Cochise Rodríguez: 50 años después de una gesta memorable
El 7 de octubre de 1970 rompió el récord de la hora en Ciudad de México. Un logro que se suma a su campeonato mundial de 1971 y sus hazañas en la Vuelta a Colombia, entre otras victorias.
Victoriano Rodríguez murió dos semanas después de que naciera su hijo Martín Emilio, quien vino al mundo el 7 de abril de 1942 en Medellín y se convertiría en leyenda. Cuando el pequeño tuvo las capacidades físicas para trabajar, comenzó a colaborarle a su mamá, Gertrudis Gutiérrez, la persona que le inculcó el valor de la disciplina.
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Victoriano Rodríguez murió dos semanas después de que naciera su hijo Martín Emilio, quien vino al mundo el 7 de abril de 1942 en Medellín y se convertiría en leyenda. Cuando el pequeño tuvo las capacidades físicas para trabajar, comenzó a colaborarle a su mamá, Gertrudis Gutiérrez, la persona que le inculcó el valor de la disciplina.
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El ídolo de Martín en su infancia fue Cochise, un jefe indio sioux protagonista de la película La flecha rota. Tomó ese apodo, que años más tarde lo incluiría legalmente en su nombre, y se hizo inmortal con él en la memoria del deporte colombiano.
“Para ella, si era a las doce que había que almorzar, se almorzaba a las doce; si había que acostarse a las siete de la noche, había que acostarse a las siete de la noche. En ese tiempo no había televisión. Ella era templada. Uno la desobedecía y primero había una pela con correa o con fuete de ese de ganado”, le dijo Cochise hace unos años a la Revista Cromos en referencia su mamá, una mujer que crió a tres hombres y tres mujeres.
Teresa, una de ella, le regaló a Cochise 15 pesos para conseguir su primera bicicleta. “Era como esas que utilizan en ciclomontañismo, pero sin cambios. Era rueda libre y atrás el plato era normal”, recordó en diálogo con El Espectador el campeón antioqueño con respecto a sus primeros pedalazos, los cuales se complementaron con su primera competencia, una doble al municipio de Barbosa.
“En esa carrera no me fue muy bien porque eran 200 ciclistas. Hacíamos ida y vuelta y en un punto intermedio descansábamos una hora. En la ida quedé de decimoquinto y en el regreso me tuve que retirar por calambres. Allí me desilusioné hasta que, trabajando en otra farmacia, logré cambiar de bicicleta, obtuve las famosas monaretas, y a partir de allí empecé a figurar”, agregó.
Con sus condiciones y con apenas 18 años, se animó a batir el récord de la hora aficionado en el velódromo Agustín Melgar de Ciudad de México. El aliento de los niños de un colegio que fue invitado a presenciar la gesta fue su motivación en los últimos minutos, cuando las fuerzas desaparecían de su cuerpo. Ese 7 de octubre de 1970, hace exactamente 50 años, registró 47.566,24 kilómetros, superando la marca del danés Mogens Frey Jensen.
(El día que Fausto Coppi hizo vibrar a Bogotá)
A Martín Emilio Cochise Rodríguez le tomó varios días recuperarse del cansancio extremo que experimentó aquel día histórico pero confirma que valió la pena, porque desde entonces se dio a conocer. Fue recibido en Bogotá y su natal Medellín en medio de algarabía y júbilo. Confirmó su condición de ídolo, gestada con sus triunfos en las Vueltas a Colombia de 1963, 1964, 1966 y 1967 (es el más ganador de etapas en la historia de este certamen, con 39 victorias). También con su título mundial en 1971 en Varese, Italia, en los 4.000 metros en persecución individual.
Luego tenía todo preparado para pelear por una medalla en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, pero no pudo participar. La competencia estaba destinada a aficionados. “Tan inocente fui como chivo expiatorio. Me invitaron a presenciar el récord de la hora profesional en México y no vi problema en ponerme una camiseta con publicidad que me regalaron. Igual a como exhibía en Colombia la de Caribú. Pero me tomaron una foto y un señor barranquillero (Edgar Senior) la publicó diciendo que yo no podía estar en los Olímpicos porque era profesional. Era el favorito y me quedó una frustración, pero, igual, la vida te da y te quita, terminé siendo el primer colombiano en disputar el Tour de Francia y el Giro de Italia”.
Por ese suceso, quedó enmarcada su frase más conocida: “En Colombia la gente se muere más de envidia que de cáncer”. No obstante, después fue el primer colombiano en triunfar en una etapa de una de las grandes del ciclismo: se quedó con la etapa 15 del Giro de Italia 1973. Además, fue gregario del histórico italiano Felice Gimondi y elegido el deportista colombiano del Siglo XX. Tejió un palmarés único y un legado eterno, que comenzó con aquel récord de la hora en México.