La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es un problema común que afecta las arterias del cuerpo. Si tiene esta afección, el corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre. En general, la hipertensión es una lectura de presión arterial de 130/80 o más.
El Dr. Ivan Porter II, nefrólogo de Clínica Mayo, afirma que esta enfermedad puede conducir a un problema cardíaco, a un accidente cerebrovascular y otros obstáculos de salud graves, incluyendo varios relacionados con los riñones.
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Cuando piensas en la presión arterial alta, probablemente ya sepas que puede causar los anteriormente mencionado, pero eso no es todo, también puede conducir a una enfermedad renal crónica.
Es importante acudir al médico con regularidad si se tiene hipertensión.
¿Por qué la hipertensión daña los riñones?
Esta enfermedad puede hacer que los vasos sanguíneos renales se debiliten y dañen los riñones. “A medida que la enfermedad renal crónica evoluciona, muchas personas desarrollan hipertensión; por otro lado, las personas con hipertensión también desarrollan enfermedad renal crónica”, explica el Dr. Porter.
“Ambas condiciones parecen ir de la mano, por eso, el control de la presión arterial alta es una de las cosas más importantes que debemos hacer cuando alguien tiene una enfermedad renal”, añadió.
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Asimismo, la hipertensión arterial está influenciada por varias decisiones de nuestro estilo de vida, como ejercitarnos con regularidad, evitar alimentos procesados, disminuir el consumo de sodio e incorporar más frutas y verduras en nuestra alimentación diaria.
En ocasiones, estos ajustes no bastan y es necesario recurrir a medicamentos para gestionarla. Sin embargo, es importante reconocer el significativo impacto que nuestras elecciones de vida pueden tener en el manejo de la salud.
Los principales cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a controlar la presión arterial alta son:
- Seguir una dieta saludable para el corazón con menos sal.
- Hacer actividad física con regularidad.
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- Mantener un peso saludable o bajar de peso.
- Limitar el consumo de alcohol.
- No fumar.
- Dormir de 7 a 9 horas diarias.
