Jarlinson Pantano cumplió la promesa a su papá
El pedalista caleño de 27 años se impuso este domingo en la jornada 15 de la ronda gala. Nairo Quintana sigue cuarto en la general a 2’59’’ de Chris Froome.
Luis Guillermo Montenegro
José Gabriel Pantano fue el gran promotor de la carrera de Járlinson. Amante del ciclismo, el padre del ganador de la etapa 15 del Tour de Francia ayer en Culoz, siempre practicó este deporte de manera recreativa, porque nunca encontró el apoyo para dar el salto al profesionalismo. Por eso a sus dos hijos –Andrés y Járlinson– les inculcó el amor por las bielas y los guió desde niños. En el barrio La Independencia de Cali, los Pantano fueron famosos por su pasión por el ciclismo. Desde las 5:00 de la mañana cada sábado y domingo salían a rodar por las carreteras del Valle. Y Járlinson, con apenas cuatro años, como no podía salir, se despertaba a las 4:00 a inflar las llantas de las bicicletas y a dejar todo listo.
Si bien nunca aguantó hambre, Járlinson creció en una familia humilde, trabajadora y que para comprar una bicicleta, un uniforme, un casco o la inscripción para una carrera departamental, tenía que esforzarse. Pero las ganas pudieron más y el sueño de José Gabriel porque sus hijos fueran ciclistas fue más grande y fuerte que las barreras. Cuando Andrés, seis años mayor que Járlinson, no logró el objetivo de ser pedalista profesional, todas las fichas fueron para el menor. “Vas a ser como Jan Ullrich”, le decía José Gabriel a Járlinson cuando veían las etapas del Tour de Francia en casa.
Así que esas palabras se le quedaron en la mente al pequeño de la casa, quien comenzó a destacarse en competencias locales, sobre todo en la pista. Y aunque por falta de apoyo llegó a pensar en dejar el ciclismo, en 2007, cuando se creó el equipo Colombia es Pasión, de categoría Continental, fue incluido en la nómina, en la que compartió con grandes prospectos del pedalismo nacional como Nairo Quintana, Sergio Luis Henao, Esteban Chaves, Luis Felipe Laverde y Darwin Atapuma, entre otros. Allí, bajo la dirección de Luis Fernando Saldarriaga, participó en el Tour de l’Avenir de 2010, que ganó Nairo y en el que Pantano se llevó la camiseta de la montaña.
Luego hizo parte del proyecto del Team Colombia, en el que continuó formándose en Europa, pero tras darse cuenta de que su proceso perdía fuerza, contactó a uno de sus ídolos de infancia, el vallecaucano John Freddy García, quien desde hace tres años ha sido su entrenador personalizado.
“Nos planteamos el primer objetivo hace tres años, que era salir del Team Colombia a un equipo Pro Tour. Pasó al IAM Cycling y el objetivo pasó a ser ganar una etapa en una de las grandes y ya lo hemos cumplido también”, le dijo a El Espectador John Freddy García, quien se siente orgulloso de ver como su pupilo va cumpliendo los sueños.
El menor de los Pantano ya le ha cumplido a su papá y es él quien mantiene a su familia, gracias a las oportunidades que le ha dado el ciclismo. Además, es el orgulloso padre de Jerónimo y esposo de Yesenia Narváez, otra exciclista de pista. “Ojalá mi hijo no quiera seguir mis pasos, porque para llegar acá hay que sufrir mucho”, dijo en una entrevista la figura de la jornada de ayer en el Tour de Francia.
“Estoy repleto de felicidad. He soñado toda mi vida con esto. Hablamos con Majka, él me empujó a rodar para que llegáramos juntos”, dijo Pantano.
Esta actuación, sumada al triunfo de etapa en la más reciente Vuelta a Suiza, seguramente le abrirán las puertas en otro equipo World Tour, pues a finales de esta temporada el IAM Cycling desaparecerá por falta de presupuesto. “He recibido propuestas, pero hablaremos de ello en agosto”, confesó ayer. Claro que esas propuestas ahora subirán de valor. Este diario conoció que esas opciones que le plantearon antes del Tour eran con un salario de unos 40.000 dólares al año y que entre las opciones estaban Movistar Y Katusha.
Las 15 etapas de los escarabajos en el Tour
En 1984, Lucho Herrera tuvo el honor de ser el primer colombiano en ganar una etapa en el Tour de Francia, después de 153 kilómetros de recorrido entre Grenoble y el Alpe D’Huez y dejando atrás al francés Bernard Hinault, ganador de cinco Tours.
Al año siguiente, Herrera ganaría dos etapas más, entre Pontarlier y Avoria y entre Autrans y Saint Etienne, quedándose con la camisa de pepas rojas que lo identifica como el mejor de la montaña. Pero ahí no terminaría la racha de victorias para el país: Fabio Parra lograría vencer entre Morzine y Lans-en-Vercors.
Tres años más tarde, Parra, con el equipo Kelme, no sólo ganaría la etapa entre Besancon y Morzine, sino que lograría terminar en el tercer lugar de la general de la ronda francesa.
Con el ocaso de estos dos gigantes del ciclismo colombiano, el país volvería a vivir otra alegría parecida en 1993 con la victoria de Oliverio Rincón entre Perpiñán y Andorra. Al año siguiente, sería Nelson Cacaíto Rodríguez quien conseguiría el séptimo triunfo de etapa, entre Bourg Oisans y Val Thorens. En 1996, José Chepe González cruzaría la meta en el primer lugar, tras recorrer los 202 kilómetros entre Gap y Valence.
En el año 2000 sería el turno para el antioqueño Santiago Botero, que entre Draguignan-Briancon lograría la primera etapa de las tres que tiene en su palmarés. Un año después, Félix Cárdenas vencería tras recorrer los 166 kilómetros entre Perpiñán y Ax-les-Thermes, y en el 2002, Botero ganaría de nuevo, pero esta vez en una contrarreloj individual entre Lanester y Lorient; y luego, ese mismo año, entre Vaison la Romaine y Los Dos Alpes.
Pasarían cinco años para que otra vez un colombiano se subiera a lo más alto del podio. Mauricio Soler, en el 2007, ganaría la novena etapa entre Val d’Isere y Briancon, que le significó haber sido el rey de la montaña.
Por último, Nairo Quintana en el 2013 inscribiría su nombre en la historia del Tour. No sólo ganó la etapa 20 en Annecy, sino que conseguiría el segundo lugar en la general y se apoderaría de la camiseta de la montaña y la de los jóvenes. Ahora el caleño Pantano se metió en la historia. Van 15 y contando, pues vienen grandes pedalistas que aportarán triunfos, sobre todo en el caso de Fernando Gaviria, un embalador de 21 años que descresta en Europa y seguramente el día que dispute un Tour, alzará los brazos muchas veces.
José Gabriel Pantano fue el gran promotor de la carrera de Járlinson. Amante del ciclismo, el padre del ganador de la etapa 15 del Tour de Francia ayer en Culoz, siempre practicó este deporte de manera recreativa, porque nunca encontró el apoyo para dar el salto al profesionalismo. Por eso a sus dos hijos –Andrés y Járlinson– les inculcó el amor por las bielas y los guió desde niños. En el barrio La Independencia de Cali, los Pantano fueron famosos por su pasión por el ciclismo. Desde las 5:00 de la mañana cada sábado y domingo salían a rodar por las carreteras del Valle. Y Járlinson, con apenas cuatro años, como no podía salir, se despertaba a las 4:00 a inflar las llantas de las bicicletas y a dejar todo listo.
Si bien nunca aguantó hambre, Járlinson creció en una familia humilde, trabajadora y que para comprar una bicicleta, un uniforme, un casco o la inscripción para una carrera departamental, tenía que esforzarse. Pero las ganas pudieron más y el sueño de José Gabriel porque sus hijos fueran ciclistas fue más grande y fuerte que las barreras. Cuando Andrés, seis años mayor que Járlinson, no logró el objetivo de ser pedalista profesional, todas las fichas fueron para el menor. “Vas a ser como Jan Ullrich”, le decía José Gabriel a Járlinson cuando veían las etapas del Tour de Francia en casa.
Así que esas palabras se le quedaron en la mente al pequeño de la casa, quien comenzó a destacarse en competencias locales, sobre todo en la pista. Y aunque por falta de apoyo llegó a pensar en dejar el ciclismo, en 2007, cuando se creó el equipo Colombia es Pasión, de categoría Continental, fue incluido en la nómina, en la que compartió con grandes prospectos del pedalismo nacional como Nairo Quintana, Sergio Luis Henao, Esteban Chaves, Luis Felipe Laverde y Darwin Atapuma, entre otros. Allí, bajo la dirección de Luis Fernando Saldarriaga, participó en el Tour de l’Avenir de 2010, que ganó Nairo y en el que Pantano se llevó la camiseta de la montaña.
Luego hizo parte del proyecto del Team Colombia, en el que continuó formándose en Europa, pero tras darse cuenta de que su proceso perdía fuerza, contactó a uno de sus ídolos de infancia, el vallecaucano John Freddy García, quien desde hace tres años ha sido su entrenador personalizado.
“Nos planteamos el primer objetivo hace tres años, que era salir del Team Colombia a un equipo Pro Tour. Pasó al IAM Cycling y el objetivo pasó a ser ganar una etapa en una de las grandes y ya lo hemos cumplido también”, le dijo a El Espectador John Freddy García, quien se siente orgulloso de ver como su pupilo va cumpliendo los sueños.
El menor de los Pantano ya le ha cumplido a su papá y es él quien mantiene a su familia, gracias a las oportunidades que le ha dado el ciclismo. Además, es el orgulloso padre de Jerónimo y esposo de Yesenia Narváez, otra exciclista de pista. “Ojalá mi hijo no quiera seguir mis pasos, porque para llegar acá hay que sufrir mucho”, dijo en una entrevista la figura de la jornada de ayer en el Tour de Francia.
“Estoy repleto de felicidad. He soñado toda mi vida con esto. Hablamos con Majka, él me empujó a rodar para que llegáramos juntos”, dijo Pantano.
Esta actuación, sumada al triunfo de etapa en la más reciente Vuelta a Suiza, seguramente le abrirán las puertas en otro equipo World Tour, pues a finales de esta temporada el IAM Cycling desaparecerá por falta de presupuesto. “He recibido propuestas, pero hablaremos de ello en agosto”, confesó ayer. Claro que esas propuestas ahora subirán de valor. Este diario conoció que esas opciones que le plantearon antes del Tour eran con un salario de unos 40.000 dólares al año y que entre las opciones estaban Movistar Y Katusha.
Las 15 etapas de los escarabajos en el Tour
En 1984, Lucho Herrera tuvo el honor de ser el primer colombiano en ganar una etapa en el Tour de Francia, después de 153 kilómetros de recorrido entre Grenoble y el Alpe D’Huez y dejando atrás al francés Bernard Hinault, ganador de cinco Tours.
Al año siguiente, Herrera ganaría dos etapas más, entre Pontarlier y Avoria y entre Autrans y Saint Etienne, quedándose con la camisa de pepas rojas que lo identifica como el mejor de la montaña. Pero ahí no terminaría la racha de victorias para el país: Fabio Parra lograría vencer entre Morzine y Lans-en-Vercors.
Tres años más tarde, Parra, con el equipo Kelme, no sólo ganaría la etapa entre Besancon y Morzine, sino que lograría terminar en el tercer lugar de la general de la ronda francesa.
Con el ocaso de estos dos gigantes del ciclismo colombiano, el país volvería a vivir otra alegría parecida en 1993 con la victoria de Oliverio Rincón entre Perpiñán y Andorra. Al año siguiente, sería Nelson Cacaíto Rodríguez quien conseguiría el séptimo triunfo de etapa, entre Bourg Oisans y Val Thorens. En 1996, José Chepe González cruzaría la meta en el primer lugar, tras recorrer los 202 kilómetros entre Gap y Valence.
En el año 2000 sería el turno para el antioqueño Santiago Botero, que entre Draguignan-Briancon lograría la primera etapa de las tres que tiene en su palmarés. Un año después, Félix Cárdenas vencería tras recorrer los 166 kilómetros entre Perpiñán y Ax-les-Thermes, y en el 2002, Botero ganaría de nuevo, pero esta vez en una contrarreloj individual entre Lanester y Lorient; y luego, ese mismo año, entre Vaison la Romaine y Los Dos Alpes.
Pasarían cinco años para que otra vez un colombiano se subiera a lo más alto del podio. Mauricio Soler, en el 2007, ganaría la novena etapa entre Val d’Isere y Briancon, que le significó haber sido el rey de la montaña.
Por último, Nairo Quintana en el 2013 inscribiría su nombre en la historia del Tour. No sólo ganó la etapa 20 en Annecy, sino que conseguiría el segundo lugar en la general y se apoderaría de la camiseta de la montaña y la de los jóvenes. Ahora el caleño Pantano se metió en la historia. Van 15 y contando, pues vienen grandes pedalistas que aportarán triunfos, sobre todo en el caso de Fernando Gaviria, un embalador de 21 años que descresta en Europa y seguramente el día que dispute un Tour, alzará los brazos muchas veces.