
Adriana, Margarita y Martín, mis hijos, nacieron seguidos. Mi casa era una guardería cuando apenas llevábamos cuatro años de casados, por eso son muy unidos. Vivimos 30 años en Cali, allá nacieron y se criaron todos. Volvimos a Bogotá en 1992. Yo fui un papá muy tierno pero lejano, trabajaba mucho. Hoy me arrepiento de no haber podido estar más cerca de ellos. Trabajaba de día y de noche. Soy arquitecto de profesión y los primeros 10 años de la vida de ellos sí logré estar en casa, porque ejercía la carrera, pero luego empecé a trabajar en la música y eso absorbe mucho tiempo. Prácticamente dormía en un avión. No los veía. Ahora estoy tratando de recuperar ese tiempo, desde hace varios años trato de estar más cerca. Creo que no hace falta trabajar tanto. Es una pérdida de tiempo con la familia. Hay que tratar de equilibrar, no forzar las cosas.
Pero siempre había momentos de diversión. Nos gustaba mucho el campo, viajábamos a Ginebra, Valle, casi todos los fines de semana. Me gusta mucho esa región, incluso fui miembro de la junta directiva del festival del Mono Núñez por once años. Me hicieron un homenaje por mi larga trayectoria y me gané dos veces el festival. La música siempre ha estado presente en mi vida y mis hijos, todos, heredaron esa pasión, entre otras cosas. Por ejemplo Martin, que era el más rebelde pero muy cariñoso, me acompañaba a los partidos de fútbol, aprendió de mí ese amor por la pelota. Yo era socio del Deportivo Cali, lo llevaba al estadio, compartíamos esos momentos inolvidables.
Sigue a Cromos en WhatsAppAhora lo que nos gusta hacer es reunirnos a comer, a conversar, lo hacemos con frecuencia; también vamos al campo, nos burlamos de nosotros mismos. No soy de mucha celebración del Día del Padre, hacemos básicamente lo de siempre, salir a comer rico, escuchar música, estar en familia.
Siempre he tratado de enseñarles valores como la rectitud, la honestidad en cualquier terreno de la vida. Detesto a la gente doble y a la gente mentirosa. También he tratado de inculcarles el respeto: nunca dejarse faltar al respeto y tampoco pasar por encima de nadie.
Ahora también aprovechamos el tiempo junto a nuestros tres nietos que son mi adoración y la de mi esposa, y afortunadamente Adriana, la mamá de los niños, regresó a vivir al país hace seis meses con nuestra nieta mayor, que nos da muchas alegrías.
Me gusta mucho ver la relación que tienen hoy en día los padres con los hijos, completamente diferente a la que se acostumbraba en mi época. Hoy en día los papás son más dedicados, incluso hacen tareas que yo nunca hice: poner los pañales, bañarlos, darles de comer, eso no se usaba antes, todo era tarea de la mamá. Hoy participan más en su crianza, lo que me parece muy positivo.
Foto: Daniel Álvarez.