Cinco claves del Tour de Francia 2022 que ganó el danés Jonas Vingegaard
El corredor del Jumbo-Visma superó en el podio al bicampeón de la Ronda Gala, Tadej Pogacar.
La toma de poder de Jonas Vingegaard en el Col du Granon, su choque de manos con Tadej Pogacar en el descenso de Spandelles, el pánico sobre el pavés, el fervor de la afición danesa y el horno de Carcasona: cinco momentos álgidos del Tour 2022 que concluyó este domingo en París.
Cambio de régimen en el Granon
Fue el punto clave del Tour. En la salida de la undécima etapa, Tadej Pogacar, ganador de las dos últimas ediciones, era un sólido maillot amarillo.
Sin embargo, el esloveno cayo de su trono después de una etapa de leyenda, en la que fue acosado a lo largo de todo el día por los Jumbo-Visma, que lo atacaron sin descanso en el Galibier y en el Col du Granon.
Rodeado y sin salida, el esloveno terminó cediendo en la terrible subida final, en la que Jonas Vingegaard vuoló para dar un doble golpe: primera victoria de etapa en el Tour y primer maillot amarillo, con una ventaja de dos minutos y 22 segundos en la general sobre su rival.
La paz sellada con apretón de manos en Spandelles
La imagen del Tour. En la 18ª etapa, la última en montaña, Pogacar realizó, según sus propias palabras, un “all-in” para tratar de revertir su desventaja en la general con Vingegaard. Luego de cuatro ataques en el Col de Spandelles, se jugó el todo o nada en el vertiginoso descenso. Bajo presión, Vingegaard evitó por muy poco la caída. Algunas curvas más adelante, fue Pogacar el que dio con sus huesos en la gravilla. El danés lo esperó en el descenso, donde ambos se dieron la mano, en un gesto de fair-play que simboliza también la abdicación de Pogacar. Con el susto aún en el cuerpo, el del UAE Team Emirates vio cómo su rival danés enfiló hacia su segunda victoria de etapa en Hautacam para terminar de sentenciar el Tour.
Pánico sobre el pavé
Pudo haberlo cambiado todo. La etapa de pavé era temida por todos los favoritos. Y resultaría fatal para el esloveno Primoz Roglic, colíder del Jumbo-Visma junto a Vingegaard, y quien, lastrado luego de una caída causada por una alpaca de señalización sobre la ruta, abandonó la carrera unos días después, no sin haber dado un impulso al danés en la etapa del Granon.
Esa tumultuosa quinta etapa, entre Lille y Arenberg quedó marcada también por un incidente mecánico que llevó a Vingegaard al “pánico”, como reconocería más tarde. Los corredores del Jumbo se mostraban perdidos al ver a su líder cambiar tres veces de bicicleta en apenas unos segundos, antes de reiniciar la marcha, finalmente sin daños.
Locura en Dinamarca
Todo un país congregado al borde de la ruta, grandes audiencias de televisión y muchas sonrisas: las tres primeras etapas en Dinamarca, donde arrancó este Tour el 1 de julio, suscitaron un seguimiento unánime y constituyeron todo un acierto. En el plano deportivo, la segunda etapa y su final de alto riesgo en el doble puente del Grand Belt no cumplió todas las expectativas debido a un viento de cara que desanimó a los aventureros. Pero el entusiasmo de los daneses transformó este inicio del Tour en una gran fiesta animada por un corredor local, Magnus Cort Nielsen y su bigote rubio, quien dio espectáculo al levantar los brazos en el alto de cada subida por la que pasaba, vistiéndose el maillot a lunares de la montaña durante varias etapas.
Carcasona, una tarde en el horno
Fue un Tour de calor, de mucho calor y de inicio a fin. El pico se alcanzó en la 15ª etapa entre Rodez y Carcasona, con el mercurio en torno en los 40ºC a la sombra, lo que llevó a los organizadores a activar el protocolo sobre condiciones climáticas extremas. “Era un horno”, afirmó el alemán Nils Politt en la llegada, donde Tom Pidcock se sumergió en la fuente más cercana. Un remedio tradicional.
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La toma de poder de Jonas Vingegaard en el Col du Granon, su choque de manos con Tadej Pogacar en el descenso de Spandelles, el pánico sobre el pavés, el fervor de la afición danesa y el horno de Carcasona: cinco momentos álgidos del Tour 2022 que concluyó este domingo en París.
Cambio de régimen en el Granon
Fue el punto clave del Tour. En la salida de la undécima etapa, Tadej Pogacar, ganador de las dos últimas ediciones, era un sólido maillot amarillo.
Sin embargo, el esloveno cayo de su trono después de una etapa de leyenda, en la que fue acosado a lo largo de todo el día por los Jumbo-Visma, que lo atacaron sin descanso en el Galibier y en el Col du Granon.
Rodeado y sin salida, el esloveno terminó cediendo en la terrible subida final, en la que Jonas Vingegaard vuoló para dar un doble golpe: primera victoria de etapa en el Tour y primer maillot amarillo, con una ventaja de dos minutos y 22 segundos en la general sobre su rival.
La paz sellada con apretón de manos en Spandelles
La imagen del Tour. En la 18ª etapa, la última en montaña, Pogacar realizó, según sus propias palabras, un “all-in” para tratar de revertir su desventaja en la general con Vingegaard. Luego de cuatro ataques en el Col de Spandelles, se jugó el todo o nada en el vertiginoso descenso. Bajo presión, Vingegaard evitó por muy poco la caída. Algunas curvas más adelante, fue Pogacar el que dio con sus huesos en la gravilla. El danés lo esperó en el descenso, donde ambos se dieron la mano, en un gesto de fair-play que simboliza también la abdicación de Pogacar. Con el susto aún en el cuerpo, el del UAE Team Emirates vio cómo su rival danés enfiló hacia su segunda victoria de etapa en Hautacam para terminar de sentenciar el Tour.
Pánico sobre el pavé
Pudo haberlo cambiado todo. La etapa de pavé era temida por todos los favoritos. Y resultaría fatal para el esloveno Primoz Roglic, colíder del Jumbo-Visma junto a Vingegaard, y quien, lastrado luego de una caída causada por una alpaca de señalización sobre la ruta, abandonó la carrera unos días después, no sin haber dado un impulso al danés en la etapa del Granon.
Esa tumultuosa quinta etapa, entre Lille y Arenberg quedó marcada también por un incidente mecánico que llevó a Vingegaard al “pánico”, como reconocería más tarde. Los corredores del Jumbo se mostraban perdidos al ver a su líder cambiar tres veces de bicicleta en apenas unos segundos, antes de reiniciar la marcha, finalmente sin daños.
Locura en Dinamarca
Todo un país congregado al borde de la ruta, grandes audiencias de televisión y muchas sonrisas: las tres primeras etapas en Dinamarca, donde arrancó este Tour el 1 de julio, suscitaron un seguimiento unánime y constituyeron todo un acierto. En el plano deportivo, la segunda etapa y su final de alto riesgo en el doble puente del Grand Belt no cumplió todas las expectativas debido a un viento de cara que desanimó a los aventureros. Pero el entusiasmo de los daneses transformó este inicio del Tour en una gran fiesta animada por un corredor local, Magnus Cort Nielsen y su bigote rubio, quien dio espectáculo al levantar los brazos en el alto de cada subida por la que pasaba, vistiéndose el maillot a lunares de la montaña durante varias etapas.
Carcasona, una tarde en el horno
Fue un Tour de calor, de mucho calor y de inicio a fin. El pico se alcanzó en la 15ª etapa entre Rodez y Carcasona, con el mercurio en torno en los 40ºC a la sombra, lo que llevó a los organizadores a activar el protocolo sobre condiciones climáticas extremas. “Era un horno”, afirmó el alemán Nils Politt en la llegada, donde Tom Pidcock se sumergió en la fuente más cercana. Un remedio tradicional.
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