El trastorno de pánico y las otras caras de la ansiedad
Los ataques de pánico pueden ser muy comunes y no necesariamente requieren un diagnóstico médico. Si los síntomas persisten, es esencial consultar a un especialista para comenzar una terapia de tratamiento.
Por Redacción Cromos
12 de diciembre de 2024
La escena no debió ocurrir, mucho menos que alguien la grabara y la hiciera circular por redes sociales para que todo el país fuera testigo de cómo una mujer de 26 años murió a causa de un ataque de pánico tras el temblor que sacudió al centro de Colombia el pasado 17 de agosto. Sin embargo, ese lamentable suceso puso la conversación sobre la mesa: cómo identificar un ataque de pánico, qué síntomas son frecuentes, qué tratamiento hacer y recomendaciones cuando se crea tener una crisis como estas.
“El trastorno de pánico es una condición frecuente y se caracteriza por ataques de pánico recurrentes, que es la aparición súbita de un miedo intenso”, explica el doctor Gabriel Fernando Oviedo Lugo, director del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Pontificia Universidad Javeriana y jefe de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario San Ignacio.
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El miedo intenso no es el único síntoma que agobia a la persona que padece un trastorno de pánico. También están las palpitaciones, sudoración, temblor, sacudidas, sensación de ahogo, problemas para respirar, dolor o molestias en el tórax, náuseas, sensación de mareo, escalofríos y entumecimiento de los miembros. “Algo de sensación de irrealidad o separarse de uno mismo, y sobre todo temor a perder el control, a volverse loco o a morir”, recalca Oviedo Lugo.
Sigue a Cromos en WhatsAppEl mejor tratamiento para el trastorno de pánico es la psicoterapia cognitiva comportamental, que se enfoca en técnicas de aprendizaje para que el paciente reaprenda su relación con el miedo y la ansiedad.
El trastorno de pánico tiene relación con la agorafobia, una señal de ansiedad que “implica tener miedo y evitar lugares o situaciones que podrían provocar pánico o sensación de estar atrapado, indefenso o avergonzado. Quizá tengas miedo de una situación que está ocurriendo o que ocurrirá”, se lee en la prestigiosa web Mayo Clinic.
Según Oviedo Lugo, es el miedo a quedarse atrapado en el transporte público, un teatro, un cine o una discoteca. “La persona tiene la idea de que es difícil escapar o disponer de ayuda cuando hay una crisis de pánico. La relación existente entre lo uno y lo otro es bastante alta. Hasta el 75 % de los pacientes pueden tener agorafobia asociada al trastorno de pánico”, afirma el médico.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 30 % de las personas sufrirá (o sufrió) un ataque de pánico, siendo las mujeres las que tienen mayor probabilidad de experimentarlo. Y solo entre un 3 y 5 % desarrollará el trastorno del pánico, de acuerdo con Oviedo Lugo. Este es un padecimiento común que, cuando es frecuente o cuando la persona empieza a evitar lugares o situaciones que asocia al pánico y el miedo, es importante darle toda la atención profesional, pues puede terminar afectando las relaciones sociofamiliares o laborales.
Síntomas de un ataque de pánico
Los trastornos de pánico pueden afectar la vida de quienes los padecen, pues no solo son los síntomas los que aquejan, sino que se presenta un cambio comportamental a causa de estos. Por eso el tratamiento o acompañamiento profesional pone el foco en esto último. “Si el diagnóstico es un trastorno de pánico y el paciente presenta los síntomas descritos, se requiere un abordaje multimodal, que comprende un proceso psicoterapéutico y una farmacoterapia racional”, señala Oviedo Lugo.
El tratamiento con mayor evidencia es la psicoterapia cognitiva comportamental. “Este es un enfoque basado en el aprendizaje. El paciente reaprende su relación con los temores y los patrones de evitación característicos del trastorno de pánico. En otras palabras, se trata de reestructurar el estilo de pensamiento de la persona para generar mayor sentido de seguridad con las situaciones temidas”.
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Aunque una terapia de estas necesita a un profesional con experiencia, hay unas recomendaciones generales, como evitar la cafeína, el alcohol, el tabaco y las sustancias psicoactivas, porque estas pueden desencadenar y empeorar los síntomas. También es sugerible la práctica de deporte en horas de la mañana, tener una buena rutina del sueño y procurar actividades como el yoga, la meditación y técnicas de relajación y control del estrés.
“El pronóstico de recuperación es bueno siguiendo el tratamiento profesional, asistiendo a grupos de ayuda, tomando en cuenta estas recomendaciones y llevando una vida en balance”, dice Oviedo Lugo. Así como la joven en Bogotá que murió a causa de un ataque de pánico por el temblor, hay otros activadores de las crisis que pueden ser momentos traumáticos o acumulación de estrés o un hecho no reconocible. Lo importante es no subestimar los síntomas y, si es la primera vez, acudir a urgencias cuando se presente dolor en el pecho para descartar un ataque cardíaco.
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Si son episodios repetitivos, los expertos también recomiendan tener definido a quién se va a llamar en caso de emergencia, hablar consigo mismo para tratar de calmarse, contar los colores que lo rodean (esto podría distraerlo y ayudar a que el ataque pase más rápido) o tomar algo frío que obligue a pensar en lo que siente al sostener un hielo, además le servirá si presenta sudoración. Y por último, y más importante, hacer conciencia sobre la respiración. Es más productiva la técnica de respiración a través del vientre, como los bebés.