El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, encargado de funciones vitales como la desintoxicación, el metabolismo y la producción de bilis.
Sin embargo, ciertos alimentos pueden afectar negativamente su funcionamiento, causando problemas como hígado graso, inflamación o daño hepático. A continuación, te explicamos cuáles son y cómo evitarlos para cuidar tu salud.
Sigue a Cromos en WhatsAppAlimentos malos para el hígado
El hígado cumple más de 500 funciones esenciales para el cuerpo, como procesar nutrientes, almacenar energía y eliminar toxinas. Una alimentación poco saludable puede sobrecargar este órgano, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas como el hígado graso no alcohólico o la cirrosis.
Cuidar el hígado es fundamental para mantener una buena salud general.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 25% de la población mundial sufre de hígado graso, una condición relacionada principalmente con el consumo de alimentos dañinos y el sedentarismo.
¿Qué alimentos dañan el hígado y por qué?
1. Alimentos ultraprocesados
Los alimentos como papas fritas, galletas, embutidos y comida rápida son ricos en grasas trans, azúcares y conservantes. Estas sustancias aumentan los niveles de grasa en el hígado, dificultando su correcto funcionamiento.
Un estudio publicado en The Journal of Hepatology demostró que una dieta rica en ultraprocesados está asociada con un mayor riesgo de hígado graso y enfermedades inflamatorias.
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2. Azúcares añadidos
El consumo excesivo de azúcares, presentes en refrescos, jugos procesados y dulces, puede provocar acumulación de grasa en el hígado. Esta condición, conocida como esteatosis hepática, puede evolucionar a problemas más graves si no se controla.
Se recomienda limitar el consumo de azúcar a menos del 10% de las calorías diarias, según las pautas de la OMS.
3. Alcohol
El alcohol es una de las principales causas de daño hepático. Su consumo excesivo sobrecarga al hígado, que debe trabajar más para descomponerlo y eliminarlo del organismo. Esto puede derivar en inflamación, fibrosis y, eventualmente, cirrosis.
Para proteger el hígado, se recomienda un consumo moderado: no más de una bebida al día para mujeres y dos para hombres, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
4. Alimentos ricos en grasas saturadas
El consumo de carnes grasas, lácteos enteros y mantequilla en exceso puede contribuir a la acumulación de grasa en el hígado. Esto aumenta el riesgo de hígado graso y eleva los niveles de colesterol, afectando también al sistema cardiovascular.
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5. Sal en exceso
El exceso de sodio, presente en alimentos procesados como sopas enlatadas, embutidos y snacks salados, puede causar retención de líquidos y aumentar la presión arterial, lo que indirectamente afecta la salud hepática.
Según la OMS, la ingesta de sodio no debe superar los 5 gramos diarios (aproximadamente una cucharadita).