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En San Javier finalizó la sexta etapa de la Vuelta a España 2018. Una de 150 kilómetros con llegada inédita, plana, perfecta para que los velocistas mostraran su potencia. Lo hicieron, se sacaron chispas: el Quick Step Floors movió el grupo, el AG2R rompió con la monotonía y al final fue Nacer Bouhanni, el que se quedó con el triunfo. El francés superó en línea de meta a Danny van Poppel y a Elia Viviani, quien había ganado la única llegada con embalaje. Los tres colombianos, candidatos al título (Rigoberto Urán, Nairo Quintana y Miguel Ángel López), llegaron con el grupo principal.
Miguel Ángel López fue el mejor de los pedalistas nacionales. No peleó en el embalaje, pero arribó con el mismo tiempo del ganador del día. Pasó en la octava posición, sumando un nuevo top-10 en su carrera. Después aparecieron Rigoberto Urán (18), Nairo Quintana (22), Sergio Luis Henao (38), quienes finalizaron dentro del grupo de 49 ciclistas que llegó con el mismo tiempo del francés Nacer Bouhanni.
Reapareció el corredor de los Vosgos, quien no se lucía en las grandes desde 2014, cuando ganó tres etapas en el Giro y dos en La Vuelta, en San Fernando y Albacete. Un chico a veces temperamental cuya afición al boxeo le ha costado algún disgusto que otro. Por ejemplo perderse el Tour y los Juegos Olímpicos de 2016 por romperse la mano en una pelea con clientes del hotel donde se hospedaba su equipo.
Buen fajador en las rectas de meta, fue el encargado de adjudicarse la segunda oportunidad que ofrecía La Vuelta a los velocistas, en una jornada de calor intenso y relativa tranquilidad en la que los favoritos se agazaparon esperando el regreso de la montaña el próximo domingo en La Covatilla. Rudy Molard retuvo el maillot rojo sin mayores complicaciones. La renovación un día más de un sueño que nunca esperaba. Mientras, los favoritos tacharon un día más en el calendario. Todos menos el holandés Wilco Kelderman (Sunweb) y el francés Thibaut Pinot (Groupama), que perdieron 1.44 minutos por sendos pinchazos. Un mazazo en una jornada que nunca podrán decir que fuese de transición.
En la general Molard mantuvo la ventaja de 41 segundos sobre el polaco Michal Kwiatkowski (Sky) y 48 respecto al alemán Emanuel Buchmann (Bora). Alejandro Valverde, feliz por entrar en su tierra murciana, es quinto y primer español a 53. Una jornada para velocistas, de esas que requieren escapada consentida y sosiego para los favoritos. El calor puso la dureza, y algo el viento y la histeria del final, que es cuando el pelotón no entiende de treguas.
Para la fuga no podía faltar el "lince" Luis Ángel Maté (Cofidis), a lo suyo en defensa del maillot de la montaña, tampoco un corredor modesto de los equipos más anónimos, esta vez el cordobés del Burgos BH Jorge Cubero y el exfavorito australiano Richie Porte, en labores de actor secundario. Sabían los aventureros que no llegarían a buen puerto por mucho que la carretera por el litoral murciano. El trabajo del Quick Step, Groupama-FDJ y Cofidis mantuvieron la situación bajo control para los velocistas y el líder.
Maté puntuó en cabeza en el Alto del Garrobillo (3ª) y del Cedacero (3ª), en el kilómetro y cumplió el objetivo. Pasado Cartegena, con 32 kilómetros hasta San Javier, el marbellí y Porte se dieron palique antes de tirar la toalla, y Cubero decidió estirar el sueño unos metros antes de que el pelotón le pasara por encima. Surgió una nueva etapa, y los nervios. Una caída afectó al campeón europeo de crono Victor Campenaerts (Lotto-Soudal) y otros corredores, se produjo un corte en el pelotón y a partir de ese momento la locura.
Kelderman sufrió un pinchazo en el peor momento y le tocó perseguir a bloque con 4 compañeros, Pinot se despistó y quedó rezagado. Dos hombres fuertes de la general alertó al personal y se formó delante un grupo de 50 que se iba a jugar la etapa. Una persecución estéril para Kelderman, pues el Quick Step puso en marcha el sprint y otros equipos tiraban para alejar al holandés que fue cuarto el año pasado en Madrid. El campeón de Europa, Matteo Trentin (Mitchelton) saltó de lejos para sorprender, pero Bouhanni, que le seguía la rueda, contestó con una potencia descomunal que ya le llevó a su sexto triunfo del año y tercero en la Vuelta.
Triunfo especial, primero del año en el World Tour, y teniendo en cuenta que una caída en el Tour de Yorkshire le pudo costar la vida. Un traumatismo craneoencefálico le dejó afectada la vista, pero su constancia le permitió volver al primer nivel. Indignado por las "tonterías" que le tachan de hombre polémico, bajó la guardia para sentirse, por fin, "feliz por volver a ganar en la Vuelta cuatro años después". Este viernes, la séptima etapa de La Vuelta se disputará entre Puerto Lumbreras y Pozo Alcón, de 185,7 kilómetros.