Rigoberto Urán, uno de los colombianos este año en el Giro de Italia.
Foto: Agencia AFP
Con el inicio de la primera gran Vuelta del año, el Giro de Italia, a pesar de los pesares y hasta de los golpes —físicos y morales— que algunos de nuestros corredores han sufrido en estos últimos tiempos, y hasta del desánimo de algunos aficionados, el deporte insignia del país muestra signos alentadores de que está “vivito y coleando” y dispuesto a seguir cosechando lauros en las carreteras del mundo.