¿Se puede hacer ejercicio con gripe?
¿Qué tan cierto es eso de que “el ejercicio ayuda a sudar la gripe”? Esto dice la ciencia sobre practicar actividad física en medio de esta enfermedad.
Por Redacción Cromos
27 de julio de 2024
Hacer ejercicio regularmente es fundamental para mantener una buena salud y un sistema inmunológico fuerte. Sin embargo, cuando nos enfermamos, especialmente con la gripe, surgen dudas sobre si es seguro continuar con nuestras rutinas de ejercicio. Aquí analizamos qué dicen los expertos y qué precauciones debemos tomar.
¿Qué ejercicio puedo hacer con gripe?
Si tus síntomas son leves y “por encima del cuello” (como un resfriado, congestión nasal, o dolor de garganta leve), generalmente es seguro hacer ejercicio moderado. Optar por actividades de baja intensidad, como caminar o yoga suave, puede ser beneficioso y hasta ayudarte a sentirte mejor. Sin embargo, es crucial escuchar a tu cuerpo y reducir la intensidad de tus entrenamientos habituales.
Además, si tienes síntomas de gripe o sospechas estar enfermo, es mejor quedarse en casa y no ir al gimnasio para así evitar dañar a otros. La gripe es altamente contagiosa y puede transmitirse fácilmente a través del contacto con superficies contaminadas o el aire.
¿Qué pasa si tengo tos con flema y hago ejercicio?
Cuando se presentan síntomas más graves como fiebre, tos profunda, dolor corporal, fatiga extrema o congestión en el pecho, lo mejor es evitar el ejercicio. Estos síntomas indican que el cuerpo está luchando intensamente contra una infección y necesita descansar. Hacer ejercicio en estas condiciones puede empeorar los síntomas y prolongar el tiempo de recuperación.
Sigue a Cromos en WhatsAppEn particular, la fiebre eleva la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, lo que puede llevar a la deshidratación y poner un estrés adicional en el corazón. Ejercitarse bajo estas condiciones puede ser peligroso y aumentar el riesgo de complicaciones graves.
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¿El ejercicio suda la gripe?
Uno de los mitos más persistentes es que hacer ejercicio ayuda a “sudar” la fiebre o la enfermedad. Los expertos coinciden en que esto es falso y que, en realidad, puede ser perjudicial. El ejercicio intenso no acelera la recuperación y puede agravar la condición.
Por eso, es mejor reposar la gripe y una vez que los síntomas desaparecen, es importante no volver inmediatamente a la rutina de ejercicios habitual. Debes permitir que tu cuerpo se recupere completamente. Comienza con ejercicios de baja intensidad y aumenta gradualmente la intensidad a medida que te sientas mejor. Espera al menos unos días después de que la fiebre desaparezca antes de retomar cualquier actividad física.
Aunque es posible hacer ejercicio con síntomas leves, es fundamental escuchar a tu cuerpo y no forzar actividades cuando se presentan síntomas más graves. La prioridad siempre debe ser la recuperación completa y la prevención de la propagación de la enfermedad.
*Contenido generado por la IA, con supervisión humana.