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Cinco premios de montaña tuvo aquella etapa 11 de la Vuelta a España de 1987 que llegó al mítico alto de categoría especial de Lagos de Covadonga. Faltando nueve kilómetros para el final, Lucho Herrera lanzó un ataque y decidió irse solo en busca de la victoria de la jornada. Cuando se acercaba a la meta, miró hacia atrás y se aseguró de que nadie le iba a disputar el triunfo. Consciente de que si ganaba se podría vestir con la camiseta amarilla del líder —en ese entonces no era roja, como ahora—, pedaleó cada vez con más fuerza.
Quería sacar el máximo tiempo posible, porque en los próximos días habría una etapa contra el reloj en la que cedería segundos. “Cuando crucé la raya me vi rodeado de periodistas, acompañantes, aficionados. Era un espacio muy pequeño para tanta gente. Fue una sensación inolvidable”, recuerda Herrera, quien ese día se convirtió en el primer pedalista colombiano en llegar a ser líder de una de las grandes (Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España). Por esta razón Covadonga es un lugar en el que se hizo historia para el pedalismo colombiano.
Lucho llegó con más de un minuto de ventaja sobre Vicente Belda, quien cruzó segundo por delante del irlandés Sean Kelly, favorito al título. Pedro Perico Delgado perdió aquel día más de dos minutos y con ello la opción de luchar por el título, el cual había logrado dos años antes.
Lucho pedaleó por 11 etapas más, en las que defendió el liderato. Luego llegó a Madrid, en donde se alzó con el trofeo de campeón y se convirtió también en el primer criollo en ser ganador de una grande. Fue Herrera quien le mostró al mundo las capacidades de los escarabajos, motivó a otras generaciones en Colombia a dedicarse al deporte y tras sus gestas aparecieron otros grandes pedalistas. Desde Herrera, diez colombianos se han vestido de líderes en las grandes vueltas en por lo menos una etapa. En el Giro de Italia se han puesto la camiseta rosa cuatro: Rigoberto Urán (2014), Nairo Quintana (2014), Esteban Chaves (2016) y Fernando Gaviria (2017). En el Tour de Francia dos colombianos se han vestido con la amarilla: Víctor Hugo Peña (2003) y Fernando Gaviria (2018). Y en la Vuelta a España siete nacionales lo han hecho: Lucho Herrera (1987), Ómar Hernández (1989), Martín Farfán (1989), Santiago Botero (2001), Nairo Quintana (2014, 2016), Esteban Chaves (2015) y Darwin Atapuma (2016).
Luego de ese triunfo de 1987, en 1991 una vez más Herrera celebró en este lugar. Fue el 14 de mayo cuando se impuso en la jornada 15 de esa edición de la ronda ibérica, que sería ganada por el local Melchor Mauri. Esa victoria de etapa no le sirvió a Lucho para ubicarse en los puestos de honor de la general, en ese año tuvo inconvenientes como jefe de filas del equipo Ryalcao Postobón y terminó fuera del top 10. El mejor del equipo nacional fue Fabio Parra, en el quinto lugar, a más de cinco minutos de la punta.
Dos años más tarde, en 1993, Oliverio Rincón fue el mejor escarabajo en la Vuelta a España. Lo hizo en gran parte gracias a su triunfo en la etapa 17, que terminó en Lagos de Covadonga. Corriendo con el equipo Seguros Amaya, el boyacense atacó faltando pocos kilómetros para la meta y nadie pudo seguirle el paso, por lo que se convirtió en el segundo escarabajo en clavar la bandera de Colombia en ese mítico puerto.
Tuvieron que pasar 23 años para que un escarabajo volviera a brillar en este lugar. Fue Nairo Quintana en la Vuelta de 2016, cuando venció a duros rivales como Alberto Contador y Chris Froome. Faltando 3,5 kilómetros para la meta, el ganador de la etapa era el holandés Robert Gesink, en un segundo grupo iba Nairo junto a Contador; sin embargo, el boyacense metió un cambio de ritmo que no pudo seguir el español y siguió solo hacia la caza del primero. Parado en los pedales y mirando solo hacia adelante, Nairo no disminuyó su ritmo, llegó a la cabeza de carrera, ganó la etapa y recuperó la camiseta de líder que ya había portado en esa edición de la ronda ibérica. Se coronó campeón el 11 de septiembre. Fue la segunda grande de Nairo, tras ganar el Giro de Italia de 2014.
Ahora, dos años más tarde nuevamente Nairo sueña con hacer historia en Covadonga, un terreno hecho para escarabajos. El boyacense podría hoy marcar una amplia diferencia en la general que le permita soñar con su segundo título en esta gran Vuelta.