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Para cualquier pedalista, lograrlo significa cumplirles al equipo y a sus patrocinadores y asegurar un buen contrato para el año siguiente. Incluso para los llamados capos o jefes de filas de cada escuadra. Al fin y al cabo, hay más de 18 equipos en el World Tour y sólo tres grandes carreras.
En la primera época dorada de nuestro ciclismo, en la segunda mitad de los 80, Colombia logró cinco podios: el título de Luis Herrera en España, en 1987; el segundo lugar de Fabio Parra en esa misma prueba, en 1988, y los terceros lugares de Parra, en el Tour 1988, y Francisco Pacho Rodríguez y Óscar de J. Vargas en las Vueltas de 1985 y 1989, respectivamente.
Pasaron 24 años para que un escarabajo volviera a un podio. Lo hizo Rigoberto Urán en el Giro de Italia 2013. Desde entonces no ha faltado un colombiano en algún podio por temporada. En 2016, por ejemplo, Esteban Chaves lo hizo en Giro (2) y Vuelta (3), mientras que Nairo Quintana lo consiguió en Tour (3) y en la Vuelta que ganó.
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Después de cinco años seguidos subiendo a algún podio, en 2018 Nairo no lo pudo hacer. Sin embargo, con apenas 28 años de edad y al menos siete más en el alto rendimiento, seguro volverá.
De los 18 podios que ha logrado Colombia seis han sido del boyacense. Lo sigue Rigo, con tres, y luego están Parra ,Chaves y Miguel Ángel López con dos cada uno, pues este último tuvo una gran etapa este sábado en la ronda ibérica y logró meterse entre los tres mejores de la carrera (fue segundo en la penúltima jornada).
Cualquier país del mundo, incluso las grandes potencias del ciclismo, como Italia, España, Francia y Gran Bretaña, desearía tener tantos y tan buenos ciclistas como los nuestros.
Ojalá pasen muchos años y sigan subiéndose al podio, un premio que ya les sabe a poco a los aficionados colombianos, pero que tiene un inmenso valor en el ámbito del ciclismo profesional.