El acoso laboral, que a menudo se manifiesta en forma de exigencias excesivas, horarios inflexibles y una cultura de alta presión, puede tener consecuencias devastadoras, como el caso de la perdida que sufrió la comunidad médica el mes pasado con el suicidio de una residente en cirugía.
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Esta trágica noticia, puso en relieve la preocupante realidad sobre el impacto del estrés en la salud mental de los profesionales.
¿Qué es bueno para quitar el estrés?
De acuerdo con Carmen Cristina Góngora Escobar, representante del Campo de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo para el Capítulo Tolima del Colegio Colombiano de Psicólogos - Colpsic, el acoso laboral puede causar trastornos emocionales graves, como ansiedad, depresión y estrés crónico, además de afectar la autoestima. A nivel laboral, reduce la productividad, aumenta la rotación de personal y deteriora el clima organizacional.
La experta también señala que el acoso laboral puede generar problemas en las relaciones interpersonales, aumentar el ausentismo y crear un ambiente tóxico, lo que disminuye la moral, el compromiso y la satisfacción del equipo.
En este contexto, Laura Vanessa García Gualdrón, representante del Campo Psicología de la Salud para el Capítulo Bogotá y Cundinamarca del Colegio Colombiano de Psicólogos - Colpsic, plantea que “la presión laboral se caracteriza por formas persecutorias relacionadas con la exigencia de rendimiento o la aplicación de horarios rígidos. A veces consiste en literalmente hacer que la persona perciba la situación tan estresante que termine yéndose del lugar de trabajo por iniciativa propia”.
Esta presión prolongada puede llevar a un sufrimiento psicológico tan intenso que, en algunos casos, la persona puede llegar a ver el suicidio como la única salida. En este sentido, es crucial que los sistemas de apoyo estén disponibles tanto en el ámbito familiar como profesional.
Cuando una persona enfrenta problemas de salud mental, la red de apoyo más cercana, como la familia, juega un papel vital. Sin embargo, en situaciones donde los lazos familiares son conflictivos o frágiles, el individuo puede experimentar un estrés adicional en lugar de recibir el apoyo necesario.
De hecho, cuando las personas verbalizan sus preocupaciones se libera una tensión emocional que reduce los niveles de estrés y es fundamental que quien escucha a la persona, brinde apoyo por medio de la comprensión y sea una guía en la búsqueda de una solución efectiva ante su problema, brindando posibles opciones que la persona por sí misma no logra visibilizar precisamente debido a la tristeza, preocupación y estrés que puede estar vivenciando.
Asimismo, la depresión, que puede ser el resultado del estrés laboral crónico, altera la química cerebral, afectando la capacidad de una persona para experimentar placer y motivación. “Cuando el cerebro comienza a inhibir neurotransmisores esenciales, la persona puede sentir un desgaste emocional significativo, que impacta en su capacidad para tomar decisiones y buscar soluciones efectivas”, agrega García.
Es imperativo que tanto los empleadores como los profesionales de la salud mental reconozcan la gravedad del estrés laboral y trabajen para crear entornos de trabajo más saludables. La implementación de prácticas que prioricen el bienestar mental, así como el acceso a recursos de apoyo psicológico, son pasos cruciales para prevenir tragedias en el futuro.
Recomendaciones para gestionar el estrés en el trabajo:
- Promoción de la Salud Mental a través de programas con acceso a servicios de consejería y apoyo psicológico confidencial, así como entrenamiento en resiliencia con talleres y capacitaciones sobre habilidades para el manejo del estrés.
- Fomentar un ambiente laboral positivo en el que los empleados se sientan valorados y apoyados, donde la comunicación abierta sea la norma.
- Implementar sistemas de reconocimiento que valoren los logros y el esfuerzo de los empleados para mejorar la moral y el sentido de pertenencia.
- Reducir el estrés laboral a partir del ajuste de las cargas de trabajo y opciones de trabajo flexibles, promoviendo el equilibrio entre responsabilidades profesionales y personales.
- Prevenir el acoso y la violencia desarrollando e implementando políticas claras en el lugar de trabajo, proporcionar formación continua para prevenir y abordar estos temas, además de establecer mecanismos de denuncia confidenciales y seguros.