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Jornada sin mayores ataques. El peligro estaba en los vientos y en la velocidad que alcanzaban los ciclistas en un trayecto completamente llano. La quinta etapa de la Vuelta a España tenía un recorrido de 184,4 kilómetros entre Taracón y Albacete.
Era una jornada para volver a soñar con Juan Sebastián Molano. Antes de comenzar la etapa, Mateo Trenttin, el italiano y compañero del colombiano en el UAE Emirates dijo que: “Hoy es una etapa para Molano. Somos cuatro corredores en el equipo dedicados para el sprint”.
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Pelayo Sánchez, Xabier Mikel Azparren y Oier Lazkan fueron los protagonistas de la fuga del día. Este último se quedó con el sprint intermedio y con el premio a la combatividad de la etapa.
En los últimos 25 kilómetros hubo intenciones de cortar el pelotón, primero fue el Ineos Grenadiers, pero Egan Bernal mantuvo el orden e hizo un llamado a la tranquilidad de su escuadra; luego fue el Deceuninck, equipo de Fabio Jakobsen, que ganó ayer el embalaje de la etapa 4. Juan Sebastián Molano, que demostraba buen nivel, no soltaba la rueda de los ataques que se presentaron esporádicamente.
A falta de 15 kilómetros se terminó la fuga y la cabeza de pelotón tenía al Deceuninck y al Groupama acelerando a fondo y aumentando la tensión del tramo final de la etapa. Lastimosamente, cuatro kilómetros más adelante, gran parte del pelotón se fue al piso. Rein Taaramae, líder de la Vuelta a España, volvió a tener complicaciones, pues ayer también se accidentó en el final de la carrera. Mikel Nieve y Romain Bardet fueron dos de los más afectados en la caída.
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Juan Sebastián Molano estuvo bien posicionado hasta el embalaje final, pero quedó atrapado entre varios corredores y no pudo rematar con precisión en la meta. Fue Jasper Philipsen, del Alpecin, quien se quedó con la victoria de etapa.
Kenny Elissonde, pedalista francés del Trek-Segafredo, es el nuevo líder de la Vuelta a España tras la caída de Taaramae. Miguel Ángel López, quinto en la general, Egan Bernal, octavo, llegaron a la meta sin complicaciones.