Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Cayó eliminado Millonarios en el torneo doméstico y, hace semanas, en la Copa Libertadores. A los hinchas nos duele, pero perder es parte del fútbol. Incluso si el entrenador hace cambios que no resultan. Lo que es inaceptable es perder haciendo lo que se hizo en Pereira.
A falta de más de 20 minutos de partido, Álvaro Montero, arquero de la selección Colombia, empezó a perder tiempo, cambiarse guayos, desmayarse... En ese momento eran 11 contra 11.
Millonarios no solo fue el mejor equipo del mundo en El Dorado. Hasta en su momento más triste, ganó una Copa Merconorte. Copa menor, pero reflejo de que aun en las malas la camiseta exige respeto. Durante muchos años, Millos fue el “Real Madrid” de Colombia. Si deportivamente ese privilegio se perdió hace rato, la mentalidad institucional debe mantenerse. Los blancos también han perdido, incluso goleados, pero su grandeza radica en entender que perder es aceptable, despreciar la camiseta es inadmisible.
Por eso a un ídolo como Juanito lo echaron del Madrid por pisarle la cabeza a Mattheus una noche aciaga de Copa de Europa. Los alemanes, cuya selección en 100 años ha tenido 12 seleccionadores, echaron al entrenador Jupp Derwall en 1982. Campeón de Europa en 1980, subcampeón del mundo en España 1982, hizo tongo con Austria en primera ronda para eliminar a Argelia. Aquel día, unos y otros acordaron dejar de jugar después del minuto 10, pues con el 1-0 a favor de Alemania, ambos equipos clasificaban a segunda ronda. Más que la trampa, molestó su filosofía.
Derwall fue contundente: “Queríamos avanzar, no jugar al fútbol”. Inaceptable para los teutones. Una de mis primeras columnas deportivas fue hace unos 20 años, en Futbolred, aún un portal independiente. Mayer Candelo había pisado (y algunos decían escupido) la camiseta de Millonarios. “La camiseta se respeta” titulé en aquella ocasión. Así podría titularse este escrito.
Pero no. Nos humilló porque es evidente que Montero desconoce que a El Campín han llegado infinitos equipos a “desmayarse”. En los años 80, un día, se “desmayaron” tantos del Cúcuta que se acabó el partido (que ya ganaba Millos) por falta de rival. Equipos chiquitos temerosos del grande.
Montero humilla la camiseta de Millonarios, su historia y a sus hinchas. Estoy seguro de que Gamero jamás ordenaría eso ni a su jugador ni a sus compañeros. Ruiz y Silva y algún otro con propensión al desmayo no deben seguir esa línea. Ruiz, que es joven y tiene futuro, debe entender el significado de la camiseta que tiene el honor de lucir.
Un día escuché al Nano Prince decirle a un agrandado Gabriel Fernández (ídolo de un Millos menor): “¿Usted dónde cree que está? Aquí jugaron Di Stéfano, Gamboa, Iguarán, Carlos López”. Quizás eso haya que preguntarle a Montero. El Madrid echó a Juanito; Alemania, a Derwall. Los grandes entienden que la institución prima sobre quiénes desfiguran su historia. Y Millos debe demostrar que es grande.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador