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La llegada a Alcossebre rompió las piernas del pelotón. En el ascenso complicado con el que se cerró la quinta etapa en Ermita Santa Lucía, un premio de tercera categoría, muchos ciclistas parecían quedar frenados en el asfalto. El cerebro ordenaba, pero las piernas parecían no responder. Chris Froome, Esteban Chaves y Tejay Van Garderen fueron los grandes ganadores de la jornada, además del ciclista del Astana Alexey Lutsenko, quien se quedó con la victoria con un tiempo de carrera de cuatro horas, 21 minutos y 58 segundos. Los tres se ubican en el podio de la competencia y alejaron a rivales como Fabio Aru y Vicenzo Nibali. (Vea el especial de la Vuelta a España)
Esteban Chaves ascendió seis posiciones en la clasificación general. Llegó con lo justo, como también lo hicieron Chris Froome y Alberto Contador. Pero lo positivo es que el pedalista del Orica Scott mantuvo la rueda del británico, quien se mantiene en lo más alto de la tabla y que de a poco va ampliando diferencias con respecto al segundo, que al comienzo del día era David de la Cruz a dos segundos y tras finalizar la jornada quedó Van Garderen a 10 segundos. El colombiano se mantiene a 11 segundos del ciclista del Sky, quien se mantiene como el máximo favorito a ganar la competencia.
La diferencia en esta jornada la marcó Ermita Santa Lucía y el paso infernal del equipo Sky, que de a poco fue desgranando el lote. En esas rampas empinadas, los ciclistas se iban quedando. Unos subían en zigzag mientras que a otros dar un pedalazo les costaba un dolor desgarrador en el cuadriceps y en el alma. Mientras que los llamados a pelear por la general subían al ritmo impuesto por la escuadra británica. Miguel Ángel López, uno de los llamados a ser protagonista, fue uno de los primeros en reventar. No pudo acompañar a Aru. Esos pocos kilómetros de competencia le están pasando factura al boyacense, después se quedó Romain Bardet, Carlos Betancur y antes de finalizar el puerto, tras el ataque de Froome no pudieron seguir el ritmo Fabio Aru, Vicenzo Nibali, David de la Cruz, Ilnur Zakarin.
El recorrido no ofreció tregua, rompepiernas desde la playa de Benicassim, donde los turistas apenas dejaban un palmo de arena libre en la playa, hasta la Ermita de Santa Lucía, un trayecto con 3.000 metros de desnivel acumulado y cinco puertos. Ver el perfil dejaba claro que iba a ser una fracción de mucho sacrificio, pero siempre hay valientes y soñadores. Esta vez 17 corredores marcharon a las afueras de Benicassim, con Rubén Fernandez y Marc Soler (Movistar), una pareja del Caja Rural formada por Lluis Mas y Héctor Saez, el francés Alaphilippe (Quick Step), Lutsenko. el eritreo Kudus y el líder de la montaña, el italiano Villella (Cannondale), empeñado en defender su maillot de puntos azules de líder de la montaña.
Nunca pasó la ventaja de 4 minutos antes del último puerto. Después hubo tregua en la persecución. Así lo quiso el Sky de Froome, quien se encargó de manejar el ritmo del pelotón. Villella cantó bingo en todos los altos. Para eso se alistó en la expedición. Misión cumplida. Coronó el Desierto de las Palmas, Alto de Cabanes, el Coll de la Bandereta y La Serratella, donde los chicos de Froome cruzaron a 4.30. Un sube y baja que iba minando las fuerzas del personal en espera de la prueba de fuego, con los favoritos afilando las garras.
También decidió el Sky entregar la etapa a los hombres de la avanzadilla y negociar aparte la batalla de la general entre los gallos. Dejaron 6 minutos de margen a Haller y Lutsenko, los primeros en saltar y al grupo perseguidor con Soler, Kudus, Alaphilippe, Gougeard, Mohoric. Con 7 minutos a 16 de meta el vencedor saldría de la fuga. Lutseko se fue con Kudus, a quien remató nada más poner la rueda delantera en el ascenso a Santa Lucía, iglesia blanca y mediterránea en lo alto de una colina, un puerto "denominación de origen Vuelta", corto pero matón. El kazajo se fue solo y en solitario se deleitó con su primera gran victoria.
Un corredor de buen futuro, gregario de Aru en Astana y experto en fugas. Tiene triunfos en Vuelta a Suiza y París Niza. Supo aprovechar su primera oportunidad. Por detrás estaban actuando los favoritos. Froome, después de un tremendo trabajo del Sky, sobre todo del italiano Gianni Moscon, infatigable, puso el molinillo a 2.000 metros de la cima instalada junto a la Ermita de Santa Lucía, patrona de los ciegos. La patrona guió al británico, iluminó a Contador, empeñado en no retirarse antes de tiempo y al colombiano Chaves, dispuesto a ser la sombra del ganador del Tour. Nadie sacó los ojos al resto, como cuentan que hicieron con la santa, que luego volvió a ver, pero lo que se vio fue que Froome y Chaves están llamados a animar la Vuelta. Y que Contador se retira en Madrid, no antes. Este jueves se disputa la sexta etapa entre Villareal y Sagunto, de 204,4 kilómetros.
Etapa 6: