El adiós de Alberto Contador
El ciclista español está compitiendo por última vez, lo hace en la presente edición de la Vuelta a España. Espera retirarse por lo más alto, porque no quiere irse en silencio.
Paula Andrea Casas Mogollón
En las carreteras de España se ve a lo lejos Alberto Contador, quien siempre, como si fuera una tradición, muestra su sillín. El pedalista de 34 años está acostumbrado a subir de pie, sólo se sienta en las contrarrelojes. Ahí va pedaleando en su última gran vuelta, de la que espera salir vencedor y retirarse por lo más alto. (Vea el especial de la Vuelta a España)
Luego de 14 años de altibajos y alegrías no quiere irse en silencio del mundo de las bielas. Ahora su principal rival es Chris Froome, líder de la Vuelta a España 2017 y reciente ganador del Tour de Francia. El líder del Sky, no quiere repetir la historia de 2011, cuando el español Juan José Cobo, le arrebató, por 13 segundos, el codiciado título de la ronda ibérica.
Aunque el gran favorito para ganar la competencia es el líder del Sky, Contador no se dará por vencido, porque él no entiende qué significa el ciclismo sin los ataques, sin los sprints finales y sin darlo todo hasta el último día de competencia, por su amor infinito al deporte de dos ruedas, ese que decidió escoger por encima de sus estudios en 2003, cuando decidió ser profesional en esta disciplina. (Puede leer: Alberto Contador: "No hay mejor sitio para retirarme que la Vuelta")
Mientras da sus pedalazos finales aún recuerda su primera victoria como profesional, esa de 2003, cuando apenas tenía 20 años. A pesar de que no era su especialidad, en una contrarreloj individual de 19 kilómetros logró quedarse con aquella etapa de la Vuelta a Polonia. (Lea: Esteban Chaves se metió en el podio de la Vuelta a España)
Desde ese momento comenzó a escribirse la leyenda de Alberto Contador, ese guerrero invencible que un año después superó una enfermedad cerebral para seguir compitiendo en lo que más amaba. (Vea: Alberto Contador anuncia su retiro del ciclismo)
A pesar de que recientemente aseguró que hacía tiempo no se sentía tan flojo en una competencia, atrás no se pueden quedar las 67 victorias que ha tenido a lo largo de su carrera. En las carreteras de su España natal quedará marcada una de sus más emblemáticas hazañas, la de la Vuelta 2012, luego de regresar de dos años de sanción por dopaje.
En aquella competencia, Contador recuperó el romanticismo del deporte de las bielas y con su espíritu guerrero, ese que lo ha acompañado en sus 14 años de carrera, venció en el camino a Purito Rodríguez, quien era su rival de aquella jornada del 5 de septiembre. Esa etapa y esa edición de la ronda ibérica quedará plasmada como una de las mejores de la última década. (Lea también: Alberto Contador colgará la bicicleta tras la Vuelta a España)
El adiós de Contador es definitivo, su ocaso coincide con el del ciclismo español. Atrás quedaron sus hazañas, incluso la de 2008 cuando logró conseguir el doblete, el del Giro y la Vuelta, iba también por el Tour, pero su equipo de aquella época, el Astana, fue suspendido y no pudo participar en la competencia. Este es el adiós de un histórico del ciclismo, de uno de los mejores escaladores que ha tenido España en los últimos años.
En las carreteras de España se ve a lo lejos Alberto Contador, quien siempre, como si fuera una tradición, muestra su sillín. El pedalista de 34 años está acostumbrado a subir de pie, sólo se sienta en las contrarrelojes. Ahí va pedaleando en su última gran vuelta, de la que espera salir vencedor y retirarse por lo más alto. (Vea el especial de la Vuelta a España)
Luego de 14 años de altibajos y alegrías no quiere irse en silencio del mundo de las bielas. Ahora su principal rival es Chris Froome, líder de la Vuelta a España 2017 y reciente ganador del Tour de Francia. El líder del Sky, no quiere repetir la historia de 2011, cuando el español Juan José Cobo, le arrebató, por 13 segundos, el codiciado título de la ronda ibérica.
Aunque el gran favorito para ganar la competencia es el líder del Sky, Contador no se dará por vencido, porque él no entiende qué significa el ciclismo sin los ataques, sin los sprints finales y sin darlo todo hasta el último día de competencia, por su amor infinito al deporte de dos ruedas, ese que decidió escoger por encima de sus estudios en 2003, cuando decidió ser profesional en esta disciplina. (Puede leer: Alberto Contador: "No hay mejor sitio para retirarme que la Vuelta")
Mientras da sus pedalazos finales aún recuerda su primera victoria como profesional, esa de 2003, cuando apenas tenía 20 años. A pesar de que no era su especialidad, en una contrarreloj individual de 19 kilómetros logró quedarse con aquella etapa de la Vuelta a Polonia. (Lea: Esteban Chaves se metió en el podio de la Vuelta a España)
Desde ese momento comenzó a escribirse la leyenda de Alberto Contador, ese guerrero invencible que un año después superó una enfermedad cerebral para seguir compitiendo en lo que más amaba. (Vea: Alberto Contador anuncia su retiro del ciclismo)
A pesar de que recientemente aseguró que hacía tiempo no se sentía tan flojo en una competencia, atrás no se pueden quedar las 67 victorias que ha tenido a lo largo de su carrera. En las carreteras de su España natal quedará marcada una de sus más emblemáticas hazañas, la de la Vuelta 2012, luego de regresar de dos años de sanción por dopaje.
En aquella competencia, Contador recuperó el romanticismo del deporte de las bielas y con su espíritu guerrero, ese que lo ha acompañado en sus 14 años de carrera, venció en el camino a Purito Rodríguez, quien era su rival de aquella jornada del 5 de septiembre. Esa etapa y esa edición de la ronda ibérica quedará plasmada como una de las mejores de la última década. (Lea también: Alberto Contador colgará la bicicleta tras la Vuelta a España)
El adiós de Contador es definitivo, su ocaso coincide con el del ciclismo español. Atrás quedaron sus hazañas, incluso la de 2008 cuando logró conseguir el doblete, el del Giro y la Vuelta, iba también por el Tour, pero su equipo de aquella época, el Astana, fue suspendido y no pudo participar en la competencia. Este es el adiós de un histórico del ciclismo, de uno de los mejores escaladores que ha tenido España en los últimos años.