.
Ausentismo y productividad: el golpe directo a los ingresos
En primer lugar, el estudio arrojó cifras contundentes que demuestran el enorme impacto económico. En Brasil, las pérdidas económicas relacionadas con la migraña ascendieron a 142.900 millones de USD durante los cinco años analizados, mientras que en Costa Rica las pérdidas fueron de 3.900 millones de USD.
Estas cifras ponen en evidencia la magnitud de la situación y cómo esta enfermedad afecta no solo a las personas, sino también a la economía de las naciones. De hecho, en varios países latinoamericanos, la migraña es responsable de pérdidas equivalentes al 1.2% del PIB.
Sigue a Cromos en WhatsAppPor otro lado, uno de los efectos más palpables de la migraña es su impacto en la productividad laboral. Las personas que padecen migraña pierden, en promedio, 19.5 días de trabajo al año debido a esta condición, lo cual afecta directamente sus ingresos. Esto genera un efecto cascada que no solo repercute en sus finanzas personales, sino también en la economía de sus países.
En Colombia, por ejemplo, donde se estima que la migraña afecta al 13.8% de las mujeres y al 4.8% de los hombres, la productividad se ve gravemente reducida. Además, en términos de ausentismo laboral, esta condición contribuye significativamente a las pérdidas económicas.
Rodrigo Nascimento, médico con función actual en Asuntos Médicos en el negocio farmacéutico, y experto en el tratamiento de la migraña, señala que esta enfermedad “causa un daño enorme en la vida personal y profesional de los pacientes, la mayoría de los cuales son mujeres”. Según Nascimento, además de las pérdidas económicas por el ausentismo laboral, “la enfermedad afecta la vida personal, dañando actividades esenciales no remuneradas, como el cuidado del hogar, los niños y el ocio”.
Para compensar las pérdidas económicas derivadas de la migraña en Colombia, cada persona mayor de 15 años tendría que trabajar, en promedio, ocho días adicionales al año. Esta realidad agrava aún más las condiciones económicas de los pacientes, especialmente aquellos que se encuentran en el sector informal. Para estos trabajadores, la falta de estabilidad laboral y acceso a fondos de apoyo multiplica las pérdidas financieras, exacerbando su vulnerabilidad.
La desigualdad y la migraña
En cuanto a la desigualdad económica, el impacto de la migraña no es uniforme. Estudios han demostrado que las personas de clases económicas más bajas tienen un mayor riesgo de sufrir esta condición. Factores como una dieta inadecuada, el tabaquismo, la inactividad física y un bajo nivel educativo incrementan la vulnerabilidad de estas poblaciones.
Esta situación es especialmente preocupante en países como Colombia, Perú y Ecuador, donde más del 60% de los trabajadores están empleados en el sector informal. Estas personas, que ya enfrentan dificultades económicas, ven cómo las migrañas afectan desproporcionadamente su capacidad de generar ingresos y mantener sus empleos.
Asimismo, es importante resaltar que las mujeres, especialmente aquellas entre 15 y 49 años, son las más afectadas por la migraña. De hecho, según un estudio de 2020, esta condición es la principal causa de discapacidad en las mujeres a nivel mundial. La enfermedad no solo afecta su desempeño en trabajos remunerados, sino que también interfiere con actividades esenciales no remuneradas, como el cuidado del hogar y los niños; tareas que, aunque no generan ingresos, son fundamentales para el bienestar de las familias y de la sociedad en general.
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La migraña como motor de desarrollo
Por último, el estudio del Instituto WifOR plantea una visión interesante: comprender el impacto económico de la migraña podría llevar a enfoques innovadores para combatirla. En lugar de verla únicamente como una carga económica, la migraña podría convertirse en un motor de desarrollo si se implementan políticas y tratamientos adecuados. El análisis subraya que la acción contra la migraña no debería percibirse como un gasto, sino como una oportunidad para mejorar la salud y el bienestar económico.
Afortunadamente, los avances en investigación y tratamiento ofrecen una esperanza tangible para los pacientes, lo que no solo podría aliviar su dolor físico, sino también su carga económica a largo plazo.