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No hay literatura, solo la memoria de los protagonistas. Los tiempos han cambiado: las carreteras están mejor pavimentadas, la tecnología rige el ciclismo, existen los potenciómetros, las bicicletas son más livianas y los materiales son mucho mejores. Y contrario a lo que se creyó en un comienzo, el récord en el Alto de Patios, el puerto más emblemático de Bogotá, sigue sin batirse. El dueño: Israel “El Pinocho” Corredor, recordado ciclista de la década de los 80, con un registro de 14:02. Y lo hizo partiendo desde mucho más atrás en el semáforo de la carrera séptima y no desde Belisario, punto de referencia de hoy en día en Strava, red social de los ciclistas.
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Tras la hazaña de Javier Jamaica, quien el pasado martes bajó la marca de los 15 minutos firmando un tiempo de 14:44, los ciclistas del pasado sintieron nostalgia por el olvido de sus gestas. Empezaron a debatir en un grupo que tienen entre ellos de la Asicol, asociación de varios de los ciclistas de la década de los 80 en la que buscan propulsar al ciclismo colombiano. Aparecieron las memorias de uno, las del otro, se armó la discusión. Y Víctor Hugo Peña, el primer colombiano en ponerse la camiseta amarilla de líder en el Tour de Francia, tomó el liderazgo para recuperar una memoria histórica que nunca se escribió y que está en riesgo de perderse en el tiempo.
El trono del ‘Pinocho’
‘Pinocho’ Corredor hizo la marca en la contrarreloj del Caracol de Montaña de 1986, carrera por etapas en la que solo se subían puertos. Paró el cronómetro con un tiempo de 14:02 partiendo desde el semáforo de la carrera séptima con calle 85. Dos segundos después llegó otra leyenda del Alto de Patios, Pablo Wilches con un tiempo de 14:04.
“Ese fue uno de mis mejores años: fui el mejor ciclista de Colombia. Gané la Rueda de Oro, que era un premio que ganaba el ciclista más regular de las carreras con un puntaje que se sumaba al final del año. Y en ese Caracol gané tres etapas: la del Alto de La Línea, que tuve el récord con una hora y cuatro minutos por muchos años saliendo desde la bomba de Calarcá. Hasta que el año pasado me dijeron que me lo bajaron. Y la otra fue en el Alto El Verjón, que es subiendo de Bogotá a Choachí”, recuerda Pinocho, que hoy por hoy se dedica al comercio en San Victorino.
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Subió con una bicicleta de ocho kilogramos y medio. “Todavía conservo la bicicleta del récord, fue lo más liviano que se podía armar en el momento. Hay que tener en cuenta que el tramo de la vía no estaba en las mismas condiciones de hoy, salimos desde la séptima, que yo creo que son mínimo 45 segundos más, y hoy la tecnología ha cambiado todo. Pero igual hicimos este registro tan importante y soy feliz de que todavía tenga el récord”.
Pablo Wilches: el voz a voz de la carrera séptima
La leyenda urbana que corría en las calles de la carrera séptima entre los grupos de ciclismo aficionado apuntaba a que Pablo Wilches, ganador de la Vuelta a Colombia 1987, era el dueño del récord. Algunas veces se hablaba de un tiempo de 14:58, otras del 14:30. Pero reinaba la confusión.
Y la mejor marca de quien hasta hace un año estaba a cargo del equipo de ciclismo Betplay es de 14:04, pues llegó dos segundos después que Corredor en aquella prueba al reloj del Caracol de Montaña de 1986. “Yo quedé a dos segundos de Pinocho, ese fue mi mejor tiempo”, dice.
El segundo lo hizo en el Clásico RCN de 1990, cuando en la última etapa, una contrarreloj de 35 kilómetros, hizo un tiempo de 14:30. “Y eso que ese día cambié de bicicleta en el semáforo de la séptima, que es de donde en realidad se debe marcar el tiempo. Jamaica hizo un gran tiempo, no hay que demeritarlo, pero no lo hizo desde donde históricamente se ha marcado”.
Pacho Rodríguez: “el primer dueño” del récord
Antes del imperial registro del Pinocho Corredor, el dueño del récord era Francisco “Pacho” Rodríguez, el primer ciclista latinoamericano en conseguir el podio en alguna de las tres grandes vueltas, tercero en La Vuelta a España de 1985.
No recuerda con exactitud el año, tampoco la prueba oficial. Pero sí el tiempo: 17 minutos y 19 segundos. Duró varios años. Con un valor añadido: lo consiguió arrancando de cero desde el semáforo de la séptima, sin ningún tipo de impulso. “Eso fue en una carrera netamente de trepadores, pero saliendo de ceros. Yo me fui a Europa en el año 1984, eso fue muchos años antes. Pero es que las bicicletas no eran lo que son hoy en día”.
Con una anécdota personal habla del cambio drástico entre las bicicletas de hace más de 30 años con las de ahora. Cuando se retiró del ciclismo no quería montar más, ni siquiera tenía bicicleta. Tiempo después decidió retomar poco a poco con una bicicleta que consiguió. Se demoraba 26 minutos subiendo a Patios. Hasta que pidió una bicicleta moderna, de carbono, de las de ahora.
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“No me sentía bien en una bicicleta tan vieja. Y apenas la usé llegué casi tres minutos más rápido. Póngale que uno se demore dos minutos subiendo de la séptima a Belisario, más los otros dos de las bicicletas modernas de ahora, son un total de cuatro minutos. Chévere que haya un muchacho tan bueno como Jamaica, pero hay que tener en cuenta todo. Me gustaría que lo hicieran del semáforo de la 85 y ahí va a variar mucho el tiempo”, advierte.
Y reconoce el récord que le arrebató Pinocho. “Él tiene el récord: lo hizo en competencias oficiales, con comisarios, con controles al dopaje, con todo el orden que debe haber. Para declarar un récord debería haber un comisario y unos jueces, una autoridad; eso es lo que pienso”.
De aquel recordado Caracol de Montaña de 1986, del que no hay muchos registros de prensa, Pacho recuerda que su cuñado Germán Castillo marcó un tiempo de 14:06. El nivel en aquella prueba fue brutal. “Ese día Jamaica no hubiera estado ni siquiera en el top 10. Pero de verdad es muy bonito que estén surgiendo ciclistas con tanto talento como él”.
También se rememoran registros como el que hizo Hernán Buenahora en la contrarreloj con la que sentenció su título de la Vuelta a Colombia 2001 en una última etapa que salió del Parque Nacional. El tiempo: 14:32. “Lo hice desde abajo, cambiando de bicicleta y todo. Con esa etapa confirmé el título”, recuerda.
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Javier Jamaica: el dueño del récord en Strava
Cuando Javier Jamaica se empezó a recuperar de la lesión de ligamento cruzado anterior que truncó su sueño en el fútbol profesional, la bicicleta fue su terapia. Empezó a subir los sábados y domingos a Patios con su papá. “La idea era mejorar cada vez más el tiempo, eso fue ya hace cinco años. Le cogí amor al alto y en un momento empecé a decir: ‘Uy, ya estoy en el top 10 de Strava, sería chévere ser el mejor’. Y religiosamente, todos sus cumpleaños, subía con el objetivo de batir su propio récord.
El pasado martes, en su cumpleaños 25, el pedalista del Colnago lo celebró coronándose como el rey de la montaña en Strava con un tiempo de 14:44. ¿Que si se le mide a batir el récord desde el semáforo de la séptima? “Claro, el objetivo siempre es mejorar. El martes perdí diez segundos porque se me atravesó el bus. Sí escuché la discusión acerca de que el tiempo lo agarra Strava desde Belisario y no desde la séptima. Es un debate bonito”.
Y justamente en Strava hay un segmento oculto llamado Semáforo Circunvalar Patios, que tiene 500 metros más de longitud con un total de 6,44 kilómetros. El día que batió el récord en Strava, también lo batió en ese segmento: marcó un tiempo total de 15 minutos y 47 segundos.
Se armó una competencia muy sana entre Jamaica, Daniel Méndez, ciclista del Kern Pharma de España, Santiago Buitrago, pedalista del Bahrain Mclaren de Baréin, y los ciclistas aficionados Sebastián y David Molina. Cada uno viene tumbando el récord del otro. Hasta Rodrigo Contreras, del equipo Astana, ha dicho que va por el KOM (King of the Mountain).
“Primero lo tuve yo, luego Buitrago con un tiempazo que uno decía que era imposible. Y luego Méndez, en una cronoescalada en una carrera que yo también corrí, hizo 14:50 y se quedó con el KOM, pero no pudo guardar el registro en Strava. Y ya luego fue el evento de los Molina en el que David quedó primero con 15:11. Es una lucha muy chévere y linda. Yo le decía a David que hace tres años el tiempo estaba en 16:30 y es bonito ver cómo todos hemos ido progresando”.
Tras ser la revelación de 2020 en el pelotón nacional brillando en La Vuelta a Colombia y el Clásico RCN, en el que ganó la etapa reina en Riosucio, Jamaica tuvo algunas ofertas serias del ciclismo europeo. La primera del equipo portugués Louletano-Loulé Concelho, que fichó hace poco a César Nicolas Paredes. La otra fue el Giotti Victoria de Bélgica, por donde pasó el pereirano Jonathan Cañaveral. El bogotano dijo que no, sueña más alto: quiere seguir creciendo y su objetivo es ganar La Vuelta a Colombia de 2021 y luego poder fichar con un equipo europeo Pro Tour o World Tour.
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“El objetivo es ser campeón y sino estar en el podio, tengo un gran estado de forma. Va a ser muy duro, pero lo veo posible. Decidí quedarme para seguir progresando y eran equipos Continentales al igual que el Colnago. Quiero estar el próximo año en el World Tour, ese es mi plan. Estoy enfocado, pero primero hay que tener buenos resultados”.
Las memorias perdidas del Alto de Patios, uno de los puertos más renombrados del país. Porque el ciclismo no empezó con Strava. “Es un llamado a no olvidar las historias de todos los deportes y deportistas del país, ese es mi mensaje”, concluye Víctor Hugo Peña. Sigue el lindo debate y sana competencia entre ellos.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin