"El reto es asumir el paso del tiempo con alegría", María Consuelo Araújo.
Puedo decir que he vivido intensamente cada etapa de mi vida; no me pasé por alto ninguna. Fui una niña feliz; en la adolescencia conocí muchos amigos, aprendí mucho. Creo que por eso nunca me ha importado la edad. Estoy convencida de que la clave para que no me importe es estar abierta a aprender toda la vida. De hecho, cada año me propongo aprender algo nuevo: un deporte, un idioma, hacer algo que no haya hecho.
Cuando iba a cumplir los 40 dije que quería aprender a jugar tenis. Mucha gente me miró extrañada y me preguntó para qué. Pues tomé clases, juego más o menos bien, pero sobre todo me divierto. El año pasado me propuse hacer Bikram Yoga (a altas temperaturas), porque de niña había practicado gimnasia y quería sacarle provecho a mi elasticidad.
Creo que para mí ha sido importante ver la vida como un proceso, más que de envejecimiento, de búsqueda de equilibrio, de vivir experiencias y de crecer con ellas. Los científicos han demostrado que en la forma de envejecer, el 25% depende de la carga genética y el 75% de la manera como uno se comporta, es decir, hay una corresponsabilidad de cada persona. Si uno quiere verse bien, sentirse ágil y saludable, hay que tener un estilo de vida saludable, practicar actividad física, comer poca sal.
“Este año entraré a clases de canto, a demostrar que uno puede aprender a cualquier edad”.
Mi edad es perfecta, es de equilibrio porque tengo la experiencia y la tranquilidad para asumir decisiones, pero tengo la energía para soportar largas jornadas de trabajo y, por ejemplo, recorrer la ciudad en bicicleta con el alcalde Enrique Peñalosa. Todos los sábados el equipo hace recorridos en bicicleta, liderados por él, que está próximo a cumplir 60 años –técnicamente estaría en el rango de la tercera edad- pero tiene la energía y el hábito de hacer deporte.
Parte de mi trabajo es ocuparnos de que la ciudad se está envejeciendo. Las últimas cifras que entregaron el DANE y la Fundación Saldarriaga Concha muestran que para 2005 había 500 mil personas mayores de 60 años, que en 2015 eran 902 mil y proyecta que para 2020 habrá más de 1.153.000 personas mayores. La premisa tiene que ser no tenerle miedo a la edad, porque la tendencia es que cada vez habrá más personas mayores.
Creo que el reto es asumir el paso del tiempo con alegría y positivismo, no verlo como un proceso de deterioro sino de cambios, que sea una oportunidad de pensar en diferentes actividades.
Cuando era niña me ilusionaba la idea de ganar plata para solucionar problemas de mi casa; después vi que no por madrugar amanece más temprano.
Mi primer trabajo en la alcaldía fue hace 18 años; en esa época era de las más jóvenes en el gabinete. Hoy estoy en la media y es interesante ver que ahora tomo decisiones con más madurez, sabiduría y tranquilidad.
Es lógico, que ante la presión de la sociedad de consumo, en la cual hay un excesivo culto por la juventud, queramos desafiar el paso del tiempo. Me parece bien cuidarse y cada cual decide cómo lo hace; yo prefiero los tratamientos naturales, hacer ejercicio, comer sano.
El estereotipo señala que hay que tener experiencia y ser joven. Es un contrasentido. Creo que puede haber belleza en todas las edades, si se lleva un proceso sano, con alegría. Hay mujeres que lo demuestran, como Susan Sarandon, que está próxima a cumplir 70 años y sigue siendo sensual y atractiva como lo fue a los 30 o a los 40.
Fotos: Juan José Horta.