Falcao viene a aportar su experiencia y seguramente su mayor capacidad de definición que, estando por encima del promedio, puede ayudar a que su equipo logre más resultados positivos. Además, es un ejemplo a seguir y su capacidad de liderazgo puede ser aprovechada por sus compañeros.
Ciertamente, contar con Falcao puede suponer un factor diferencial en favor de Millonarios, lo cual genera otro tipo de obligaciones para los dirigidos por Alberto Gamero.
Además, el equipo se reforzó con otros ocho jugadores, tal como se pedía que se hiciera en enero para afrontar la Copa Libertadores. Pareciera que la lección se aprendió y los directivos actuaron en consecuencia. Lo otro es que, en palabras de Gamero, los tantos partidos jugados en el último año y medio influyeron en el pobre balance del torneo internacional y en la no clasificación a la final en la Liga local. Esta vez hubo vacaciones y tiempo para hacer una buena pretemporada. Teniendo en cuenta lo anterior, las expectativas son altas, y el entorno así lo demuestra.
Ahora bien, aunque las metodologías de pretemporada han cambiado, sigue siendo normal ver a los equipos algo rígidos en los comienzos de torneos. Además, acomodar a nueve jugadores requiere algún tiempo. No es solamente ubicarlos en la cancha, es que mientras se conocen en todos los sentidos con sus compañeros, como en cualquier actividad humana, la expresión futbolística se demorará en verse afinada.
Sé que estamos en tiempos en que todo se quiere lograr rápido y lo que se demora crea impaciencia, pero por fortuna todavía hay actividades que nos recuerdan el valor de la paciencia y nos invitan a entender el significado de lo que significa un proceso. El fútbol es una de ellas, y aunque Gamero ya va a completar cuatro años al frente de Millonarios, no se puede obviar que está ante un cambio de página que necesita por ahora más observación y menos juicios.
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