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Mark Twain y México me ayudaron a confirmar que mi pareja es el amor de mi vida

Seguramente están pensando que canto victoria, que invoco al diablo, que juego con un encendedor, mecha y pipa de gas. Pero en este momento considero que es así: en un viaje de vacaciones confirmé que mi pareja es con quien quiero estar hasta que me convierta en abono.

Por Carlos Torres T.
25 de octubre de 2024
Mark Twain y Ambroce Bierce
Fotografía por: Canva

Ambroce Bierce se perdió en México, Mark Twain no. Ni siquiera sé si el padre de Tom Sawyer pisó suelo vecino, pero mientras estuve en CDMX recordé a los dos escritores. A Bierce por el misterio de su destino perdido en la frontera mexicoestadounidense, que fue abordado en la novela Gringo viejo, de Carlos Fuentes; al segundo por una frase que leí hace años que, hasta hace unos días, hizo hueco en mí.

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Suele pasar poco que las frases de genios se cristalicen en uno. Una semana y media en la capital mexicana me sirvieron para reafirmar las expectativas que tenía del país que adoptó a García Márquez. México es fascinante, vayas con quien vayas; si tienes la verdadera vocación de despersonalizarte para bañarte en lo nuevo, su cultura, historia, comida y gente te cautivan como el primer amor.

No me voy a quedar enumerando los encantos de México. Los que lo han pisado saben de lo que hablo y los que están pensando en ir les digo que vale cada esfuerzo. Si bien es un destino caro para los asalariados colombianos, vale la pena caminarla, ir a sus museos, ver las obras de Frida y de Diego, comer los tacos en los puestos callejeros y probar mezcal comercial y artesanal.

¿Por qué en un viaje se descubre al amor de la vida?

Hay personas (miles) que se encuentran el amor en un viaje. Casi todos conocemos a alguien que se conoció con un extranjero durante unas vacaciones, luego se casaron y... Lo que es menos usual es que un viaje reafirme convicciones amorosas, como me sucedió recientemente en la ciudad que me enamoró desde el comienzo (hasta el ingreso a migración me gustó).

Viajé con mi novia con la que llevamos 9 años y era la primera vez que pisábamos juntos otro país. Todo lo que hacemos normalmente suele salir bien, este viaje no sería la excepción, pero el diablo está en los detalles. ¿Y si no nos entendíamos en México? ¿Y si a varios países de distancia las cosas no fluían como en casa? Créanme, lo pensé, me lo pregunté, un viaje significa mas que romper la rutina.

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Aquí es cuando aparece la voz de Mark Twain: “He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”. No recuerdo cuándo leí la frase, pero la tuve presente antes, durante y al final de las vacaciones. Podría intentar un decálogo para saber si la pareja con la que te fuiste de viaje es el amor de tu vida, pero soy lánguido dando consejos, más cuando no son solicitados.

Tom Sawyer y Huckleberry Finn son personajes icónicos en la obra del escritor estadounidense.

Tom Sawyer y Huckleberry Finn son personajes icónicos en la obra del escritor estadounidense.

Fotografía por: Canva

Pero sí estoy en la capacidad de decir que un viaje en pareja es un lapso que trasciente a las ciudades, pueblos, idiomas y playas. La experiencia íntima, la comodidad, la empatía, el entendimiento, las finanzas y hasta la alimentación entran en una dinámica tectónica que puede poner en entredicho el concepto que tienes del otro.

Mi pareja y yo hubieramos podido ir a otro país y el viaje hubiera sido igual de significativo para el futuro de nuestro vínculo. A pocas horas de haber estado en tierras mexicas, continúo masticando todo lo que descubrí a nivel individual y grupal.

Es una quimera el recuerdo que tendré de este viaje en 20 años, no obstante, estoy seguro que se me vendrá a la cabeza que caminamos CDMX durante horas, agarrados de la mano, hablando del acento agradable de los locales, de los interminables bosques de Chapultepec, de lo sabrosos tacos al pastor, de lo flojo que soy para el picante, de lo fuerte que es el peso mexicano frente al peso colombiano y de que en México planeamos ir en 2025 a otro país latinoamericano como segunda luna de miel.

Para no dejar a Ambroce Bierce sin cita, tomo su definición del amor extraída de su Diccionario del diablo: “Insania temporaria curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como las caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación. A veces es fatal, aunque más frecuentemente para el médico que para el enfermo”.

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Por Carlos Torres T.

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