No romanticemos el consumo de marihuana: lo que le pasa al cerebro del fumador
¿Conoces a alguien que la defiende, sosteniendo que la yerba es más sana que consumir alcohol? Esta nota no defiende ninguno de los dos consumos, pero sí “desromantiza” el acto de fumar marihuana. Compartimos el concepto de un neuropsicólogo.
Por Redacción Cromos
04 de septiembre de 2024
Todos tenemos a un conocido o un amigo que fuma todos los días. Que lo hace en determinado momento del día: cuando se despierta, al mediodía o en la noche.
En más de una ocasión le hemos oído su defensa férrea del consumo, a veces sus palabras tienen por objetivo satanizar otras sustancias porque supuestamente “la marihuana es natural y ancestral”.
La escena puede ser caricaturesca, graciosa, pero no vinimos a explorar ese lado, sino a hablar de la romantización de la marihuana. ¿De verdad es tan santa como lo aseguran algunos de sus defensores? No se trata se satanizarla, pero sí de ofrecer un debate constructivo que nos permita tener una discusión que supere las posturas personales.
¿Cuándo hay adicción a la marihuana?
Razones para dejar de romantizar la marihuana
Para escribir este artículo, hablamos con el neuropsicólogo Juan Daniel Gómez, un experto en adicciones cuyo curriculum habla de su larga experiencia. Se doctoró en la Universidad de Munich y representó a Colombia ante la Comisión Interamericana Contra el Abuso de Drogas.
Sigue a Cromos en WhatsAppDe entrada, le preguntamos si la marihuana produce dependencia. Esto nos respondió: “La marihuana es una planta con cerca de setenta fitocannabinoides. Cada uno de ellos produce cambios biológicos y otros a nivel de comportamiento. Un día un indígena me la definió como una muchacha joven, muy celosa, a la que un día unos extranjeros adularon y después la prostituyeron. Entonces ella, como es celosa, no los dejó trabajar, los atrapó. La diferencia entre el veneno y el remedio está en las dosis. Las marihuanas de hoy son modificadas biológicamente y producen un grado de dependencia.
El experto Gómez es enfático en debatir la visión saludable sobre la marihuana. A su consideración, “su consumo irresponsable empieza a convertirse en un problema social. Antes nadie se internaba por consumo de marihuana, y ahora la gente la quiere dejar y no puede hacerlo sola”.
El problema de la marihuana en la actualidad
¿La marihuana llamada cripi produce dependencia? “En las cripi hay una modificación biológica en condiciones que no son naturales. Los consumidores deben saber que no les están vendiendo yerba sacada del suelo. Yo estaría de acuerdo con que hubiera consumo de cepas antiguas, como la mango biche, la punto rojo, marihuanas con un máximo de 4% de tetrahidrocannabinol (THC), que logran una trabada más lúcida y no generan dependencia”.
La escasez de las cepas criollas: “Hoy es casi imposible conseguirlas. Esas semillas están desapareciendo del planeta, ahora se siembran las importadas de Canadá”.
Sobre la marihuana medicinal: “Le voy a poner un ejemplo: en Argentina una mamá interpuso una tutela y logró que le dieran cannabis medicinal a su hijo epiléptico. Pero la señora lo que tiene es un hijo marihuanero, porque lo que le sirve del cannabis para la enfermedad no es el THC sino el cannabidiol, que no es para uso recreativo, no tiene efectos euforizantes y no produce dependencia. Yo me pregunto por qué no lo extraen y se lo dan al muchacho, en vez de ponerlo a fumar marihuana. El THC ha demostrado ser útil para algunos trastornos de ansiedad, se han encontrado unas marihuanas que sirven de ansiolítico y otras que producen estados de ansiedad y pánico”.
¿Qué les diría a los consumidores de drogas que sostienen que sólo lo hacen de vez en cuando? “Que las dejen un mes y me demuestren que pueden vivir sin la sustancia. Me pasa mucho con los que sostienen que la marihuana es una filosofía de la vida. Yo les digo ‘Muéstreme que usted no es dependiente de la sustancia”, y me encuentro con que no pueden dejarla. No vuelven a consulta’”.
¿Hay una medida recomendada para fumar marihuana? El consumidor se fuma un porro del tamaño de un cigarrillo de tabaco, cuando la dosis efectiva para un adulto de 80 kilos es de cuatro o cinco plones. Para sentir su efecto se debe esperar unos minutos, y no seguir fumando hasta terminarse el cacho.