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El nuevo monarca no llega invicto al séptimo partido, ambos perdieron ya. Argentina en su debut con los saudíes y Francia ya clasificada contra Túnez. En cuanto al nivel, se percibe una leve ventaja para los gauchos por la curva ascendente en la que navegan. Han jugado finales a partir de esa primera decepción y fueron levantando y teniendo que mover sus fichas con exigencia para ir superando las diferentes fases. Tal vez por esa razón se ven más fuertes. Sortearon mejor la semifinal, además. Pienso que la final se empezará a pisar desde allí.
A los actuales campeones se les vio mucho más complicados ante la sorprendente Marruecos. Podrían estar en una meseta desde su mejor versión. Pero en términos generales, están muy parejos. Sólidos los dos en sus líneas con alguna concesión casualmente por la izquierda, donde Acuña o Hernández son más flechas de ataque. Tanto Scaloni como Deschamps han usado defensa de tres y cuatro, dependiendo el rival, y les ha funcionado relativamente bien. Tienen buenos arqueros. En la mitad les sobra a los dos estrategas con gran despliegue de marca y creación, volantes modernos de ida y vuelta. Claro está, hacen falta Lo Celso y Kanté, pero sus reemplazos Fernández y Tchouamení se han destacado. De ahí para adelante ambos tienen genios y poder. Messi, Álvarez, Di María -que debe estar ya recuperado-, Mbappé, Griezmann, Giroud y Dembelé son el fútbol en gran expresión.
¿Se cumplirá el sueño de Lionel? ¿Despertará definitivamente Mbappé? Si alguno de los dos se suelta, ahí puede estar el camino para el triunfo. Probablemente será largo el trámite y el que mejor esté físicamente tendrá más opciones. Por lo pronto hay que agradecer que llegaron los dos mejores, y eso ya es motivo para enderezar en parte el balance de este apenas discreto Mundial, sobre todo para los que no involucramos el corazón.
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