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Los caminos conducen a que Miguel Ángel López no seguiría en el Movistar, la relación con sus compañeros, tras su inesperado retiro en la penúltima etapa de la Vuelta a España, no quedó en buenos términos.
Eusebio Unzué, mandamás del equipo español, reconoció que la opción de que el colombiano abandone el equipo, a pesar de que hace un mes había renovado por dos años, es una posibilidad latente. Y en entrevista con el Diario de Navarra, Imanol Erviti, uno de los hombres más experimentados del equipo, dio sus sensaciones del altercado.
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“Un auxiliar me dijo: para, para, para Imanol, que Miguel Ángel está ahí. Le pregunté si se había caído o estaba malo. Paré y me lo encontré fastidiado, mal, en crisis, cruzado por lo que había pasado. Me bajé de la bici y le intenté convencer de que siguiera adelante. Con buenas palabras le intenté animar, que reaccionase porque estaba a tiempo de recuperarse y que podía hacerlo por compromiso con el equipo, por los compañeros que estábamos allí, porque ya se bajó del Tour y no le gustó y se iba a arrepentir... No sé, traté de ser lo más positivo posible, de animarle. Tal y como le vi no era cuestión de forzarle y de ponerse a malas. Pero no hubo manera”, apuntó Erviti.
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Y agregó que fue “una situación muy violenta. Lo vives todo con incredulidad, a mí me sigue pareciendo todo irreal. Pasó lo que pasó. Curar las heridas de lo de Miguel Ángel no va a ser fácil. Va requerir trabajo, tiempo y paciencia por parte de todos. Es una situación en la que la fiabilidad salta por los aires, y el primer perjudicado de todo lo que ha pasado es él”.