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“¿Nairo, por qué no ganó el Tour?” Esa pregunta no la quería oír Nairo Quintana. Realmente no tenía explicaciones ni una respuesta contundente, todo lo había hecho bien para conseguir el gran objetivo, pero sus piernas no respondieron, Christopher Froome fue insuperable y finalmente fue el británico el que terminó vestido de amarillo. Pero el simple hecho de imaginarse que le hicieran esa pregunta a su arribo a Colombia, hizo que Nairo Quintana llegara de incógnito al aeropuerto El Dorado de Bogotá y saliera sin escalas en una camioneta a su casa en Cómbita, Boyacá. El único energizante que le serviría para recuperar fuerzas sería estar en familia, compartiendo junto a su esposa Paola, su hija Mariana, sus padres Luis y Eloisa y sus amigos más cercanos.
A Nairo Quintana más que las piernas, le dolía el corazón. Su gran objetivo del año era el Tour de Francia y su cuerpo no le respondió como él hubiese querido en esas tres semanas de competencia. A pesar del extraordinario resultado, que le dio para subirse al podio en París por tercera vez en su carrera, su idea era terminar vestido de amarillo, pero las cosas simplemente no salieron. “Alergia fue la manera que utilizó Nairo para explicar lo que sentía, pues realmente nunca le había pasado que su cuerpo no le respondiera durante tres semanas como él no quería”, asegura una fuente cercana al líder del Movistar, quien cuenta que el boyacense, eso sí, valoró el resultado obtenido en Francia y a su círculo más íntimo le confesó que su objetivo en 2016 ahora sería La Vuelta.
No ir a los Juegos Olímpicos de Río 2016 fue una decisión que tomó Nairo junto a su equipo Movistar. Sabía que con la forma que le estaban respondiendo sus piernas no iba a poder dar una mano a la selección nacional en la prueba de ruta y por eso optó por mentalizarse en la Vuelta a España, carrera que pudo ganar en 2014, pero sufrió una caída justo cuando ya portaba la camiseta roja de líder.
Pero para prepararse, Nairo se aisló. De hecho los entrenamientos fueron estrictamente con sus amigos, sin público y con una intensidad muy suaves, porque con lo que había hecho antes del Tour de Francia, más las 89 horas, nueve minutos y nueve segundos que estuvo sobre la bicicleta en la ronda gala, la clave estaría en la recuperación y en el trabajo psicológico. De hecho no vio en televisión nada de ciclismo y muy poco de los Juegos Olímpicos, pues el no haber podido ir a Río también lo afectó, pues ir a unas justas es un sueño que ha tenido desde niño. “Hacíamos en los entrenamientos lo que Nairo quisiera. Por lo general eran recorridos a un ritmo suave”, le contó a El Espectador Cayetano Sarmiento uno de los grandes amigos de infancia de Nairo, quien lo acompañó por esos días en Boyacá y quien actualmente es ciclista del equipo EPM. “Hablabamos de todo menos de ciclismo, de la vida, de su familia, recordábamos anécdotas”, afirma Sarmiento.
El grupo de entrenamiento casi siempre estaba conformado por su hermano Dayer y Cayetano, pero un día especial lo hizo junto a Óscar Sevilla, el pedalista español del equipo EPM, quien en los últimos años lo ha ganado todo a nivel local. Justamente, el día que salió a rodar con Sevilla, le dijo que ya se sentía en óptimas condiciones y que si todo salía bien, tendría con qué traerse la camiseta roja, del líder de la Vuelta a España, a Colombia.
Con esa ilusión partió hacia el país ibérico, con las mismas ganas que lo había hecho meses atrás hacia el Tour de Francia, pero con la seguridad de que su cuerpo estaba como en sus mejores días. “Es que creo que una mejor preparación para la Vuelta no hubiera sido posible. El salió sabiendo eso y afortunadamente lo pudo reivindicar en la carretera”, asegura Cayetano.
Otro de sus amigos boyacenses, es Iván Mauricio Casas, un ex ciclista que se coronó en la Vuelta a Uruguay en 2011 y ganó dos campeonatos nacionales de contrarreloj. Feliz por la hazaña de su amigo, comentó que “seguramente esta victoria sobre Froome le servirá como golpe psicológico para darse cuenta que es capaz de ganarle en una grande. Pero conociendo a Nairo, el querrá vencerlo pero en el Tour de Francia”.
Con una camiseta rosada, como campeón el Giro de Italia de 2014 y la roja, de esta Vuelta a España 2016, la obsesión de Nairo seguirá siendo la amarilla del Tour y seguramente algún día lo logrará, por lo menos, de lejos es ya el mejor pedalista en la historia de Colombia, el papá de los escarabajos