Con la llegada de las lluvias y la caída de las temperaturas, muchos de nosotros empezamos a sacar las bufandas y abrigos, preparándonos para el inevitable ataque de resfriados y gripes.
Pero ¿alguna vez te has preguntado por qué parece que el frío nos hace más susceptibles a estas enfermedades? A continuación, te explicamos el porqué de este fenómeno que nos afecta cada año.
Sigue a Cromos en WhatsAppEl frío y el sistema inmunológico
La teoría más ampliamente aceptada es que el frío afecta nuestro sistema inmunológico. Cuando las temperaturas bajan, nuestro cuerpo tiene que trabajar más para mantener una temperatura interna adecuada, lo que puede desviar recursos del sistema inmunológico.
Además, el frío puede reducir la eficacia de las células inmunitarias encargadas de combatir los virus, dejándonos más vulnerables a infecciones como la gripe.
¿Cómo afecta el factor del aire seco al cuerpo?
El aire frío tiende a ser más seco, especialmente en interiores donde la calefacción puede reducir aún más la humedad. Este aire seco puede deshidratar las membranas mucosas en la nariz y la garganta, que son nuestras primeras líneas de defensa contra los virus.
Cuando estas membranas se secan, se vuelven menos efectivas para atrapar y eliminar patógenos, facilitando la entrada de virus como el de la gripe en nuestro sistema.
Mayor convivencia en espacios cerrados
Otro factor crucial es el comportamiento humano durante los meses fríos. Con el descenso de las temperaturas, tendemos a pasar más tiempo en interiores, en contacto cercano con otras personas.
Esta proximidad facilita la transmisión de virus, ya que estamos más expuestos a gotitas respiratorias que se propagan cuando alguien infectado tose o estornuda. Las escuelas y oficinas, en particular, son focos de contagio durante el invierno.
El frío puede hacer que el sistema inmune deba realizar trabajos extra protegiendo el cuerpo y manteniéndolo caliente.
Cambios en el virus de la gripe
Los virus de la gripe, específicamente, parecen prosperar en condiciones frías y secas. Investigaciones han demostrado que estos virus se vuelven más estables y permanecen en el aire por más tiempo cuando las temperaturas son bajas y la humedad es reducida. Esto aumenta las probabilidades de que una persona inhale el virus y se infecte.
Estrés estacional
El invierno también puede ser una época estresante para muchas personas, ya sea por las festividades, el fin de año laboral o simplemente el efecto del clima en el estado de ánimo. El estrés puede debilitar el sistema inmunológico, haciéndonos más susceptibles a enfermedades como la gripe.
Además, la falta de luz solar durante los meses de invierno puede llevar a una deficiencia de vitamina D, que es esencial para el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico.
Estrategias para protegerse
Para protegerte durante los meses fríos, es crucial mantener una buena higiene, como lavarse las manos regularmente y evitar tocarse la cara. También es recomendable usar humidificadores para mantener el aire interior más húmedo, lo que puede ayudar a mantener las membranas mucosas hidratadas. Y, por supuesto, vacunarse contra la gripe es una de las mejores maneras de prevenir la infección.
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Aunque el frío no causa directamente la gripe, crea un ambiente que favorece la propagación del virus y debilita nuestras defensas naturales.
Así que, en épocas de lluvia, mantente abrigado, hidratado y consciente de las medidas preventivas para mantener la gripe a raya.