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La llegada a Salento, Quindío, en la penúltima etapa de la Vuelta a la Juventud, fue para Diego Fernando Cano traumática. Cruzaba la meta en la posición 28 a 59 segundos del vencedor Sebastián Castaño (Orgullo Paisa). Con resignación en el rostro les mostraba a todos los presentes sus manos sucias y totalmente negras. Señal del percance que tuvo a metros del final cuando la cadena de la bicicleta se le enredó y tuvo que solucionarlo él mismo.
Cano continuaba como líder, pero atrás tenía a siete pedalistas con una diferencia de menos de siete segundos que en la última etapa iban atacarlo por todos los frentes. De hecho así fue toda la competencia. Coldeportes Claro, EPM y el Orgullo Paisa, sacaron lo mejor de sí del ciclista del Strogman Campañolo. Aquel que nació hace 22 años en Cota, Cundinamarca y que se le conoce como el ‘Curita’. “Cuando nosotros éramos pequeños vivíamos en la finca de unos Padres y allá nos llevaban ropa y comida. Entonces desde ahí toda mi familia quedó como ‘Los Curas’.
Diego no se cambia por nadie, con orgullo afirma que correrá con su equipo el próximo Clasico RCN, del 23 de septiembre al 2 de octubre. Después de pasársele por la cabeza hace unos años dejar la bicicleta y dedicarse al campo junto a su padre, ahora quiere seguir pedaleando toda su vida. “Tuve muchos problemas en mi vida. Especialmente monetarios y familiares, pero el profesor Miguel Rubiano fue el que me ayudó y me convenció que yo tenía un gran futuro en este deporte. También mi entrenador Luis Alfonso Cely. Ellos estuvieron pendientes y siempre me apoyaron a pesar de todo”, sostiene con ojos brillantes, la voz entrecortada y el rostro de fatiga tras 903 kilómetros recorridos desde Ipiales hasta Manizales durante las siete etapas de esta Vuelta a la Juventud.
“Fue un muchacho que defendió la camiseta de líder desde el primer hasta el último día. Darle una nueva figura al ciclismo colombiano es lo que más me llena de alegría porque pienso que con los ciclistas que tenemos en Europa hay que hacer el revelo y esperemos que con estos pedalistas se pueda lograr”, afirmaba el entrenador Luis Alfonso Cely, el ‘Boyaco’, que bajo la batuta del Strogman, prueba las mieles de la victoria por segundo año consecutivo tras el triunfo en la edición pasada del ecuatoriano Richard Carapaz.
El ‘Boyaco’ le enseña todos los días al ‘Curita’ su experiencia de más de 20 años en este deporte. Pero a veces se necesita una ayuda extra, esa que el domingo en la llega a la llegada a Manizales necesitó Diego Fernando. “En los últimos dos kilómetros me dolían las piernas por eso le pedí a Diego Suta que me diera todas sus fuerzas para lograr el título de la competencia. Por eso está victoria también es de él”, fue reiterativo el ciclista del Strogman, pues todo el tiempo estuvo en su cabeza ese doloroso momento de la segunda etapa cuando un compañero de profesión e ilusiones falleció.
Al final, en ciclismo colombiano tiene una nueva figura. De cota, Cundinamarca aparece un deportista y un ser humano admirable. Su fuerte no sólo es la montaña, pues también se defiende en el embalaje y cada vez que lo exigen muestra cabeza fría, pero sobre todo piernas para responder. Llegó el momento de abandonar el podio. Diego Cano alza por séptima vez sus brazos, mira al cielo tal cual como lo hizo el primer día y tiene tiempo para preguntarle a su entrenador Cely, si hay algún problema de trasladar hasta Bogotá a tres familiares que hicieron el esfuerzo de venir desde Cota hasta Manizales.