“Gaviria es el mejor del mundo, pero debe trabajar como el mejor del mundo”
Matxin, director del UAE Emirates, hizo el balance de su tren en la primera semana del Giro de Italia y habló de la situación actual del corredor antioqueño de 26 años.
Thomas Blanco- @thomblalin
A casi diez meses de su última victoria en la Vuelta a Burgos, Fernando Gaviria se encuentra disputando un Giro de Italia clave para su contrato del próximo año y futuro profesional. El balance general en sus dos años y medio en el UAE Emirates no ha sido el mejor. ¿Se relajó en su preparación? La sensación de autosuficiencia de saberse y sentirse el mejor.
Ya no es el más rápido de todos. Velocistas como Caleb Ewan, Sam Bennett, Arnaud Demare, entre otros, han dado un paso adelante. Con ese golpe moral de no ser aquel ganador que se adjudicó cuatro etapas en el Giro de Italia 2017, Gaviria hizo una gran preparación para el Giro de Italia. Los resultados, confía, están por llegar.
Joxean Fernández “Matxin”, director del UAE Emirates, ha salido a respaldar al colombiano tras este arranque complicado en el Giro de Italia luego de no conquistar ninguna de las tres etapas para velocistas que estaban trazadas sobre el papel. Estas fueron sus palabras a El Espectador.
¿La imagen con la que nos hemos quedado estos días es la de Molano volteado buscando a su tren, qué cree que ha fallado en esta primera semana del Giro de Italia?
No ha habido ninguna falla, es que ellos no corren solos. Hay corredores muy buenos, se intenta llegar a la perfección, pero está claro que son tres corredores muy importantes y entre 20, todos se quieren meter en el medio de nosotros. Todos saben que nuestro movimiento es lanzar primero con Molano, luego con Richeze y después rematar con Gaviria. Y no podemos coger la iniciativa a cuatro kilómetros porque ellos tampoco pueden hacer cuatro kilómetros. El resto intenta aprovecharse, como nosotros también de ellos. No es cuestión de fallas, es que no corremos solos. No estamos felices, somos un equipo con carácter, salimos a ganar. Gaviria es un corredor ganador en un equipo ganador. No estamos contentos, pero son circunstancias de la carrera.
(Lea: Matxin: “Pogacar tiene un don para mantener su nivel”)
En la segunda etapa, Gaviria, incomodado por Viviani, trató de encontrar hueco por el lado derecho de Molano. Y Molano se quedó buscándolo en su lado izquierdo, al parecer ninguno de los dos tuvo la culpa. ¿Qué cree que fue lo que pasó?
Cuando tu ves que vas ahí, la idea no es molestar a tu rival, pero tampoco facilitarle las cosas. Y ya cuando Gaviria se echa para adelante, nadie se imagina que le va a llegar a Molano por dentro, porque todos están entrando por la izquierda. Lo que buscas es la perfección, intentar hacer trabajo para tu compañero perfecto, que es la función de Molano. Él en algún momento tendrá su oportunidad, sí se puede.
¿Y qué ocurrió hoy que tampoco hubo entendimiento entre los tres?
Son circunstancias, hoy iban perfecto a un kilómetro de la llegada los tres juntos para empezar y entre Molano y Richeze se ha metido Pasqualon, ahí hubo poco margen de maniobra a 75 kilómetros por hora. Se pierden las posiciones, son cosas que pasan. En un sprint más limpio habríamos visto más a Richeze y al tren del equipo. Ha habido 25 kilómetros absolutamente caóticos y peligrosos con muchas curvas y caídas, son circunstancias. Y sufrimos en la penúltima curva a la izquierda.
Gaviria ya demostró el tercer día resistiendo el ritmo del Bora que llegó en una buena condición, ¿en que nivel cree que está?
Gaviria está bien, ha entrenado muy bien, su condición es buena. Estoy convencido de que tiene piernas para ganar. Sin el problema con Molano, habría luchado por la victoria directamente. Y hoy, si no hubiese empezado el sprint prácticamente en la novena posición, no hubiese hecho tres embalajes y hubiese luchado por ganar. Cuando en el último kilómetro tienes que hacer tres esprints para pasar, siempre hay alguien que solo tiene que hacer uno. Ya partes en desventaja. Una curva te puede cambiar todo el resultado, para bien o para mal, como nos ha pasado hoy. Y el día de mañana, cuando nos vaya bien, resultará que somos perfectos. Seguramente no somos tan malos ni tan perfectos como cuando ganemos.
(Lea: Simon Yates y el Giro de Italia: una historia tormentosa)
¿El reconocerse como el mejor velocista del mundo le ha afectado a Gaviria en su preparación para las carreras?
Gaviria el mejor del mundo. Bueno, está claro que es el mejor del mundo, pero debe trabajar como el mejor del mundo. En algún momento ese exceso de confianza le ha hecho no hacer todo a la perfección. Pero verlo en una línea buena es muy optimista y yo sigo creyendo en Fernando como el mejor velocista del mundo.
¿Es este Giro de Italia un punto de quiebre para él tras dos años complicados?
Fernando tiene que ganar, es un ganador. En el ciclismo cuando dejas de ganar dos carreras te dicen que es un momento de inflexión y cuando ganas ya eres otra vez el mejor del mundo. Cuando ganamos tengo 2.000 mensajes y cuando no, me dicen qué tengo que hacer. Claro que después de no ganar habríamos encontrado formas de hacerlo diferente, pero si supiéramos todas esas variables, compraríamos el número de la lotería o haríamos las cosas a la perfección. No somos futurólogos, pero si puedo decir que confío en mis corredores a muerte, se los demuestro y lo seguiré haciendo.
Así Gaviria y Molano no salgan juntos a tomar las vacaciones, ¿cómo evalúa el trabajo que han hecho juntos dentro del equipo?
Son profesionales y hay una excelente relación, lo puedo garantizar. De hecho hoy vimos que Molano se ha parado dos veces para esperar a Fernando, esa es una demostración de que hay una conexión no solo a nivel profesional sino a nivel personal. Sebas está con una actitud de bien, Fernando también, no hemos conseguido resultados, nos falta la excelencia, pero lucharemos para llegar a ella.
¿Y cómo evalúa las posibilidades que tenga Molano para pelear otras carreras?
Esto es como todo en la vida, todo el mundo quiere ser director. Pero director hay solo uno, hay mucha gente capacitada para hacerlo, pero bueno, nosotros debemos ser coherentes y darle espacio deportivo a Molano porque le aprecio personalmente y estoy convencido de que deportivamente es un gran talento. Lo que pasa es que la individualidad es muy buena, pero a veces lo colectivo nos hace más buenos. Hay rivales muy importantes. El año pasado se le dio una oportunidad a Sebas en una etapa e hizo tercero. Tendrá oportunidades aquí seguramente para que lo haga bien.
¿Está Gaviria peleando su contrato para quedarse en el equipo el próximo año?
Está claro que tengo confianza ciega en Gaviria, no tengan dudas de que yo lucharé porque siga en el equipo, porque sé perfectamente la calidad que tiene y el corredor que es.
Puede leer: Marco Pantani revive en cada edición del Giro de Italia
¿El hecho de contar con uno de los dos mejores corredores del mundo en el equipo hace que el enfoque del equipo haya cambiado este último año para pelear las clasificaciones generales?
Tenemos que tener también velocistas. Pogacar es el mejor corredor del mundo y para mí Fernando es el mejor velocista. Debemos hacer todo a la perfección para seguir ganando, cuando llegue una victoria, dos, nos quitamos ese miedo de conseguir resultados. Cuando lleguen, llegarán seguidas.
A casi diez meses de su última victoria en la Vuelta a Burgos, Fernando Gaviria se encuentra disputando un Giro de Italia clave para su contrato del próximo año y futuro profesional. El balance general en sus dos años y medio en el UAE Emirates no ha sido el mejor. ¿Se relajó en su preparación? La sensación de autosuficiencia de saberse y sentirse el mejor.
Ya no es el más rápido de todos. Velocistas como Caleb Ewan, Sam Bennett, Arnaud Demare, entre otros, han dado un paso adelante. Con ese golpe moral de no ser aquel ganador que se adjudicó cuatro etapas en el Giro de Italia 2017, Gaviria hizo una gran preparación para el Giro de Italia. Los resultados, confía, están por llegar.
Joxean Fernández “Matxin”, director del UAE Emirates, ha salido a respaldar al colombiano tras este arranque complicado en el Giro de Italia luego de no conquistar ninguna de las tres etapas para velocistas que estaban trazadas sobre el papel. Estas fueron sus palabras a El Espectador.
¿La imagen con la que nos hemos quedado estos días es la de Molano volteado buscando a su tren, qué cree que ha fallado en esta primera semana del Giro de Italia?
No ha habido ninguna falla, es que ellos no corren solos. Hay corredores muy buenos, se intenta llegar a la perfección, pero está claro que son tres corredores muy importantes y entre 20, todos se quieren meter en el medio de nosotros. Todos saben que nuestro movimiento es lanzar primero con Molano, luego con Richeze y después rematar con Gaviria. Y no podemos coger la iniciativa a cuatro kilómetros porque ellos tampoco pueden hacer cuatro kilómetros. El resto intenta aprovecharse, como nosotros también de ellos. No es cuestión de fallas, es que no corremos solos. No estamos felices, somos un equipo con carácter, salimos a ganar. Gaviria es un corredor ganador en un equipo ganador. No estamos contentos, pero son circunstancias de la carrera.
(Lea: Matxin: “Pogacar tiene un don para mantener su nivel”)
En la segunda etapa, Gaviria, incomodado por Viviani, trató de encontrar hueco por el lado derecho de Molano. Y Molano se quedó buscándolo en su lado izquierdo, al parecer ninguno de los dos tuvo la culpa. ¿Qué cree que fue lo que pasó?
Cuando tu ves que vas ahí, la idea no es molestar a tu rival, pero tampoco facilitarle las cosas. Y ya cuando Gaviria se echa para adelante, nadie se imagina que le va a llegar a Molano por dentro, porque todos están entrando por la izquierda. Lo que buscas es la perfección, intentar hacer trabajo para tu compañero perfecto, que es la función de Molano. Él en algún momento tendrá su oportunidad, sí se puede.
¿Y qué ocurrió hoy que tampoco hubo entendimiento entre los tres?
Son circunstancias, hoy iban perfecto a un kilómetro de la llegada los tres juntos para empezar y entre Molano y Richeze se ha metido Pasqualon, ahí hubo poco margen de maniobra a 75 kilómetros por hora. Se pierden las posiciones, son cosas que pasan. En un sprint más limpio habríamos visto más a Richeze y al tren del equipo. Ha habido 25 kilómetros absolutamente caóticos y peligrosos con muchas curvas y caídas, son circunstancias. Y sufrimos en la penúltima curva a la izquierda.
Gaviria ya demostró el tercer día resistiendo el ritmo del Bora que llegó en una buena condición, ¿en que nivel cree que está?
Gaviria está bien, ha entrenado muy bien, su condición es buena. Estoy convencido de que tiene piernas para ganar. Sin el problema con Molano, habría luchado por la victoria directamente. Y hoy, si no hubiese empezado el sprint prácticamente en la novena posición, no hubiese hecho tres embalajes y hubiese luchado por ganar. Cuando en el último kilómetro tienes que hacer tres esprints para pasar, siempre hay alguien que solo tiene que hacer uno. Ya partes en desventaja. Una curva te puede cambiar todo el resultado, para bien o para mal, como nos ha pasado hoy. Y el día de mañana, cuando nos vaya bien, resultará que somos perfectos. Seguramente no somos tan malos ni tan perfectos como cuando ganemos.
(Lea: Simon Yates y el Giro de Italia: una historia tormentosa)
¿El reconocerse como el mejor velocista del mundo le ha afectado a Gaviria en su preparación para las carreras?
Gaviria el mejor del mundo. Bueno, está claro que es el mejor del mundo, pero debe trabajar como el mejor del mundo. En algún momento ese exceso de confianza le ha hecho no hacer todo a la perfección. Pero verlo en una línea buena es muy optimista y yo sigo creyendo en Fernando como el mejor velocista del mundo.
¿Es este Giro de Italia un punto de quiebre para él tras dos años complicados?
Fernando tiene que ganar, es un ganador. En el ciclismo cuando dejas de ganar dos carreras te dicen que es un momento de inflexión y cuando ganas ya eres otra vez el mejor del mundo. Cuando ganamos tengo 2.000 mensajes y cuando no, me dicen qué tengo que hacer. Claro que después de no ganar habríamos encontrado formas de hacerlo diferente, pero si supiéramos todas esas variables, compraríamos el número de la lotería o haríamos las cosas a la perfección. No somos futurólogos, pero si puedo decir que confío en mis corredores a muerte, se los demuestro y lo seguiré haciendo.
Así Gaviria y Molano no salgan juntos a tomar las vacaciones, ¿cómo evalúa el trabajo que han hecho juntos dentro del equipo?
Son profesionales y hay una excelente relación, lo puedo garantizar. De hecho hoy vimos que Molano se ha parado dos veces para esperar a Fernando, esa es una demostración de que hay una conexión no solo a nivel profesional sino a nivel personal. Sebas está con una actitud de bien, Fernando también, no hemos conseguido resultados, nos falta la excelencia, pero lucharemos para llegar a ella.
¿Y cómo evalúa las posibilidades que tenga Molano para pelear otras carreras?
Esto es como todo en la vida, todo el mundo quiere ser director. Pero director hay solo uno, hay mucha gente capacitada para hacerlo, pero bueno, nosotros debemos ser coherentes y darle espacio deportivo a Molano porque le aprecio personalmente y estoy convencido de que deportivamente es un gran talento. Lo que pasa es que la individualidad es muy buena, pero a veces lo colectivo nos hace más buenos. Hay rivales muy importantes. El año pasado se le dio una oportunidad a Sebas en una etapa e hizo tercero. Tendrá oportunidades aquí seguramente para que lo haga bien.
¿Está Gaviria peleando su contrato para quedarse en el equipo el próximo año?
Está claro que tengo confianza ciega en Gaviria, no tengan dudas de que yo lucharé porque siga en el equipo, porque sé perfectamente la calidad que tiene y el corredor que es.
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¿El hecho de contar con uno de los dos mejores corredores del mundo en el equipo hace que el enfoque del equipo haya cambiado este último año para pelear las clasificaciones generales?
Tenemos que tener también velocistas. Pogacar es el mejor corredor del mundo y para mí Fernando es el mejor velocista. Debemos hacer todo a la perfección para seguir ganando, cuando llegue una victoria, dos, nos quitamos ese miedo de conseguir resultados. Cuando lleguen, llegarán seguidas.