Si tienes gatos y sufres de rinitis alérgica, así la puedes tratar
La rinitis, esa molesta enfermedad de causas diversas y algunas veces impredecibles, es difícil de curar. Sin embargo, existen algunas recomendaciones que pueden aliviarla si se siguen al pie de la letra.
Por Redacción Cromos
17 de septiembre de 2024
Picazón en los ojos, presión en los senos paranasales, flujo nasal, lagrimeo y congestión general pueden ser algunos de los síntomas que sufren quienes padecen de rinitis, y sus causas pueden ser diversas. De acuerdo con el médico otorrinolaringólogo Gustavo Adolfo Bonilla Orjuela, “la rinitis es la enfermedad del sistema respiratorio superior más común, y es un proceso inflamatorio que afecta en mayor medida la mucosa de la cavidad nasal”.
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Se presenta con síntomas similares a los de una gripe y, según el experto, “se debe en mayor medida a la respuesta del epitelio nasal ante un recomendaciones que pueden aliviarla si se siguen al pie de la letra. alérgeno, y esta respuesta está mediada por factores como inmunoglobulina E”.
Adicionalmente, muchos no saben que existe la rinitis alérgica (con señales similares a los descritos) y la rinitis no alérgica, “que implica estornudos crónicos o una nariz congestionada que gotea sin causa aparente. Los síntomas de la rinitis no alérgica son similares a los de la rinitis alérgica, pero sin los signos habituales de una reacción alérgica”, explican fuentes de la Clínica Mayo.
Sigue a Cromos en WhatsAppEl diagnóstico de rinitis no alérgica se realiza después de descartar una causa alérgica.
¿Qué es la rinitis alérgica?
“Cuando se tiene rinitis alérgica, el sistema inmunitario identifica una sustancia inofensiva transmitida por el aire como dañina, es decir, un alérgeno. El cuerpo se protege a través del sistema inmunitario, que genera anticuerpos de inmunoglobulina E. Así, la próxima vez que se está en contacto con el alérgeno, los anticuerpos le indicarán al sistema inmunitario que libere sustancias químicas, como histamina, al torrente sanguíneo. Esto dará lugar a una reacción que provoca los síntomas de la rinitis alérgica”, señalan los médicos expertos de la Clínica Mayo.
¿Y la rinitis no alérgica?
“Es más común que se desate después de los 20 años y se desconocen sus causas exactas, pero se sabe que se presenta cuando los vasos sanguíneos en la nariz se expanden y llenan el tejido nasal de sangre y líquido”, indican los especialistas. También se dice que entre las posibles causas está la hipersensibilidad de las terminaciones nerviosas de la nariz, similar a la forma en la que reaccionan los pulmones en el asma. Independientemente de cuál es su causa, el resultado siempre es el mismo: membranas nasales hinchadas y congestión o moco excesivo.
Los detonantes de esta situación pueden incluir olores e irritantes en el aire, cambios en el clima, algunos medicamentos, comidas picantes, cambios hormonales, dormir boca arriba, apnea obstructiva del sueño o afecciones médicas crónicas. El diagnóstico de rinitis no alérgica se realiza después de descartar una causa alérgica.
La rinitis sí tiene cura
Según la Clínica Mayo, “en ambos casos hay tratamiento. En el de la rinitis alérgica es conveniente limitar la exposición a las sustancias que podrían provocar la afección. Hay tratamientos de la rinitis alérgica que incluyen medicamentos, inmunoterapia (cuando se identifica el alérgeno) y enjuagues nasales con solución salina”.
Por su parte, el tratamiento de la rinitis no alérgica depende de cuánta molestia cause, pues muchas veces son leves. “En algunos casos, los procedimientos quirúrgicos pueden ser una opción para tratar las complicaciones, como un tabique nasal desviado o pólipos nasales persistentes”, explica el experto de la Clínica Mayo.
Recomendaciones para evitar una rinitis alérgica
Si bien es imposible evitar por completo los alérgenos, se pueden reducir los síntomas limitando la exposición a estas sustancias. Entre los consejos aportados por los especialistas están: usar fundas a prueba de alergia en colchones, bases de camas y almohadas; lavar las sábanas y los muñecos de peluche, al menos semanalmente, con agua caliente a 130 °F (54 °C) como mínimo; utilizar un deshumidificador para reducir la humedad; limpiar las alfombras semanalmente con una aspiradora que tenga un filtro para partículas pequeñas; emplear un paño o un trapo húmedo para evitar que se disperse el polvo; mantener las mascotas fuera de la casa, si es posible; lavarse las manos después de acariciar un animal, y lavar la ropa luego de tener contacto con la mascota.