Cristian Muñoz, el ciclista colombiano con biotipo europeo

¿Es la estatura uno de los factores por los cuales nuestros pedalistas no han ganado un Tour de Francia? Responden expertos. El nuevo integrante del UAE Emirates rompe ese paradigma: mide 1,79 metros.

Thomas Blanco Lineros- @thomblalin -Enviado especial
27 de septiembre de 2018 - 03:58 a. m.
Cristián Muñoz fue subcampeón de la Vuelta de la Juventud en 2016 y 2017.  / Cortesía
Cristián Muñoz fue subcampeón de la Vuelta de la Juventud en 2016 y 2017. / Cortesía
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La última vez que un ciclista ganó un Tour de Francia con una estatura menor a 1,70 metros, tamaño habitual en los pedalistas colombianos, fue en 1976, cuando Lucien Van Impe superó en la general al holandés Joop Zoetemelk y al local Raymond Poulidor, segundo y tercero respectivamente. Desde ese momento Nairo Quintana, quien tiene un biotipo calcado al del belga (1,67 metros y 58 kg) ha sido el que más cerca ha estado de la gesta con dos subcampeonatos y un tercer puesto. Los colombianos siguen dando ventajas en las pruebas contrarreloj y el sueño amarillo se ha postergado. 

Otros pedalistas que se coronaron en la ronda gala que no cuentan con mucha estatura fueron Pedro Perico Delgado (1,71 metros, en 1988) y Marco Pantani (1,72 metros, en 1998). El contra plano con los múltiples ganadores es abrumador: los pentacampeones Miguel Induraín (1,88), Eddie Merckx (1,85), Jacques Anquetil (1,76) y Bernard Hinault (1,74), sacaron provecho de su altura. El tetracampeón Chris Froome (1,86), el tricampeón Greg Lemond (1,78) y los bicampeones Alberto Contador (1,76) y Laurent Fignon (1,74) terminan de poner en la mesa la tesis de que el umbral mínimo para pararse en lo más alto del podio en los Campos Elíseos es medir, al menos, 1,74 metros de estatura.

Una de las explicaciones de muchos especialistas es el biotipo. Martín Emilio Cochise Rodríguez (1,80 m y 69 kg), uno de los ciclistas colombianos más completos de todos los tiempos, brilló en la pista y en la ruta. En los velódromos lo hizo como campeón mundial de persecución individual y con el récord de la hora mientras en las carreteras fue tetra campeón de la Vuelta a Colombia y el primer ganador de una etapa en alguna de las grandes carreras de ciclismo (jornada 15 del Giro de Italia de 1973).

El largo del fémur, hueso correlacionado con la altura, beneficia la potencia de los corredores en las etapas llanas y contrarreloj. Actualmente, con la llegada de hombres como Fernando Gaviria, Álvaro Hodeg y Juan Sebastián Molano, grandes velocistas con un futuro prometedor, el país ha roto el paradigma de ser exclusivamente cuna de escaladores. No es casualidad que todos pasen el umbral de 1.80 metros de altura. 

“Nosotros tenemos una deficiencia: los corredores tienen una composición corporal muy liviana. La incidencia del fémur es fundamental y debe haber una proporción de 1,2 con respecto a la distancia de este hueso con la estatura del corredor. Muchas veces no cumplimos ese parámetro y ahí está la explicación de nuestras fragilidades en las pruebas contrarreloj. Hoy se está hablando mucho del tema biomecánico y hay bases suficientes y números. Eso es lo que dicta la naturaleza. En Colombia estamos crudos con los análisis científicos”, apunta Luis Fernando Saldarriaga, director del equipo Manzana Postobón.

Sin embargo, Raúl Mesa, uno de los mejores técnicos colombianos de la historia y director del equipo EPM, no coincide del todo. “El biotipo es relativo. Sí favorece en las pruebas contrarreloj, pero no podemos comparar a nuestros ciclistas con Chris Froome. Él es un superdotado y fuera de serie. De los colombianos, del que más se espera es de Egan Bernal, porque él es buen contrarrelojero”. Cochise Rodríguez agrega que si “Van Impe pudo ganar el Tour, cualquiera de los colombianos puede hacerlo”.

Muñoz y su biotipo europeo

Este año se ha consolidado una de las máximas promesas del ciclismo colombiano. Un escarabajo atípico que cuenta con el biotipo de pedalista del Viejo Continente: Cristian Camilo Muñoz, quien mide 1,79 metros y pesa, regularmente, 63 kilos. El boyacense de 22 años llegará al World Tour, máximo escalón del ciclismo, para formar parte del UAE Emirates, al lado de Sergio Luis Henao, quien acabó su contrato con el Sky.

Hizo méritos para colocarse en el radar de los equipos europeos, pues fue subcampeón de la Vuelta de la Juventud en 2016 y 2017, tercero en la última edición de la misma carrera, el mejor colombiano en el Giro de Italia sub 23, en la posición 13 de la clasificación general, y el gregario de lujo de Iván Ramiro Sosa en sus malos días en el Tour de L’Avenir. “Estoy nervioso, es que todavía no me la creo. Lo primero que le voy a decir a Sergio Luis es que me enseñe todos sus secretos”, le comenta a El Espectador mientras disputa el Clásico RCN, su última prueba antes de partir a Europa y carrera en la que es el mejor joven.

“Tal vez el biotipo es una de las razones por las cuales ningún colombiano ha ganado el Tour. Pero hay que trabajar porque también tengo muchas debilidades que corregir. El potencial de los escarabajos es enorme: ya no son uno ni dos, son 10 los que se van para Europa. La calidad de Egan Bernal e Iván Ramiro Sosa nos ilusiona a todos”, dice Muñoz, quien se concentrará con su nueva escuadra a finales de octubre.

Carlos Mario Jaramillo, su técnico en Coldeportes Zenú  y en la selección colombiana sub 23, sabe que su estatura será un valor agregado en la élite del ciclismo. "Cristian es un corredor ideal para Europa por su biotipo. No es el colombiano común, que es bajito. Estoy seguro de que se puede acomodar bien en el pelotón internacional. Va a dar de qué hablar por su tamaño y aparte es un gran escalador”. Raúl Mesa por su parte cree que mínimo necesitará dos años para acoplarse y mostrar su verdadero potencial.

Oriundo en Ventaquemada, Boyacá, municipio famoso por las arepas, donde se ha hecho la más grande del mundo (7 metros y 4 centímetros de diámetro), el hijo de Luis Antonio Muñoz y María del Carmen Lancheros creció sembrando cebolla, también adiestrando ganado. “La verdad es que mi infancia fue de campesino, de agricultor. Le debo todo a mi papá, quien desde los 10 años me montó en una bicicleta y no me he bajado (risas). Hoy veo cómo todos esos entrenos austeros, en los que no tenía ni para una gaseosa, valieron la pena”.

Su máximo referente, también por la estatura, es Chris Froome, cuatro veces ganador del Tour de Francia. “El biotipo de Cristian es el que hay que buscar desde el punto de vista antropométrico”, apunta el profesor Saldarriaga. Cristian Muñoz, un escarabajo que rompe estereotipos y paradigmas, y que de seguro estará a la altura en el World Tour.

Thomas Blanco Lineros- @thomblalin

Por Thomas Blanco Lineros- @thomblalin -Enviado especial

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