¿Por qué hay personas que se levantan a comer en la madrugada?
Entrevistamos al endocrinólogo Óscar Rosero para hablar del hambre en la madrugada, el reloj biológico y del impacto de la comida chatarra en el metabolismo. Todo lo que debes saber del síndrome del comedor nocturno lo encuentras en Cromos.
Por Redacción Cromos
03 de diciembre de 2024
En mi familia hay un tío que se levanta a mitad de la madrugada a abrir la nevera. Si hay un sonido característico, fácil de imaginar, es el de la puerta que separa el frío artificial de la temperatura ambiente.
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¿Por qué mi tío se levanta a comer cuando debería estar en la cama, intentando dormir? En el silencio de la noche pasan muchas cosas, dentro y fuera del cuerpo. Justamente sobre esto vinimos a hablar con el endocrinólogo Óscar Rosero.
Lo que le ocurre a mi familiar en las madrugadas sirve para hablar de metabolismo, malos y buenos hábitos, reloj biológico y de mucho más.
Sigue a Cromos en WhatsAppQué es el síndrome del comedor nocturno
Pregunta: ¿Qué es el síndrome del comedor nocturno?
Respuesta del doctor Rosero: El síndrome del comedor nocturno es un trastorno de conducta alimentaria ampliamente estudiado en la literatura científica. Se caracteriza por episodios recurrentes en los que la persona, incluso estando dormida, se despierta en la madrugada con sensación de hambre. Generalmente, consume alimentos poco saludables en estos momentos.
¿Por qué ocurre?
Existen varias teorías al respecto. Por un lado, puede ser un trastorno de la conducta alimentaria relacionado con aspectos emocionales. Por otro, factores fisiológicos, como un desajuste en los ritmos circadianos y hormonales, pueden jugar un papel importante. Estos desequilibrios suelen ser consecuencia de malos hábitos de vida, como el consumo de ultraprocesados durante el día, lo que afecta los “relojes” internos del cuerpo y puede desencadenar la necesidad de comer en la noche.
¿Cuál es el tratamiento para este síndrome?
El tratamiento puede incluir el uso de fármacos como los inhibidores de la recaptación de serotonina para ayudar a regular la necesidad de comer por la noche. Además, es fundamental implementar estrategias para reajustar los ritmos circadianos, como:
- Mejorar la calidad de las comidas diarias, especialmente la cena, priorizando alimentos ricos en proteínas, grasas saludables y fibra.
- Promover la actividad física en la mañana, ya que ejercitarse en la tarde o noche puede alterar el sueño y aumentar el deseo de comer.
- Crear un entorno de apoyo social que limite el acceso a alimentos ultraprocesados.
¿Se puede presentar en niños o jóvenes?
Este síndrome es más común en adultos, especialmente en aquellos con sobrepeso. En niños y jóvenes no es frecuente ni está tan estudiado.
¿Qué recomendaciones puede dar para respetar los ritmos circadianos?
Los ritmos circadianos son ciclos de 24 horas que regulan funciones corporales esenciales, sincronizadas con la luz del sol. Por ejemplo, el cortisol, la hormona del estrés, alcanza su pico a las 8:00 a.m., preparándonos para el día. Para respetar estos ciclos, se recomienda:
- Desayunar en las horas adecuadas, alineándose con los picos hormonales.
- Evitar comer en la noche, ya que órganos como el hígado no están preparados para recibir nutrientes en ese momento.
- Dormir entre siete y diez horas por noche, idealmente acostándose entre las 7:00 p.m. y las 10:00 p.m.
¿Cuál es la hora ideal para levantarse?
Entre las 5:00 y las 6:00 a.m. Respetar este ritmo biológico contribuye a un mejor equilibrio hormonal y metabólico, mejorando el bienestar general.
¿Se puede estar en forma y tener este síndrome, o sería una contradicción?
No es una contradicción. Muchas veces confundimos estar “en forma” con tener un peso adecuado o una apariencia musculada, pero esto no siempre refleja un estado metabólico saludable.Por ejemplo, algunos deportistas profesionales, acostumbrados a consumir grandes cantidades de calorías, suelen optar por alimentos ultraprocesados. Esto puede derivar, en la adultez, en enfermedades metabólicas como obesidad, hipertensión o enfermedades cardiovasculares. Estar en forma debe considerar tanto el estado físico externo como el equilibrio interno del organismo.
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