Einer Rubio: “El ciclismo colombiano debe encontrar más apoyo”
El pedalista boyacense de 25 años será la apuesta del Movistar para el Giro de Italia, que será del 6 al 28 de mayo.
Andrés Osorio Guillott
En tiempos en los que la niebla parece no disiparse de las montañas en las que no hace mucho el ciclismo colombiano brillaba, aparecen justamente algunos escarabajos que con su trabajo y su proceso parecen decirle a la prensa y a la opinión pública que no todo está acabado y que aún es posible encontrar destellos de esperanza.
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En tiempos en los que la niebla parece no disiparse de las montañas en las que no hace mucho el ciclismo colombiano brillaba, aparecen justamente algunos escarabajos que con su trabajo y su proceso parecen decirle a la prensa y a la opinión pública que no todo está acabado y que aún es posible encontrar destellos de esperanza.
Ese es el caso de Einer Rubio, quien, con sus 25 años recién cumplidos, parece tener el talante para empezar a reivindicar al ciclismo colombiano y demostrar que del campo de nuestro territorio provienen el coraje y la fuerza para alcanzar resultados que son acordes a la ambición de muchos de nuestros pedalistas.
La mejor temporada en lo que va del año para Einer Rubio desde su llegada a Movistar, en 2020. La escuadra española, la primera profesional para el boyacense, le ha apostado al colombiano estos años y ahora parece depositar toda su confianza al otorgarle el liderato del equipo para el Giro de Italia, la primera de las tres grandes del ciclismo, que será del 6 al 28 de mayo.
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Rubio, que viene de ocupar el cuarto lugar en la general de la Vuelta a San Juan (Argentina) y ganar la tercera etapa del UAE Tour el pasado 22 de febrero —día de su cumpleaños— y quedar en la casilla 13, reconoció ante El Espectador la importancia de asumir el liderato del equipo en el Giro: “Ser la apuesta del Movistar es una gran oportunidad para mí. Estamos trabajando para estar en un excelente estado de forma. Ellos confían en mí. Lo haremos de la mejor manera y veremos en qué lugar nos coloca la carrera”.
Será la tercera vez que Rubio corra el Giro de Italia, pues lo hizo en 2020 y quedó en el puesto 58, en 2021 ocupó la casilla 39 y el año pasado estuvo ausente, pero este 2023 retoma como líder, un hecho que demuestra su progreso, aunque reconoce que su evolución no ha sido tan rápida como quisiera, lo que no implica que no haya estado viviendo un buen momento con un equipo que no tiene los mejores antecedentes con ciclistas colombianos, teniendo en cuenta las salidas y los conflictos de Nairo Quintana y Miguel Ángel López. “Mi vivencia en Movistar ha sido bastante buena. Ya son varios años adquiriendo experiencia. Hay buen rollo con mis compañeros. Mi progreso ha sido lento. He atravesado dificultades de todo tipo, pero eso me ha dado enseñanzas importantes que he estado aplicando ahora y lo haré con lo que viene”.
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Una prueba de oro. Volver a las montañas italianas es ver también el paso del tiempo, ver cómo pasó de ser un gregario a ser el líder del tren español, de reconocer que en sus piernas también está la esperanza de Colombia por recuperar el prestigio del ciclismo y por demostrar que la actual generación no se perdió en la responsabilidad y la presión de los títulos y los logros de la última década, porque si hay algo que tienen los escarabajos es capacidad para adaptarse a las adversidades que presentan las montañas, pues en ellas crecieron junto a sus familias y en ellas empezaron su sueño de ser ciclistas.
“Presión tiene el que no puede darles de comer a sus hijos”, dijo Diego Armando Maradona. Esa frase reafirma la realidad de muchos deportistas en esta parte del continente, es por esta razón que muchos triunfan en el deporte, porque por la vida misma y no por la competencia supieron vivir con adversidades que terminaron fortaleciendo su mente y sus convicciones. Fue el caso de Einer Rubio, quien tuvo que irse con su familia de sus tierras en Chiquiza por una sequía que los dejó sin sus cultivos, y aunque con el tiempo lograron reacomodarse, ese proceso de perderlo todo, comenzar desde cero y creer en que algo más grande estaba por venir fue vital para entender que un dolor trae consigo un sentido de vida.
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Haber ahorrado de su trabajo como obrero, y apelando a la fuerza mental y física para entrenar en un principio con una bicicleta que no era de su talla y luego cargar bultos y bultos de cemento forjaron a un ciclista que, como muchos coterráneos, se reconoce como pez en el agua cuando de escalar montañas se trata.
No hay flaquezas en medio de la presión, que no es solo por la hora que le llegó y la responsabilidad de ser una de las figuras del Movistar para la presente temporada, sino por el ambiente de este deporte en el país, que es de escepticismo con esta generación, pues por su experiencia admite que “el ciclismo colombiano debe encontrar mucho más apoyo y modificar más sus carreras a nivel nacional, para que las futuras promesas salgan más preparados y con la idea de cómo son las competencias en Europa, de manera que no encuentren dificultades que puedan afectar sus carreras deportivas”.
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