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Cuesta creerlo, pero es cierto: en el béisbol de las Grandes Ligas las estadísticas registran que apenas cuatro peloteros han podido sumar 2.000 o más carreras remolcadas en la historia de más de un siglo del Rey de los Deportes en la Gran Carpa.
Y de esos cuatro, dos son latinos, que surgieron en la era moderna de la ‘’pelota caliente’’ y que la afición los reconoce con facilidad, y los otros dos, son norteamericanos que dejaron imborrable huella en el mejor béisbol del mundo, y que siempre aparecerán en las citas como sensacionales e inolvidables peloteros.
El ébano de la era moderna, Hank Aaron; el siempre hombre del béisbol; Babe Ruth, quien transformó el juego en los años 20 y 30 del pasado siglo; el controvertido Alex Rodríguez, nacido en Nueva York, pero de alma y sangre latina a toda prueba; y el vigente y formidable dominicano de tiempo completo, Albert Pujols, son los únicos peloteros en llegar y superar las 2.000 carreras impulsadas.
Sin embargo, otros siete jugadores sumaron más de 1.900 remolcadas, en cuya lista no aparece latino alguno, por lo que el registro de anotaciones fletadas hasta el pentágono, sin duda alguna, muestra la clase ofensiva y oportuna de los que han alcanzado esa mágica cifra de 1.900 carreras o más en la crema y nata del béisbol.
Breve análisis
La cifra de 2.300 carreras impulsadas para un pelotero es codiciada desde cuando las estadísticas del béisbol se convirtieron en una fortaleza para exaltar no solamente a los productores de carreras, sino para analizar las condiciones ofensivas de tantos y valiosos jugadores que han llegado a la Gran Carpa en más de 120 años de vigencia del juego rentado.
Cuando Babe Ruth, el hombre que fortaleció e impulsó al béisbol después de la ll Guerra Mundial, se retiró de la actividad, los críticos de los años 40 confesaron que era muy difícil para los venideros jugadores alcanzar el registro de sus más de 2.000 carreras impulsadas en su sensacional actuación, primero con los Medias Rojas de Boston, en plan de lanzador; y segundo, con los Yanquis de Nueva York, en donde con sus bates empezó a despedazar las pelotas hasta llevarlas a la calle, para remolcar carreras y carreras, hasta sumar las 2.213 en sus más de 20 años dentro de las Grandes Ligas.
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Y lo decían, porque el ‘’Bambino’’ había dado muestras evidentes de que su poder con el uso del bate, era descomunal, considerando que sus 59 tablazos de circuito completo, en la temporada de 154 juegos de 1921, podría perdurar por muchos años. Sin embargo, el propio Ruth se encargó de superar su propio registro, al despachar 60 pelotas fuera del parque, también con 154 desafíos efectuados en la campaña de 1927.
Por cierto, fue el también bateador zurdo de los Yanquis de Nueva York, Roger Maris, el encargado de batir la marca de Babe Ruth, en la campaña de 162 desafíos de 1961, cuando implantó el registro de 61 de batazos de vuelta completa, pero apenas acumulando finalmente 850 carreras remolcadas en sus 12 temporadas en la Gran Carpa.
Llega Hank
Pero para los expertos de la época, como es obvio suponer, se desconocía por completo que unos tres lustros más adelante, aparecería en el firmamento del béisbol el inolvidable ébano de Alabama, al sur de los Estados Unidos, Hank Aaron, el pelotero que con el transcurrir de su brillante carrera de más de dos décadas, superaría dos de los casi inalcanzables registros de Babe Ruth en las Grandes Ligas.
El primero de ellos, al pasar raudamente sobre la marca de los 714 ‘’bambinazos’’ que dejó establecido Ruth en su historial de la Gran Carpa, al compilar 755 tablazos de circuito completo al retirarse de la vida activa del béisbol.
Como si fuese poco, Hank también batió el registro de las 2.213 carreras remolcadas dejado por Ruth, cuando sumó 2.297 fletadas, para quedar en la primera posición en esas estadísticas de todos los tiempos, una compilación que por el momento, no se presagia que se pueda superar por lo menos en los años venideros.
Aaron en sus 23 años en la Gran Carpa, con los uniformes de los Bravos de Milwaukee y de Atlanta, y de los Cerveceros de Milwaukee, siempre se le calificó como un verdadero ‘’Martillo’’ con el uso del madero sobre sus hombros.
Dos latinos
Pero dentro de las estadísticas del béisbol de las Grandes Ligas, en lo que concierne a carreras impulsadas y con más de 2.000 remolcadas, aparecen dos latinos, uno que tiene un asterisco en su vida deportiva, y otro, con una carrera que lo tiene en el camino hacia el Salón de la Fama.
El primero de ellos es Alex Rodríguez, el pelotero dominicano nacido en Estados Unidos, quien ocupa la tercera casilla entre los jugadores con más carreras fletadas, al sumar 2.086 rayitas llevadas hasta el pentágono, registro que está en peligro, por cuenta de las actuaciones que, estando vigente, como lo es el también dominicano Albert Pujols, podría superar la cifra con facilidad en la presente temporada 2020, si es que se juega aun cuando sea recortada en el número de partidos a jugarse.
Pujols tiene en el momento 2.075 carreras empujadas, es decir, que está apenas a 11 remolcadas para igualar el registro de Alex, y a 12 impulsadas para superar la marca de Rodríguez.
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Las apuestas es que Pujols, sin dificultad alguna, debe capturar la tercera casilla de todos los tiempos en carreras y quedar como el mejor latino de todos los tiempos.
Además, Pujols ha labrado con sus esfuerzos, tenacidad, disciplina y buen comportamiento, su camino hacia la conquista de un nicho en el Salón de la Fama más temprano que tarde, mientras que Alex Rodríguez, con su asterisco al lado de su nombre, luego de comprobarse que hizo ‘’trampa’’ en el juego, con el uso de esteroides y hormonas de crecimiento durante buena parte de su carrera, difícilmente puede llegar a conquistar la ciudadanía de Cooperstown.
En la tabla
Esos son los cuatro ases del béisbol de las Grandes Ligas con 2.000 o más carreras remolcadas a su paso por el mejor béisbol del mundo. Pero veamos. Hay otros nombres sonoros que se incluyen en la lista de bateadores con 1.900 o más carreras impulsadas, tras su permanencia en la Gran Carpa.
En la quinta casilla aparece el también controvertido Barry Bonds, el hombre que pese a sus 762 cuadrangulares, para superar en la tabla de todos los tiempos a Hank Aaron, ha tenido ocho oportunidades para ser exaltado al Salón de la Fama, pero quien no ha conseguido los votos necesarios para alcanzar la fama y la inmortalidad, todo porque hay sobre sus actuaciones serias dudas sobre si las hizo de manera limpia o con el apoyo de sustancias prohibidas dentro del béisbol.
Bonds, quien lució los uniformes de los Piratas de Pittsburgh y los Gigantes de San Francisco en su permanencia de 22 años en las Grandes Ligas, se quedó a 4 carreras impulsadas para llegar a las 2.000 remolcadas, cuando finalmente sumó 1.996 rayitas producidas con el uso de su bate.
En la sexta casilla está el inolvidable y sempiterno ‘’Caballo de Hierro’’ de los Yanquis de Nueva York, Lou Gehrig, quien contabilizó 1.995 carreras empujadas, cuando su registro pudo ser mejor, si no es que por sus dolencias físicas le impidieron seguir en los diamantes, cuando sufrió la enfermedad de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), obligándolo a abandonar el juego a sus 37 años de edad.
Stan Musial, el ‘’Hombre’’ de los Cardenales de San Luis, está adueñado de la séptima casilla de por vida en carreras impulsadas, al compilar 1.957 carreras remolcadas en sus 22 años en la Gran Carpa.
La octava posición la ocupa el ‘’Melocotón de Georgia’’, el zurdo Ty Cobb, quien con sus 24 años en las Grandes Ligas, con los uniformes de los Tigres de Detroit y los Atléticos de Filadelfia, sumó 1.938 carreras impulsadas.
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Jimmie Foxx, el recordado toletero de los Atléticos de Filadelfia, los Medias Rojas de Boston, los Cachorros de Chicago y los Filis de Filadelfia, quien en sus dos décadas de permanencia en la Gran Carpa, fabricó 1.922 carreras empujadas.
En la décima casilla aparece Eddie Murray, el ambidextro bateador de finales del siglo pasado, quien jugó con los Orioles de Baltimore, los Dodgers de Los Ángeles, los Mets de Nueva York, los Indios de Cleveland y los Angelinos de California, contabiliza 1.917 carreras impulsadas.
Y en ese cuadro de honor, con más de 1.900 carreras remolcadas, ocupa la undécima casilla el siempre grande Willie Mays, quien alcanzó a compilar 1.903 carreras empujadas, jugando con los uniformes de los Gigantes de Nueva York y San Francisco, y de los Mets de Nueva York, en sus 24 años de carrera en las Mayores.
Cuando se mira la historia, qué bueno es refrescar la memoria de tantos y tan valiosos peloteros que han dejado una impronta dentro del béisbol de las Grandes Ligas, en una época con la temporada 2020 no iniciada, por la forzada de recesión como consecuencia de una pandemia que ha paralizado al mundo.