Representar a Colombia en Miss Universo es un trabajo en el que abundan los sacrificios. En el país de las reinas, generalmente el foco se lo lleva el resultado o la respuesta equivocada de la candidata. Pocos piensan en la intensa preparación de una aspirante a reina, a la que injustamente se suele juzgar por quedar fuera de las favoritas o porque no nos gusta físicamente.
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En un certamen de belleza aflora el ser implacable que hay en cada espectador. Las Miss Universo Luz Marina Zuluaga y Paulina Vega dejaron la vara muy alta, lo propio hicieron Paola Turbay, Paula Andrea Betancur, Carolina Gómez, Taliana Vargas, Ariadna Gutiérrez y tantas otras inolvidables que representaron la belleza de la mujer colombiana en diferentes escenarios del mundo.
Por la voluminosa historia nacional en los reinados (documentada en gran medida por Cromos), la candidata de turno arrastra la responsabilidad de acercase al legado de sus antecesoras. Ese peso lo carga en la actualidad María Fernanda Aristizábal, la quindiana sobre la que estarán puestas miles de miradas en la próxima competencia.
La rubia tiene una belleza exuberante, sus ojos cristalinos iluminan su rostro terso y su sonrisa es capaz de descomprimir cualquier presión. Su belleza natural lo resume todo, pero no tapa el esfuerzo que dedica a su preparación para llegar a ser la siguiente Miss Universo.
“Hay muchísimo trabajo diario, dejas tu vida personal de lado, porque tienes que enfocarte en cuerpo y alma a este proyecto. Gracias a la organización Miss Universo Colombia tengo un equipo maravilloso que me ayuda, es mi apoyo las 24 horas del día, los siete días de la semana”, dijo la quindiana a Cromos.
Aquí vinimos a hablar un poco más del alma que del cuerpo. La figura es importantísima para cualquier aspirante, y mantener los tonificados estándares que exigen los jurados es un arresto que también requiere toneladas de fuerza interior. “Todos los días debo fortalecer mi mente, hacer un trabajo emocional profundo que me permita conocerme. Si tengo bases sólidas, sabré actuar frente a los momentos difíciles. El punto central está en aprender a gozarse este proceso, porque pasa muy rápido”, explica María Fernanda.
En Medellín, mientras estudiaba en la universidad, empezó en el modelaje. Luego recibió la invitación del Valle y de Antioquia para representarlos, pero ella se decantó por su Quindío natal. Hoy, más allá de su lugar de origen, es una de las favoritas para disputar la corona en Miss Universo 2023.
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