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La portada del libro del ciclismo colombiano es la más atractiva de la historia. Con Egan Bernal en la cima del podio en los Campos Elíseos celebrando el primer Tour de Francia para el país. Pero, más adentro, donde son menos los que revisan, el contenido duele, preocupa y a la vez es paradójico.
Mientras los escarabajos brillan en el plano internacional, a nivel local no hay patrocinio de la empresa privada, se cerrarán las puertas de cuatro equipos y Colombia es el país con más casos activos de dopaje en todo el planeta (19), de acuerdo con la Unión Ciclística Internacional (UCI), ente rector de este deporte a nivel mundial. Reina un estado: la incertidumbre.
“Estamos cada vez peor, el ciclismo colombiano está muy mal. La herencia cultural del dopaje nos está afectando. Nunca habíamos tenido tan pocas certezas como ahora. Somos los mejores del mundo, pero estamos llevados. No hay empresa privada detrás de los equipos, además hay un problema gubernamental: se gastan miles de millones en el Tour Colombia, y sí, es muy lindo traer a figuras mundiales, pero podrían ser recursos para fomentar nuestro ciclismo”, dice Jairo Cano, uno de los corredores más destacados del pelotón local. Y también aparece en escena Nairo Quintana, máximo referente de nuestro ciclismo a nivel internacional: “Muchos se van a quedar sin trabajo. No vamos a echar culpas a muchos ni a ninguno, porque son varios los culpables”.
El cáncer del dopaje acabó con la escuadra más importante del país y la única Procontinental (segunda división del ciclismo a nivel mundial): el Manzana Postobón.
Lea: El ciclismo colombiano después de la disolución del Manzana Postobón
Para 2020 se cerrarán las puertas de tres estructuras más: Coldeportes Zenú (por dopaje), Coldeportes Strongman (tuvo problemas de contrabando) y GW Shimano. Dos más están en veremos: AV Villas, filial del extinto Manzana Postobón, y el Betplay. Ambas por la misma razón: la falta de recursos. ¿Qué está pasando?
Falta de patrocinios
“No sabemos qué va a pasar, el fútbol absorbe todo, vende más. Betplay ahora será el principal patrocinador de la Liga colombiana y la continuidad del equipo de ciclismo quedó en duda”, señaló Ángela Muñoz, gerente de Betplay.
Por los lados del AV Villas tampoco escampa. Le sigue faltando una inyección de capital. Tras la disolución del Manzana Postobón optó por enfocarse en la escuadra sub 23. “Nunca la habíamos visto tan negra como ahora. El fantasma del dopaje está presente, porque quedamos desarmados, teniendo todo lo que teníamos por ser víctimas directas del flagelo. Todo ha sido muy difícil, ojalá la gente entendiera que son más los ciclistas honestos”, apuntó Felipe Rodríguez, mánager del equipo. “Nuestro proyecto valía $1.700 millones al año, pero nos tocó bajarlo a $1.300 millones. La torta se reparte así: 45 % para ir a las competencias, 40 % para pagar la nómina y el 15 % restante en accesorios como cascos, bicicletas y uniformes. Sabemos que estamos detrás del lote, coleteando, pero conscientes de que si lo soltamos no volvemos. No nos vamos a rendir”, agregó.
Óscar de Jesús Vargas, director deportivo del equipo, criticó, sin pelos en la lengua, la doble moral de los colombianos frente a la coyuntura del ciclismo local. “Es el año más complejo para conseguir patrocinios, hay mucha incertidumbre, además la mayoría de los equipos son estatales o gubernamentales, puras loterías, gobernaciones, alcaldías. La empresa privada no aparece. Todos felices con el triunfo de Egan, pero nadie se mete la mano al dril. Construir y hacer ciclismo con limosna es imposible”.
Justamente el equipo más poderoso e importante en la actualidad es patrocinado por la Alcaldía de Medellín: Team Medellín, que entre otras cosas, por el cambio de gobierno, no tenía firme su apoyo para 2020. “Lo estamos trabajando con la nueva administración. Ha sido una campaña deportiva muy buena, con títulos en varios continentes”, asegura José Julián Chivo Velásquez, director deportivo de la escuadra antioqueña, quien cree que hay un problema mayor de fondo: la falta de visibilidad que tiene el ciclismo local. La cuenta de cobro de un día de competencia de alguna carrera en el país le vale aproximadamente $7 millones a cada escuadra, teniendo en cuenta desplazamiento, hospedaje y alimentación.
“Creo que hay un buen número de carreras, obvio uno espera más, pero no hay presupuesto. Lo principal es la falta de cubrimiento de los medios de comunicación, esa es una de las razones por las cuales el Team Medellín hizo su calendario por fuera y solo disputó las tres carreras grandes del país: Tour Colombia, Vuelta a Colombia y Clásico RCN. Las otras tienen un nivel competitivo y costo alto, pero un retorno de imagen y publicidad mínimo”, añadió.
Frente a este oscuro plano general, Mauricio Vargas, presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, optó por tomar una estela optimista. “El balance es positivo, porque el ciclismo se ha destacado a nivel internacional. Hablamos de los Nairo, Egan, López, Sosa, entre otros. Da alegría ver cómo en las vueltas que realiza la Federación encontramos muchachos que están empezando su carrera en competencias como la Vuelta al Porvenir y la Vuelta del Futuro, aunque la empresa privada debería apoyar más”.
Eso sí, para 2020 entrarán dos nuevos equipos al pelotón nacional: Talentos Colombia, patrocinado por el Ministerio del Deporte, y UAE Colombia, una escuadra sub 23 financiada desde los Emiratos Árabes. Esa empresa extranjera, a 14.000 kilómetros de distancia, llenó un vacío que ha dejado la local.
El fantasma del dopaje
El principal problema del dopaje en el país es la ley del silencio. Positivos, palabras nulas. Y todos se van y vuelven sin decir una palabra. Hay un mutismo cómplice para denunciar a los abastecedores, quienes, entre las sombras, con su cadena de suministro, son los máximos culpables de este flagelo.
Un duro fenómeno que sufre el país, que no olvida que en la Vuelta a Colombia 2017 ocho pedalistas dieron positivo luego de que se les hallara CERA, un EPO de tercera generación. También resuenan los analíticos adversos de figuras como Járlinson Pantano, Wílmar Paredes, Édward Beltrán, Alexis Camacho y Fabián Puerta, campeón mundial de keirin. Los casos son muchos.
El Laboratorio para el Control al Dopaje de Coldeportes se encuentra suspendido desde el 20 de febrero de 2017 por falta de garantías, según determinó la Agencia Mundial Antidopaje. La hoja de ruta es reacreditarlo para mediados de 2020. “El dopaje es una prioridad del Gobierno, a veces pienso que podríamos no gastarnos los recursos en tantos eventos, sino en más controles. Los deportistas tienen temor, hay redes que los amenazan. A medida de que ellos hablen, vamos a dejar una semilla en la cultura: denunciar. Es un tema parecido al abuso; una vez abres esa puerta, muchos se van a animar”, afirmó Ernesto Lucena, ministro del Deporte.
¿Y qué hace la Federación Colombiana de Ciclismo para combatirlo? “Muchos esfuerzos, hay demasiadas muestras. Los controles se realizan a través del Ministerio, que tiene el deber, y casi el 40 % se sacan en ciclismo. Desafortunadamente hay gente que es imposible de controlar. En todas las competencias hacemos conferencias para explicarles a los ciclistas los alcances médicos y legales que tiene doparse”, apuntó Mauricio Vargas, presidente de la Fedeciclismo.
El manejo de las selecciones
“El Tour Colombia vale mucho dinero, claro, hay que hacerlo, pero quisiera saber cómo se están invirtiendo las utilidades. Me dio mucha tristeza lo que ocurrió en el Mundial de Ciclismo, ver a ese niño Germán Gómez, que no fue asistido por el carro de su país porque su entrenador debía compartirlo con otras naciones debido a que solo se usaron dos de los cuatro cupos disponibles. Es triste que en un país tan poderoso, aún no nos creamos el cuento. Los dirigentes no están a la altura de los ciclistas que tenemos”, añadió el Chivo Velásquez.
Mauricio Vargas destacó que el Tour Colombia “nos vale $8.000 millones, pero esa es la imagen del país. Los equipos más importantes del mundo quieren venir y a nosotros nos toca cubrir todos los gastos. Y las utilidades que tengamos las usamos en los desplazamientos de todas las selecciones, tanto de ruta, pista y bmx, que son las que nos representan a nivel mundial”.
Y salen a la superficie las dudas que marcaron al país en la pasada participación de Colombia en el Mundial de Ciclismo: no se utilizaron todos los cupos y varios especialistas apuntaron que se llevaron corredores que no eran aptos para las características del recorrido. ¿Un Ferrari para correr un Rally Dakar? “Los Mundiales se ganan en las pretemporadas, un año antes ya se conocen los recorridos. Hay que analizarlo, visitarlo, hacer pruebas, llevar corredores, sacar datos, en fin. Pero aquí todo se deja a última hora, no hay planificación. Con respecto al Mundial, no se escogió una buena nómina, porque se llevaron corredores que no eran idóneos para la carrera. Es como poner a James de arquero”, señaló el entrenador Luis Fernando Saldarriaga.
Vargas, cabeza de la Federación, argumentó que “hacemos un balance técnico, analizamos el recorrido y con base en ello escogemos a las selecciones. Para este año el equipo juvenil, que había estado en el Panamericano, a nivel técnico encontramos que las condiciones no eran las mejores para nosotros y no se iba a obtener un resultado óptimo. No es participar por participar, por eso se llevaron dos ciclistas nada más. El año que viene, que es un Mundial más acorde con nuestras condiciones, vamos a llevar la totalidad de los cupos”.
¿Se está atentando contra las raíces del ciclismo colombiano en el mejor momento de su historia? “Nairo y Egan no durarán toda la vida, nuestro deporte se está muriendo”, cierra el ciclista Jairo Cano.
Thomas Blanco Lineros- @thomblalin
tblanco@elespectador.com