Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo, cobrando alrededor de 17,9 millones de vidas cada año según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Las afecciones más frecuentes se clasifican en trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos, que incluyen cardiopatías coronarias, enfermedades cerebrovasculares y trombosis venosas, resultado de una combinación de factores de riesgo como el tabaquismo, la alimentación poco saludable, obesidad, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, alto índice de grasas en la sangre, hipertensión arterial y diabetes.
¿Cuáles son los tipos de enfermedades cardiovasculares?
Pacientes con presión arterial alta, colesterol elevado, obesidad, diabetes y/o con antecedentes familiares, presentan un mayor riesgo cardiovascular.
Al respecto, el Dr. Giovanni De La Cruz, jefe de Cardiología de la Clínica del Country afirma: “Aunque las enfermedades cardiovasculares son la patología que más muertes cobra alrededor del mundo, las personas sólo asisten a consultas cardiológicas cuando sufren un episodio que pone en riesgo su vida. Por eso hacemos un llamado a todos esos corazones que nos necesitan, para que escuchen el llamado, aprendan a identificar su riesgo cardiaco y eviten un infarto o accidente cerebro vascular”.
Pacientes con presión arterial alta, colesterol elevado, obesidad y más patologías, presentan un mayor riesgo en su salud.
La enfermedad cardiovascular es una condición que afecta el corazón o los vasos sanguíneos, siendo la más común la cardiopatía coronaria -arterias estrechas u obstruidas- que puede causar desde dolor de pecho hasta un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
“Se debe prestar atención a síntomas como dolor opresivo en el pecho que generalmente se irradia hacia el brazo izquierdo (aunque en ocasiones se presenta en el brazo derecho), dolor en el cuello, ganas de vomitar y ahogo. En estos casos, se debe acudir al centro de salud más cercano, pues indican un posible infarto” agrega el Dr. De la Cruz.
El riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aumenta en los pacientes con hipertensión, colesterol alto, obesidad y diabetes. Las personas con una alimentación poco saludable, sedentarias o consumidores de tabaco también tienen mayor probabilidad de presentar a futuro una enfermedad de corazón.
Igualmente, las cardiopatías genéticas o familiares tienen hasta un 50 % de probabilidad de ser heredadas por los hijos, “si en la familia existen antecedentes de enfermedad cardiovascular o casos de muerte súbita (infarto), es clave acudir a consulta desde una edad temprana para realizar el diagnóstico”, agrega el Dr. De La Cruz.
¿En qué consiste la evaluación de riesgo cardiovascular anticipado?
Con una evaluación de riesgo cardiovascular anticipado es posible determinar la posibilidad que tiene un paciente de sufrir un paro cardiaco o enfermedad del corazón en los próximos 10 años; cuando el porcentaje es alto –superior a 40 – el especialista recomienda un plan de tratamiento para reducir el riesgo.
La evaluación incluye un cuestionario para identificar factores como edad, antecedentes familiares y estilo de vida para luego calcular el porcentaje de riesgo de infarto. Según el caso, en la Clínica del Country se realizan diversas pruebas de tamizaje no invasivas, exámenes con imágenes para observar las arterias (en caso de una obstrucción mayor al 70 % se interviene quirúrgicamente), pruebas de sangre, TAC, e incluso ecocardiograma con estrés (mientras el paciente realiza actividad física).
¿Cómo cuidar el corazón? los especialistas recomiendan:
· Antes de iniciar un nuevo programa de ejercicio es ideal acudir a una valoración para identificar la posibilidad de sufrir muerte súbita asociada a deportistas recreativos.
· Controlar la presión arterial: es importante revisarla al menos una vez al año.
· Mantener el colesterol bajo control para evitar la obstrucción de arterias; los triglicéridos altos también se asocian a riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente en mujeres.
· Mantener una dieta saludable -alta en frutas, verduras y granos enteros- y limitar el consumo de grasas saturadas, sodio, azúcar y productos enlatados y procesados.
· Realizar actividad física mínimo 40 minutos tres veces a la semana.
· Limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaquismo.